OPINIÓN: Increíble lo de la lucha en San Salvador
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Desde que comenzó la lucha grecorromana en Juegos Centroamericanos y del Caribe hasta la edición de Maracaibo 1998, Cuba barrió siempre con todos los oros, pero desde entonces, además de las dos ediciones en las que no estuvimos (2002 y 2010), siempre algún cetro se escapaba.
Estuvimos cerca del escobazo en las más recientes citas regionales, pero no fue hasta esta que se logró finalmente acaparar todos los oros en disputa. Varios de nuestros gladiadores eran favoritos tomando en cuenta su palmarés, como el campeón olímpico de Tokio 2020 en 60 kilogramos, Luis Orta, quien aquí se coronó en su nueva división de 67, Yosvany Peña (77), Daniel Gregorich (87) y Oscar Pino (130), los dos últimos con buenas actuaciones previas incluso en Campeonatos Mundiales, pero otros fueron más exigidos como el jovencito Kevin de Armas (60) y Gabriel Rosillo (97).
Kevin vino de atrás y se impuso 4-3 al mexicano Samuel Gurría, y más complicado estuvo Rosillo, quien tuvo que sacar el extra para imponerse al dominicano Carlos Adames, a quien derrotó por pegada cuando parecía que se le escapaba el oro.
En el femenino se rozó la perfección, pues cinco de los seis oros fueron al pecho de gladiadoras de la mayor de las Antillas, que encajaron un solo revés en la competencia, de la medallista de bronce Milaimys Marín.
Marín, campeona del torneo panamericano de este año en la máxima división (76 kilogramos), perdió en semifinales 2-4 contra la colombiana Tatiana Rentería, que al final se llevó la única corona que escapó a la comitiva cubana.
A la tercera fue la vencida para la sudamericana, pues la nuestra le superó en el clasificatorio centroamericano de diciembre pasado y en el mencionado Panamericano de hace apenas un mes.
Espectacular fue el oro de Laura Herín (53 kg), luego de conseguir una acción válida cuando restaban segundos en la final contra la mexicana Karla Acosta para ganar 7-4, instantes después de ponerse debajo.
Yusneylis Guzmán (50), Ángela Caridad Álvarez (57), María Santana (62) y Hangelen Llanes (68) fueron nuestras otras campeonas, que mostraron una excelente preparación y se vieron superiores en los tramos finales de cada pleito.
Por último, la libre varonil dejó escapar solo dos oros, los de 74 y 125 kilogramos.
Franklin Marén, que vino a defender el trono de cinco años atrás, perdió en semifinales 1-2 con el venezolano Antonio Montero, en un combate que no pudimos ver y por tanto preferimos no opinar, pero en teoría el caribeño era el favorito.
La otra corona fue para el también venezolano José Díaz, que sí era el principal candidato al trono en la categoría gracias a su plata en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, y su amplia experiencia.
Aquí hubo presea bronceada para el cubano Ibrahim Torres, por lo que Cuba estuvo presente en todos los podios de la lucha, sumando los tres estilos, y se llevó 15 de los 18 títulos disputados, algo sin dudas excepcional.
El listón queda bien alto para el resto de las disciplinas. En cantidad solo el atletismo puede superarlos porque tiene representación en muchas más pruebas, pero incluso logrando esto dudo que la efectividad sea tan alta.
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