¿Se muere el amor?
especiales

Imagen tomada de https://mensactiva.com
Todavía es febrero y el tsunami del día catorce nos arrastrará hasta marzo o quizás el año entero. Y no estaría mal si fuera con la dosis exacta de miel para contrarrestar tanto caos que nos circunda. ¿Hay algo más importante que el amor? ¿Nunca dejaremos de buscarlo?
En realidad se puede vivir sin amor, pero ¡qué vida tan gris! Y también dejamos de buscarlo, y es lo mejor, la verdad, porque esa exploración constante, como desesperada, no es sana, y porque muchas veces mientras más buscas, menos encuentras o te conformas con lo primero, que es garantía de nada. Lo mejor sería sorprenderse, que te halle desprevenida y sea como un volcán en erupción que no puede parar porque emerge desde lo más profundo de la tierra. Así. Si no quema, mejor que no.
Sin embargo, analizándome, hablando con amigas, conocidas y escuchando también a las vecinas de las que no conozco ni el nombre me doy cuenta de que cuando tienes más de cuarenta años te crees que sabes más de cuatro cosas, que tienes un máster en vivir, y pretendes dominar todos los escenarios, hasta los sentimientos, pero luego la vida te da un rapapolvos para que no andes tan engreída, para que sepas que, aunque tengas un siglo de edad, hay cuestiones que van más allá como el amor, y no se puede manipular cómo se siente.
Sí, porque también cuando tienes cierta edad y has vivido desengaños y sufrido y llorado, te haces una coraza y pones barreras que supones infalibles, una armadura para que nadie más venga a dañar tu “corazoncito”, y te imaginas que ya estás entrenada, como si llevaras tu mente al gimnasio y levantaras pesas para estar en forma, pero no. Puede que el amor toque a tu puerta y se te derriben todos los proyectos y te sientas adolescente frente a unos ojos verdes y un rostro ceñudo.
Ese es un golpe de suerte.
En la actualidad hay muchas maneras de ver el amor de pareja, diversidad de “esquemas”, por decirle de algún modo a esto que no se puede encasillar porque cada quien lo vive de modo distinto y tiene esa libertad. De acuerdo a las estadísticas y a las referencias personales de quienes conozco, sobre todo mujeres, también en el presente es más difícil que antes encontrar el amor. ¿Será? ¿Por qué?
No lo sé, pero lo que sí compruebo es que hoy conozco muchas más personas sin pareja desde hace mucho tiempo, y ya sé que la migración ha golpeado duramente a nuestra sociedad, no obstante, como dicen los abuelitos “siempre hay un roto para un descosido”. ¿Qué estará pasando? ¿Será que nos volvemos más exigentes con los años? Sí, pero aun así, creo que no es normal esta oleada de soltería, sobre todo porque no es a propósito.
No todos gestionamos el sin amor de la misma manera. Mientras unos disfrutan la tranquilidad, otros se arrastran añorando compañía, sintiéndose incompletos sin una “mitad”. Nadie nos enseña la mejor fórmula, aunque estoy convencida de que no existe una y que cada quien procesa como puede y por el camino adquiere, quizás, habilidades para transitarlo.
¿Será que hay personas que no quieren compromisos y se niegan a conocer a otras por no complicarse? Habrá de todo, pero ¿no es demasiado premeditado? ¿Cómo logran permanecer cautos? Renegar siempre será una mentira momentánea, una medida con roña.
A veces pareciera que ya no creemos en el amor, pero no es cierto en lo absoluto porque cuando llega olvidamos, o al menos, engavetamos y emprendemos el recorrido creyendo que esta vez sí, que estaría bien vivir loquitos de amor porque da sentido. El tema es cómo vivirlo.
Lo que sí es un hecho es que las relaciones humanas es un asunto muy importante para la vida, que encontrar empatía, afecto, amor, es lindo, y que si llega a ser mutuo, es una verdadera revolución. Y eso es, en realidad, lo que muchos quisieran, pero no es fácil, es una casualidad.
Añadir nuevo comentario