Estrenos de cine: Zapatero a tus zapatos

Adam Sandler, el protagonista de Zapatero a tus zapatos (2015), deja de lado los personajes que acostumbra para asumir una actuación contenida, que se posiciona entre sus mejores entregas, comparable solo a Hombres, mujeres y niños (2014). Alrededor de él titilan actores tan loables como Tim Roth, Dustin Hoffman, el rapero Method Man, Melonie Díaz y una siempre agradable Ellen Barkin.

El argumento de la cinta: Max es un hombre de casi cincuenta años que vive con su madre y pasa sus días arreglando zapatos. Su único amigo es el peluquero de al lado. Pero la existencia sedentaria de Max cambia dramáticamente un día cuando él utiliza la antigua máquina de coser de su abuelo, que estaba guardada en el sótano. Resulta que todos los zapatos que son reparados con esta máquina adquieren una propiedad mágica. Si uno se los pone, se transforma entonces en la persona que es dueña de esos zapatos.

Es una cuestión antropológica preguntarse qué se siente ser otra persona. Pero es también un problema existencial irresoluble. No podemos ser otro. Solo somos lo que somos, ni un ápice de materia más. Sin embargo, Zapatero a tus zapatos no quiere conformarse con la realidad.

Adam Sandler se coloca los zapatos que él repara y se convierte lo mismo en negro, que en asiático, que en travesti, que en hombre muerto. Con físico, hereda también voz y forma de caminar, pero conserva su personalidad. De lo contrario, no tendría gracia: nadie quiere ser otro completamente, porque eso implicaría dejar de ser nosotros mismos del todo, y perder absolutamente la conciencia de quiénes somos es en alguna medida morir.

Pero Zapatero a tus zapatos no asume estas disquisiciones profundas. La cinta solo tiene intenciones de divertir. Como si de cuento de hadas se tratara, una vez expuesta la premisa de la historia, no suma demasiados conflictos que la enriquezcan, tan solo se deleita en presentar distintas variaciones de una misma situación.

Aunque los diez primeros minutos de la cinta inician con un tono sombrío, uno que incluye la denuncia social, que evidencia como en la era moderna a menudo los negocios y transacciones bancarias adquieren más relevancia que las propias personas que los hacen, enseguida el filme asume un tono de cuento de hadas y se convierte en la historia para niños que es… con moraleja incluida.

La moraleja de Zapatero a tus zapatos subraya la responsabilidad que implican las acciones que hacemos en la vida. Con las mejores intenciones, el personaje que encarna Adam Sandler se puso los zapatos del padre desaparecido, se convirtió en él y le provocó con ello un infarto —la muerte misma— de alegría a su propia madre. Toda acción conlleva responsabilidad, dice el guion de Zapatero a tus zapatos. Y si uno debe pensar y asumir las consecuencias de sus propios actos, que no es poco, ¿queremos también asumir las responsabilidades de ser otro?