Trump no está loco, como algunos dicen, y es el hombre más poderoso del mundo. Por eso hay que pararse a analizar cuando lanza una de sus tantas amenazas, como las declaradas intenciones de anexarse a Groenlandia : “Groenlandia es un gran negocio inmobiliario para nosotros y lo necesitamos también por motivos de seguridad nacional”.

¿Cuáles son los apetitos de Trump por esa geografía?

La posición estratégica de esa isla en el Ártico y la riqueza de sus recursos como las tierras raras, cruciales en el contexto del cambio climático, son algunas de las motivaciones del Presidente de EE.UU.

Imagen: CANVA PRO / tomada de catalunyapress.cat

Groenlandia es la mayor isla del mundo con más de dos millones de km2, tiene una extensión equivalente a la suma de Venezuela y Colombia, y allí abundan petróleo, gas y otros recursos naturales, sobre todo minerales estratégicos de importancia crucial en lo militar y lo comercial.

Feldespato, titanio, grafito, vanadio, níquel, lignito, azufre, zinc, criolita, también carbón y hasta rubíes y diamantes pueden localizarse en esa ínsula, donde se encuentra un total de 43 de los 50 minerales estratégicos, incluyendo las ambicionadas tierras raras.

Además de mejoras en la infraestructura insular, la atención que hoy le presta Trump ha incentivado la llegada de turistas a esa fría latitud. Foto: Odd Andersen/ AFP

Y de todo esto pretende apoderarse Trump en su caótica carrera por ganar todas las competencias, a la vez que deja sobre la mesa una explícita provocación a Europa, y en especial al gobierno y ciudadanía de esa isla, territorio autónomo bajo la soberanía de Dinamarca, de la cual fue colonia.

Contrarrestar la influencia de China y Rusia en la región anda aguijoneando al mandatario de la Casa Blanca, quien tiene “echado el ojo” a la Nueva Ruta Polar de la Seda, otra posibilidad de comercio entre China, Europa y el propio EE.UU, que acorta tiempos y distancias por no tener que surcar el Canal de Suez ni circunnavegar África.

Foto ilustrativa: Getty Images

A lo anterior se suman los intereses militares estadounidenses, que cuentan en el norte de Groenlandia, en Pitufick, ciudad de Thule, con su única instalación al norte del Círculo Polar Ártico, estratégica por su ubicación.

Han llegado a sumar hasta 15 mil los soldados estadounidenses en esa base militar, especializada en detectar satélites y misiles balísticos.

Ciudadanos de Groenlandia se manifestaron bajo el lema “¡Ya Basta!” contra de las declaraciones de Trump sobre ese territorio. Foto: Christiain Klindt/ EFE

Trump, quien ya había evidenciado intenciones con respecto a la isla danesa en 2019 y en 2021, no ha descartado recurrir a la coerción económica o militar para hacerse de ese territorio ártico, al que califica de "clave para la seguridad" estadounidense. Pero el aviso telefónico de la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, remitiéndose a las declaraciones del presidente autonómico Múte B. Egede, fue alto y claro : “Groenlandia no está en venta” y su futuro "solo lo pueden decidir los ciudadanos" de la isla.