Técnicos extranjeros, ¿La solución?
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El técnico peruano Miguel Company, uno de los últimos entrenadores extranjeros que trabajó en Cuba. Foto: libero.pe
Recientemente autoridades del Instituto cubano de Deportes (Inder) reconocieron que se trabaja de muchas maneras para mejorar los resultados en el presente ciclo olímpico, y una de ellas es la contratación de técnicos extranjeros en algunas disciplinas.
Nadie duda de la calidad de nuestros preparadores, pero se ha notado que en muchas ocasiones se han quedado estancados en metodologías arcaicas y se han resentido los desempeños de atletas y equipos en diferentes competencias.
Por eso me parece muy bien la idea de buscar ayuda de donde se pueda, y más aún si se trata de compatriotas que realizan esa labor desde otros países, como son los casos del atletismo fundamentalmente.
Por supuesto que esto implica un gasto extra porque nadie lo va a hacer gratis, pero se hace necesario que nuestros técnicos beban directamente de las fuentes para poder aplicar al máximo los últimos adelantos de la ciencia y la técnica en función del rendimiento deportivo.
Nadie mejor que Iván Pedroso para sacar el máximo posible a nuestros talentosos atletas en el área de saltos, por solo poner un ejemplo, porque conoce al dedillo nuestra idiosincrasia y ha demostrado ser excelente en su labor.
Así hay varios casos, y ya se explicó que gracias a programas del Comité Olímpico Internacional (COI) y la Organización Deportiva Panamericana (Panamsport) se benefician la gimnasia rítmica, la natación artística, el tiro con arco y el taekwondo.
Evidentemente la afición cubana apunta sobre todo a deportes colectivos, que mostraron un retroceso notable en el último cuatrienio, en el cual ninguno logró el acceso a los Juegos Olímpicos de París 2024, y aunque aportan una sola medalla en citas multideportivas son de gran arraigo popular.
Ahora bien, en esto hay que tener mucho cuidado porque no solo es el nivel de conocimientos y preparación del entrenador en cuestión, sino cómo entiende la manera en que funciona el sistema deportivo cubano, que tiene sus particularidades.
Tuvimos un excelente ejemplo en el peruano Miguel Company, que dejó para el recuerdo las mejores actuaciones del fútbol cubano en los últimos 40 años, pero su manera de ver la vida no es tan común como quisiéramos.
Además de tener un sueldo simbólico en comparación con lo que puede devengar cualquier colega suyo en otro país, se esmeró en preparar su relevo y se le veía bajo el sol en nuestros duros torneos nacionales escrutando cada talento para ver lo que le podía sacar.
Encontrar alguien así más que esfuerzo yo diría que es suerte, pero no se puede perder la esperanza, y al menos con parte de su entrega y dedicación pudiera aparecer otro.
En teoría la fuerza técnica del exterior es un plus, pero la realidad no siempre se corresponde con eso, y por eso también se seguirá apostando por la capacitación de quienes están en casa, ya sea mediante cursos de superación o insertándolos como asistentes en Ligas extranjeras, donde se empaparán de lo más moderno en sus respectivas disciplinas. La solución debe apoyarse en todas las vías posibles.
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