Apenas quedan días para que Joe Biden se despida del sillón presidencial en la Casa Blanca y el Departamento de Eficiencia Gubernamental de EE.UU. (DOGE, por sus siglas en ingles), recién creado por Trump, revela patéticos números que hablan de la gestión de esta administración saliente.

El gasto presupuestario de Estados Unidos rebasó el billón de dólares el año recién concluido y en esos gastos tuvieron un peso significativo algunos asombrosos -por usar un adjetivo benévolo- gastos financiados por el gobierno de Biden, quien, para “ponerle la tapa al pomo”, pasó el 40 % del tiempo de su mandato de vacaciones.

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Y en escasas las jornadas que no estuvo disfrutando de descanso, el presidente parece que, entre otras cosas, se dedicó a gastar el presupuesto en los más ilógicos proyectos. Entre ellos se apuntan 7 millones de dólares en diversos estudio de la magia, una subvención para celebrar un espectáculo 'drag' de patinaje sobre hielo a cargo de Bearded Ladies Cabaret -autodenominada "organización artística de cabaret queer”-, así como alrededor de 1,5 millones de dólares para experimentar cómo responden al mareo distintas especies, especialmente las gaticas hembras.

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También figuran entre los casi increíbles gastos de Biden, según el DOGE, 400.000 dólares para estudiar si las ratas solitarias buscan más la cocaína que las que viven en entornos favorables; y 20 millones en el rodaje en Irak de una adaptación de la serie infantil 'Sesame Street' ('Plaza Sésamo' o 'Barrio Sésamo'), llamada 'Ahlan Simsim', para promover la "inclusión" y el "respeto mutuo". Con esta última misión responsabilizó a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

A la anterior lista de gastos se suman las inversiones por el Departamento de Estado para promover "influencers" en diferentes países. Destacan los 4,8 millones de dólares destinados en especial a impulsar a líderes de opinión en Ucrania y los 123.000 dólares para "hacer virales" a jóvenes de Kirguistán.

Pero a esta lista, que quizás podría poner en tela de juicio la sanidad mental del presidente demócrata, sumó el penúltimo día del año pasado otra también importante cifra que aunque no indica ningún desequilibrio mental sí denota otras conductas insanas: el anuncio de un nuevo paquete de ayuda por valor de casi 2.500 millones de dólares para la seguridad de Ucrania en su conflicto con Rusia, como informó la Casa Blanca.

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A ese desembolso sumó otros 1.220 millones inscritos en el contexto de la Iniciativa de Asistencia para la Seguridad de Ucrania, la cual prevé que el Pentágono otorgue contratos a empresas de defensa estadounidenses para la fabricación de nuevos equipamientos destinados a Kiev; en tanto y la secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet Yellen, anunció el desembolso https://home.treasury.gov/news/press-releases/jy2764 de otros 3.400 millones de dólares en apoyo presupuestario directo a Ucrania.

Sin dudas, Biden también será recordado, entre otros muchos fiascos, por su manejo de los gastos presupuestarios en Estados Unidos.