ESCENARIO: El cuerpo en el laberinto (+ FOTOS)

La relación entre el cuerpo y la tecnología ha sido un tema recurrente en la danza contemporánea, incluso antes de que la inteligencia artificial, la realidad virtual y las realidades digitales alcanzaran el impacto avasallador que tienen hoy. Sin embargo, la presentación de Gaïa 2.0, de Mickaël Six y la compañía Bakhus, en la sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba, como parte del mes de la Francofonía, ha permitido redescubrir este tema desde una perspectiva renovadora. La pieza se adentra en los desafíos del mundo emergente con una combinación de imaginación y poesía que dota de profundidad su discurso escénico.

Uno de los aspectos conseguidos de la propuesta es su diafanidad metafórica, que evita excesos narrativos y se enfoca en la construcción de imágenes de gran impacto. El entramado plástico del espectáculo es de una belleza singular, apoyado en una cuidada iluminación y un uso inteligente de los cuerpos en el espacio. Sin necesidad de recurrir a efectos grandilocuentes, la obra consigue transmitir un mensaje poderoso sobre la evolución humana y el papel que la tecnología juega en la existencia.

Es notable también la economía de recursos con la que la puesta en escena logra un espectáculo visualmente atractivo y conceptualmente sólido. Sin embargo, quizás la sala Avellaneda, con su amplitud y disposición escénica, no haya sido el mejor espacio para disfrutarlo en toda su magnitud. En un teatro de dimensiones más reducidas, la experiencia podría haber sido más inmersiva, permitiendo una mayor conexión con la fisicalidad de los bailarines y la sutileza de sus movimientos.

Uno de los aciertos coreográficos de Gaïa 2.0 es la fusión del breakdance con ciertos códigos de la danza contemporánea. La energía urbana del hip-hop se mezcla con una sensibilidad más abstracta y fluida, en un equilibrio que dota de frescura a la propuesta. No obstante, los amantes de la danza quizás quedaron con ganas de un mayor despliegue en la pauta del baile, pues en ciertos momentos la fisicalidad quedó en un segundo plano frente a la construcción conceptual de la obra.

En cualquier caso, Gaïa 2.0 representa un ejercicio valioso de exploración escénica que dialoga con preocupaciones fundamentales del presente. Mickaël Six y la compañía Bakhus han ofrecido una pieza que interroga el impacto de la tecnología sobre la identidad humana con sensibilidad y potencia visual. La obra, que ya ha sido comentada en diversos medios por su abordaje del transhumanismo y la evolución del ser humano en la era digital, confirma el potencial de la danza como vehículo para reflexionar sobre los grandes temas de nuestro tiempo.