Cuba: El pesimismo no mejora «la cosa»

Cuba: El pesimismo no mejora «la cosa»
Fecha de publicación: 
8 Junio 2024
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Foto: OWWNews 

¿Cómo está la cosa? «Ahí, tirando». «Como se puede y no como se quiere». «La cosa está mala». «Mejor ni hablar de la cosa». «La cosa está en talla, la situación es la que está difícil». «Todo tranqui». «Ahí, en la pelea». «Echando pa’adelante, no hay más na’». 

Los cubanos tenemos mil respuestas para la misma y repetida pregunta. Algunas, incluso, las entendemos solo entre nosotros, pero cada una entraña diferentes estados de ánimo, y me atrevería a decir que diferentes actitudes ante la vida, para seguir el hilo, ante «la cosa».

¿Cuál de estas respuestas suelo devolver? ¿Cuál prefiero recibir? Me cuestiono. Hace poco me enviaron por WhatsApp un poema hermoso que me dejó con ganas de llorar y pensando en lo mala, malísima, que está la cosa. Me lo envió un amigo que suele ser optimista hasta la médula, pero ¿cómo salvarse del pesimismo en medio de tanta mala racha?

Mi primera medida preventiva es… recesar de las redes sociales o blindarlas, no contra la verdad, sino contra quienes se regodean en las desgracias y las tristezas. El pesimismo es una actitud que nos muestra solo el lado negativo de las cosas y a anticipar los resultados desfavorables en diversas situaciones. Un exceso de pesimismo puede llevarnos a caer en la apatía y la falta de motivación. Se puede convertir en una barrera para nuestro progreso.

Soy consciente, el pesimismo también puede tener su lugar en nuestro mundo. Surge por diversas razones: problemas objetivos, experiencias pasadas, temor al fracaso… A su favor, dirán que nos permite ser realistas, anticipar los desafíos y dificultades que podríamos enfrentar y preparamos mentalmente para hacerles frente. 

Sin embargo, yo creo que un optimismo bien plantado, con pies sobre la tierra y alas, puede hacernos mejor ese trabajo. Nos empuja a buscar soluciones y alternativas. Nos impulsa a ser más creativos y a explorar diferentes enfoques para resolver problemas, nos anima a ser perseverantes y resilientes.

El optimismo tampoco mejora la cosa, pero nos pone en condiciones de transformarla a nuestro favor tanto como sea posible, y de vivir, que a eso vinimos ¿no? 

Comentarios

Coincidimos en que actitud mental ayuda, pero realmente no hay mucho de dónde aferrarse. Soy un eterno optimista y creo que saldremos de esta situación como henos sobrepasado otras muchas dificultades, pero ni las propias autoridades transmiten ese optimismo, no se hablan de sanciones concretas contra los bandidos que estimulan la.especulacion, que viven del otro, del aumento indiscriminado se precios, de subdeclarar gana vías a la ONAT o en el mejor de los casos de no poseer licencias y abu ciar públicamente, a viva voz o en las.redes, se todo, a cualquier precio sin Importr el compatriota que menos tiene. Tampoco se anuncian fechas para obtener o lograr determinadas metas, para cumplimentar objetivos que se tratan en reuniones y reuniones anonimas donde no se identifica a ningun responsable específico. Así se dificulta más ser optimista pues da la impresión que no hay certeza en algunos o muchos casos de lo que estamos haciendo para mejorar "la cosa". Es un comentario al margen...gracias
amievadalboys1959@gmail.com
Nada más parecido al inmovilismo que acabó con el socialismo europeo. Leamos el magistral libro mi verdad. De vitaly ex embajador ruso en cuba en los principios de los años 80.
Kitsowa@gmail.com
Armando, tiene usted mucha razón un su comentario, me gustaría ser optimista realmente, pero no encuentro razón alguna de donde aferrarme, los problemas que vivimos en cuba se están volviendo eternos, no se visualizan soluciones a largo plazo...en esas condiciones se podrá ser optimista?
carlosvaradero1@gmail.com
Yo soy optimista por naturaleza, sino no me hubiera pasado casi 30 años trabajando en Salud Pública por un sueldo indecoroso. Mi optimismo me llevaba a pensar que algún día podría vivir de mi trabajo. Pero como dice Armando Amieva, hasta nuestros dirigentes están acabando con ese optimismo. Cada vez que se pone una resolución o ley, es para que nos alcance para menos, aumente la especulación y con ella la inflación. Así es imposible ser optimista. Comenzaron y aumentaron los pagos por años de trabajo en Salud Pública y Educación. El optimismo se fue al piso desde el mismo día, pero siguió cuesta abajo en los posteriores. En Educación fue para todos los trabajadores, en Salud Pública no. Se quedaron precisamente los que menos ganan y llevan un montón de años sacrificándose sin reconocimiento de sus años de trabajo o los dejaron con los hasta 40 pesos mensuales. Como si lo importante en este caso fuera otra cosa y no el tiempo laborado. La resolución dice una cosa, pero según tengo entendido, la guía para su aplicación dice otra. O sea, nuestros dirigentes no saben ponerse de acuerdo ni siquiera consigo mismos. ¿Así que optimismo puede haber? En otro momento hubiera estado de acuerdo con usted, pero en este preciso momento, no creo que el optimismo sea la palabra a usar. Sería aguantar, resistir, luchar aunque sea para sobrevivir o que lo hagan nuestros hijos y nietos.
alexandergonzalezmejias3@gmail.com
" El pesimismo no mejora la cosa " pero el optimismo tampoco y eso es lo jodido !!!! Llevamos más de 60 años con optimismo, valentía, resistencia y dignidad ¿ y qué mejoría hemos logrado ? si cada vez estamos peor !!!
alvarordguez@nauta.cu

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