DE LA MÚSICA: León es escena (+ VIDEOS)

DE LA MÚSICA: León es escena (+ VIDEOS)
Fecha de publicación: 
12 Julio 2024
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León Gieco echa su voz al mundo para hablarnos de mil cosas; el caminar de los años, los rostros cotidianos, el beso apasionado y, muy en especial, los sueños que abrazan el corazón del pueblo. El autor de Sólo le pido a Dios y Canción para Carito ha estado en varias ocasiones en Cuba donde ha dado a conocer desde su música el mensaje de justicia social.

Casi en sus comienzos lo conocí, extraordinario cantante rosarino, quien en su carrera de compositor y cantante reúne hoy importantes premios.   

Los comienzos

Para buscar sus orígenes el poeta cantor no esquiva la noche ni el río lejano; viaja miles de kilómetros en una camioneta llena de instrumentos musicales. De Ushuaia a La Quiaca. Del lugar más austral del globo, al sitio más al norte de Argentina, durante dos largos años tocó para un millón 700 mil personas.

Rubio de ojos un tanto melancólicos y por más señas descendiente de italianos, nació en Cañada de Rosquín, en la provincia de Santa Fe. A los 8 años tomó la guitarra para no abandonarla más y aprende música con la maestra del pueblo, quien armaba coros para iglesias. Tal vez, a los doce, tuvo dos grupos; Los nocheros, con los que cultivó el folclor y Los Moscas dentro del compás del rock.


El joven Leon Gieco.

De tú a tú

-Hicimos rock con cierto acento nacional, y en los años en que tuve que salir del país, por problemas de la censura lo toqué en Estados Unidos, donde me dije: “No puedo tocar aquí lo que ellos hacen tan bien. Y no es que no los pueda superar en cuanto a equipos, ni que en mi tierra no hayan escenarios increíbles: el problema es de esencia. Este descubrimiento me hizo luchar para buscar mi identidad.

-¿Qué hiciste al regreso?

-Realicé una gira por la Argentina; llegamos a lugares donde nunca antes otros habían llegado y con los mismos equipos que usábamos en Buenos Aires. Fue como ir de una emoción a otra. Dimos alrededor de 600 recitales.

-El cantante se propuso, además, una recopilación del rico folclor argentino; ritmos, música que en la capital no se conoce porque todo el país sufre el centralismo de Buenos Aires, y para no seguir inflando la contradicción prefiero también grabar en el interior. Ese rescate del folclor está recogido en dos álbumes: De Ushuaia a La Quiaca con números propios y otros tradicionales, un video y unas siete mil fotos para publicar en revistas y periódicos. Ahora, la juventud argentina puede acercarse al folclor de distintas provincias, y Gieco es puente de acceso a ese mundo un tanto olvidado.
 

-¿El rock, lo abandonas?

-En mi país, desde hace veinte  años, hay un movimiento de rock con influencias muy fuertes de ese ritmo y elementos de la música argentina, rica por las diversas migraciones, y la poesía castellana.

-Aclara:

-Crecí oyendo a los Beatles y todos los rockeros que en esa época dominaban el espacio sonoro, en la actualidad las influencias son otras; Peter Gabriel, Sting… El rock es, para mí, una especie de influencia espiritual. Ahora sueño en chacareras, sambas, el chamamé, pero sigo escuchando rock. No sé si vuelva a él porque quién puede saber que sucederá mañana.

-¿Y en cuanto a los instrumentos?

-Puedo trabajar con los más típicos y la gente siempre lo acepta. ¿Por qué no?  Lo principal es que la música antes de que al oído, llegue al corazón. Recuerdo que por los años 70 disfrutábamos a través de casetes piratas la trova de Silvio, de Pablo, y esas cintas ya habían pasado por cinco, por diez manos. Imagínate cómo sonaban, pero esa música nos hacía crecer y era una forma de subversión contra la dictadura militar.

-Volviendo a los instrumentos, en la recopilación que hice de lo más tradicional, música de 500 años, incluso de los indios nativos, he grabado con uno de los más modernos aparatos; un micrófono de oleofonía, que toma el sonido circular. Una cosa no se contradice con la otra; la canción va por un lado y la técnica por otra. Claro, la tecnología está al servicio del hombre, mayor calidad, genera más calidad en las grabaciones.

-Bueno, pero ¿qué música realmente es la que se escucha en Argentina entre los jóvenes?

-Es como una gran suma aunque el rock está ahí, muy vivo: nadie ha podido destronarlo porque responde al entorno del hombre. De todas formas estamos empeñados en mostrar nuestras raíces, como lo hizo Atahualpa Yupanqui, la misma Mercedes Sosa. La música que se consume es una mezcla, una expresión artística que toma una dimensión mayor al asimilar distintas tendencias sonoras.

Canción como un himno

La composición más popular de Gieco es Sólo le pido a Dios, convertida en un verdadero himno. Esta canción como otras, tiene su historia: la compuso quizás en 10 minutos, pero es el resumen, la concreción de muchas situaciones. Habla de la posibilidad de guerra que hubo con Chile, por el canal de Beagle, de la gente que tiene que ir a vivir una cultura diferente, de que la muerte no nos encuentre sin haber hecho lo suficiente. Ha sido grabada en distintos idiomas; hebreo, ruso, alemán, portugués y grabada por numerosos intérpretes en varios países como Mercedes Sosa, Iván Lins, Ana Belén y otros. Prohibida por la dictadura durante mucho tiempo cuando ocurre la guerra de las Malvinas, el mismo órgano militar la pone de interés nacional en la radio.
 

El artista ha hecho música para varios filmes como los titulados Perros en la noche, una narración sobre las villas miserias y El grito de Alcorta, que aborda la vida de los emigrantes italianos.

León Gieco continúa en escena: tal vez hoy es un importante festival; mañana sobre una simple tarima en una plaza o un estadio, pero siempre su voz se alzará libre en el tiempo para cantarle a la vida.

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