Liliet Orozco: «Quiero crear en Cuba»

El próximo 15 de marzo el teatro Martí, en la capital cubana, acogerá el estreno de Balneario, una coreografía de Irán Dilo para la compañía Rosario Cárdenas.

Pero en realidad es más: se trata del debut de un elenco de jóvenes bailarines de diferentes procedencias y formaciones que se unen alrededor de un proyecto artístico de la bailarina y maestra Liliet Orozco, quien hasta hace muy poco tiempo era primera figura de Danza Contemporánea de Cuba.

Liliet es una de las intérpretes de la pieza, y al mismo tiempo, se encargó del guion y la producción del espectáculo.

Con Balneario comienza una etapa creativa para una artista inquieta y comprometida. La entrevistamos en exclusiva.

—¿Cómo se articula esta puesta?

—La idea de esta puesta en escena surge a raíz de reflexiones y vivencias marcadas por prejuicios sociales, raciales, y estereotipos que pasan por una socialización que, en ocasiones, nos pone en dudas y nos hace tomar caminos no deseados.

«Partimos de la necesidad de hacer crecer y presentar un nuevo criterio en la relación cuerpo- espacio- intimidad.

«Con Balneario se pretende explorar algunas interrogantes: ¿Qué ocurre cuando los espacios chocan o se contraponen? ¿Cuántos prejuicios, miedos e incertidumbres habitan esa zona profunda y poco explorada de nuestra identidad? ¿Cómo nos condiciona la mirada del otro y cómo construye y afecta nuestro comportamiento?

«Son esas cuestiones surgidas en el escenario, que han condicionado nuestros gestos, para liberar las tensiones, los vapores contenidos de un miedo antropológico a la desnudez, a estar solos y acompañados, a compartir nuestra zona de intimidad con el otro, para crear desde la danza un espacio de libertad».

—¿Qué desafíos te planteó?

—El proceso de esta puesta en escena ha sido todo un desafío para mí y para Irán Dilo, quien ha desarrollado toda la creación coreográfica, pues es la primera experiencia que tenemos desarrollando una obra de esta magnitud.

«Él desde su perspectiva como coreógrafo y yo como guionista, productora general y como bailarina, simultáneamente.

«Este reto también ha venido acompañado de aprendizaje y debo agradecer a Rosario Cárdenas, quien nos ha brindado esta gran oportunidad de desarrollar esta pieza y nos ha abierto las puertas de su conocimiento y experiencia».

—¿Cuáles son las características de este proyecto? ¿Cómo ha sido trabajar con bailarines de disímiles procedencias?

—Este proyecto se traza sobre la concepción del pensar a la creatividad como una acción de innovación, de que existen actos relacionales (inter y extra artísticos), en la indivisibilidad del arte, y de que siempre se exteriorizarán subsistemas artísticos autónomos; pero, a la vez, enmarcados en un sistema abierto.

«Su raíz se sitúa en el reconocimiento de una solidez en la creatividad endógena del constructo cubano, donde convergerán en el género contemporáneo todas las ramas del resto de las especialidades de danza: folclor en su totalidad, neoclásico y moderno.

«Esa diversificación no solo estará implícita en la parte danzaria, sino también en los bailarines. De ahí la razón de trabajar con bailarines de disímiles procedencias, que en ocasiones resulta difícil la sincronización, pero cada uno realiza aportes importantes».

—Algunos dicen que los jóvenes solo quieren irse de Cuba, que no encuentran oportunidad de realización aquí... ¿Por qué apuestas por Cuba?

—Ciertamente, son tiempos convulsos; pero yo decidí estar aquí porque me interesa defender mi idiosincrasia, que está muy ligada a la cultura de la nación. Creo que a veces no valoramos nuestro gran patrimonio. Y ni siquiera somos conscientes de todo lo que podemos hacer, porque solemos subestimarnos.

«Somos jóvenes, y tenemos energía. Claro que nos falta experiencia, pero si nos dan la oportunidad de adquirirla aquí, la aprovechamos. Al final, se trata de continuar la obra de nuestros maestros. Alguien tiene que hacerlo. Muchos tienen el talento para hacerlo.

«Para mí es muy importante crear algo con peso, desde el punto de vista cultural. Siento que se lo debo a mis formadores.

«Es una cuestión emocional. Nadie ha dicho que sea fácil. Pero yo estoy dispuesta a luchar por eso. Y quiero que sea aquí, en el lugar donde nací y me formé».