Hotelería y Turismo: un gremio más que comprometido

Corre de prisa el 2023, año bautizado desde el calendario precedente como el de la recuperación de la industria del ocio en Cuba, afirmación que más que una aspiración se torna un imperativo dado el contexto en que se desenvuelve  el país.

Cuando se celebra con justeza este 4 de marzo el Día del Trabajador de la Hotelería y el  Turismo, viene como anillo al dedo una nueva oportunidad de hacer más que  compromisos y emprender la resistencia creativa a la que han sido convocados todos los trabajadores cubanos, frente a las variopintas carencias internas y el recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero, con decisiones recientes del presidente Biden que  dan más vueltas de tuerca a la oprobiosa política de Estados Unidos contra Cuba.

Laboran en el dinámico sector, envuelto aúnen la llamada etapa invernal o de alta, más de 100 mil personas con el Estado y superan los 20 mil quienes ocupan plazas en las modalidades privadas, todo un potencial que se compensa y con calidad e iniciativas pueden aportar mucho a justificar el nombre de la actual campaña del Mintur: Cuba Única, encaminada a resaltar las bondades turísticas que diferencian al archipiélago antillano del resto de los destinos de la región.

Hoy existen condiciones para alcanzar cotas superiores por el control de la COVID-19, la reactivación de la industria sin chimeneas a nivel internacional  y los resultados positivos de giras recientes fuera de fronteras donde ha quedado patentizado el interés del empresariado extranjero por invertir en la nación, a pesar de las trabas de la guerra que contra La Habana desarrolla Washington desde hace más de seis decenios. 

El más reciente ejemplo de irrupción en los asuntos internos de la mayor de las Antillas, en específico con incidencia en el turismo, viene de la mano  de una multa de 400 millones de dólares impuesta a cuatro importantes líneas de cruceros norteamericanas por supuestos daños a  la entidad norteña Havana Docks, que tenía- antes de 1959- la concesión de  explotar algunos de los muelles de la rada capitalina.

Todo ello ordenado por una jueza del sur de Florida y al amparo del Capítulo III de la extraterritorial Ley Helms-Burton, que sigue haciendo daño. Ojalá pudiéramos afirmar que en vano, pero no es así pues corta fuentes de ingreso a la deprimida economía doméstica.

Al hablar de los atributos del ramo siempre se destaca su poder dinamizador encadenado a otros rubros-alimentación, transporte, suministros varios (…)- y la rápida captación  de medios financieros, que el enemigo sabe hacerla mucho más difícil con maniobras como la narrada.

Conscientes de ello las autoridades  han llamado a no esperar por otra divisa que no sea la que seamos capaces de producir,en muestra cotidiana de resistencia activa y creativa con el propósito supremo de contribuir a la prosperidad de la familia cubana.

Poniendo en contexto las celebraciones de este fecha instituida en homenaje al mártir del sector, Elpidio Casimiro Sosa González, tenemos a favor que el  destino dispone de seguridad, hospitalidad, buenos partners foráneos, fieles en las buenas y en las  malas; y que  tras la paralización universal de la actividad de los viajes, Cuba se ha montado en la  reactivación mundial con la atracción de mercados, turoperadores y aerolíneas para la capital y un grupo importante de los 14 polos listos para recibir clientes.

En esos lugares se levantan infraestructuras extrahoteleras y hoteleras que elevan a 240 los hospedajes con más de 77 mil 800 cuartos del Estado y sus asociados, y más de 20 mil privados.

De lo que tenemos en contra empezaremos por mencionarla competencia que supone luchar por mercados distantes, como consecuencia de la guerra imperial  que nos priva de la fuente natural a solo 90 millas. A ello se suman la crisis económica externa e interna, yla inflación que recorre el planeta  con particular incidencia en el archipiélago. Todo ha sido dicho y argumentando.

Enero arrancó con un plan económico retador y muchos desafíos por todos los vericuetos antes mencionados, a los que se adhieren los golpes blandos de una guerra mediática  desde fuera de fronteras con eco en la ínsula a cargo de los súbditos vendepatria de la nómina del momento.

No es un cliché pero en materia del ocio, Cuba es mucho más que sol y playa, porque ha demostrado además  sus opciones en modalidades como el turismo accesible para personas con discapacidades disímiles, la cultural, historia, patrimonio, la náutica, programas de salud, agroturismo y turismo de aventuras.

Pese a los constantes traspiés del enemigo, nuestro país ofrece oportunidades para el recreo y el descanso plenos que, en el mundo convulso en que hoy vivimos, no es fácil de encontrar juntos.

El Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez ha reiterado: “Nosotros somos un país con estabilidad política, seguridad, tranquilidad ciudadana, seguridad epidemiológica, y esas son realidades que tenemos que potenciar”.

Y en esa indicación aún queda buen trecho por andar, aunque queda claro que pocos destinos pueden hoy brindar lo que el turismo cubano, y su gremio lo conoce al dedillo.

Solo agregar a modo de resumen final unas pinceladas que,  por algunas razones valederas, han  situado en la actualidad a la Isla en cintillos de importantes medios impresos y digitales.

Comparece Cuba- en el sitial número 27- entre los 52 destinos recomendados para viajar en 2023 por The New York Times; en tanto TripAdvisor la reconoce como principal «destino de moda» en el ejercicio en curso, medio que también destaca en el ranking de esa propia plataforma  especializada la permanencia de Varadero entre las 10  mejores playas del planeta.

Asimismo, la mayor de las Antillas y otros 19 países son los primeros seleccionados por China para reanudar los viajes turísticos en grupo de sus ciudadanos, movimientos interrumpidos por la pandemia.

Tantos- y nosotros sabemos muy bien por qué- no pueden estar equivocados.