Aurora de rosa en amanecer... Entre la nostalgia y el lirismo

Agonía de amor que aflora en lo más profundo del pecho y vive por siempre en la memoria. No importan los minutos, los días, los años porque es el recuerdo de lo que fue y es. Por eso, en un momento de mucha añoranza y el mayor lirismo  surgió de la inspiración de Bienvenido Julián Gutiérrez la pieza Convergencia con música de otro grande, Marcelino Guerra, Rapindey.

¿Quién motivó el famoso bolero? Nada se sabe de esta historia amorosa que vive más allá del tiempo y mantiene su vigencia al sumarla a su repertorio nuevos intérpretes y agrupaciones en Cuba y el extranjero.
 
Es posible que su primera grabación la hiciera el Cuarteto Machín, en 1939, en Nueva York. Fue también un éxito absoluto de Miguelito Cuní, acompañado por la orquesta de Chappottín. Luego, el cantante pinareño hizo otra triunfal creación de esta pieza en dúo con Pablo Milanés.

Aurora de rosa en amanecer,
nota melosa que gimió el violín,
novelesco insomnio do vivió el amor,
así eres tú, mujer.
principio y fin de la ilusión,
así eres tú en mi corazón,
así vas tú de inspiración.    
Madero de nave que naufragó,
piedra rodando sobre sí misma,
alma doliente vagando a solas,                                                                                                                                    
de playas olas, así soy yo,
la línea recta que convergió
porque la tuya al final vivió.
                              
Nacido en 1904, en La Habana, Bienvenido se distinguió como autor de temas para el famoso coro de guaguancó Los Roncos. Entre sus obras figuran Carmelina, Prefiero morir, Rompe el fuego, El diablo tun tun, El caramelero, Ahí está el veneno, Sensemayá, Tú te acordarás, Ja,ja,já que risa me da, La fonda de Bienvenido, Con un solo pie, Vuelve a besar y Cobarde no.

En Sones de Ayer, LP, del sello Gema, editado en 1958, se escucha la voz de Miguelito Cuní interpretando obras del habanero. Por cierto que Bienvenido se inspiró en la Virgen del Cobre para la pieza Los tres Juanes, dedicada a los pescadores que en el mar tuvieron la visión de la Patrona de Cuba. Otra de sus composiciones de mucho arraigo fue El huerfanito, tal vez inspirada en su propia vida. Este bolero son fue un hit en la voz de Abelardo Barroso.

Una profunda valoración del compositor hizo la investigadora Rosa Marquetti, en su blog Desmemoriados: "El tema de la religiosidad afrocubana, la cultura yoruba y los festejos asociados a ella están presentes en la obra de Bienvenido con increíble inspiración y calidad. Todo tenía que ver con los dones en que vino al mundo, con su cultura empírica y también con el medio en que nació y le tocó vivir; los barrios habaneros más próximos a la zona del puerto y su tradición religiosa, sonera, rumbera. Con Sensemayá, Bienvenido Julián Gutiérrez se inserta en la llamada conga fever, que se vivió a inicios de los años 40 en Estados Unidos. Una rara grabación aparece consignada en los archivos de University of California y su proyecto Discography of American Historical Recording: la que hiciera el cantante Luis Rijos con la orquesta de Orlando de la Rosa el 4 de junio de 1941. Al parecer en esta fijación sonora de esta obra de Bienvenido que un año después el 27 de julio de 1942, es grabada por Miguelito Valdés con Machito y sus Afrocubans es ahora clasificada como guaracha, aunque sigue siendo una conga. Otra curiosa grabación de esta pieza es la que hizo el mexicano Miguel Aceves Mejías con la orquesta de Juan S. Garrido en 1944 (Peerless-2515). Será grabada también por Armando Oréfiche y los Lecuona Cuban Boys en los años 50".

La rumba Con su bata de Oyá fue asumida por la Orquesta Casino de la Playa cantando Carlos Díaz y fijada en el acetato en 1959. En Celia Cruz su guaracha Bambolaye tuvo una intérprete inigualable (No confundir con Mi bambolaye, de Estanislao Serviá, en versiones de Roberto Faz, Andy Montañez con Dimensión Latina 78, ni tampoco con el tema homónimo grabado por Alfredito Valdés Jr.) Otras piezas en ese ámbito son Ochún, Bacoso, Ibio Congo y otras.

La música del olvidado autor ha sido interpretada, entre otros, por Olga Guillot, Orlando Guerra, Cascarita, Carlos Embale, René Álvarez, Vicentico Valdés, Ismael Rivera, Daniel Santos, Johnny Ventura, Ibrahím Ferrer, Oscar D’León,  Pancho Amat, Andy Montañez y últimamente por Alain Pérez.

Bienvenido, incurable bohemio y genial creador murió en su ciudad natal el 10 de diciembre de 1966.

SIN OLVIDAR A RAPINDEY

En la amorosa letra de Convergencia vive la música del inspirado Marcelino Guerra, quien además aportó al cancionero criollo canciones de gran raigambre musical.

El 26 de abril de 1912 nació en Cienfuegos. El apodo de Rapindey surgió porque el muchacho era muy avezado y, sobre todo, rápido a la hora de dar recados y hacer otro tipo de gestiones en la barriada.

Lo embriagó el sonido de la guitarra por lo que crecía más su interés en aprender a tocarla. Ya de joven cuando La Habana le abrió sus puertas comenzó a reunirse con valiosos músicos y, entre ellos, con Julio Blanco Leonard con quien creó La clave misteriosa, todo un exitazo en la melodiosa voz del malogrado Pablo Quevedo.
 
Con el propio Leonard compuso el bolero Maleficio, del que logró una creación la orquesta femenina Anacaona en sus momentos de esplendor en los Aires Libres de Prado.

En La Habana, Marcelino llevó una intensa vida musical. Trabajó con el Septeto Habanero, Cauto y el Septeto de Ignacio Piñeiro. Por igual lo acogió el Conjunto vocal Siboney, de Isolina Carrillo. Como guitarrista y cantante formó parte de otras agrupaciones incluso la de Arsenio Rodríguez.
 
Tuvo además una fructífera carrera en Estados Unidos con actuaciones con los Afro-Cubans de Machito y Bauzá e incluso el tamborero Chano Pozo.

Asimismo, con valiosos instrumentistas formó su propia orquesta. En 1954, ingresó en la Marina Mercante. Establecido en España, falleció el 30 de julio de 1996, en Campello, Alicante.

En su homenaje, el sello Nubenegra dio a conocer un CD con música del inolvidable compositor y sus obras en varios géneros. Son muy recordadas sus piezas Batamú, Lamento lucumí, A mi manera con texto de Panchito Carbó, Buscando la melodía, Quién será, Se fue, Me voy pal pueblo y Pare cochero con texto de Miguel A. Benguela, entre otras.