Hombres y multitarea: ¿Incapaces o acomodados?

Hombres y multitarea: ¿Incapaces o acomodados?
Fecha de publicación: 
1 Febrero 2021
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Uno de mis compañeros de trabajo asegura que los hombres solo están capacitados para asumir un único tipo de multitarea: comer y ver la pelota a la vez.

Lo afirma de tal modo que parece convencido; pero, cuando insisto una y otra vez en cuestionarlo, se le empieza a dibujar una media sonrisa socarrona.

Pareciera una anécdota sin trascendencia, pero el argumento de que no pueden hacer varias cosas a la vez, de que están biológicamente incapacitados, ha sido fuente de más de una trifulca familiar.

Y si solo fueran choques pasajeros, no mereciera la pena detenerse en el asunto, pero esas posturas andan conspirando desde hace rato contra buenas dinámicas hogareñas,  contra un equitativo reparto de roles y hasta contra los empeños a favor de la igualdad de derechos de la mujer.
 

¿Qué dice la ciencia?

Hay quienes aseguran que Ellas sí que pueden con la multitarea y que a Ellos les es imposible, por genética, por razones anatómicas… Pero en realidad, no hay demostración científica contundente que ampare tal aseveración. 

Sí la respaldan siglos de arcaicas concepciones relacionadas con el género, que parten de la observación directa de las mujeres haciendo en casa muchas cosas a la vez.

Y hasta algunas encuestas aseguran, en un 60% de sus respuestas, que las mujeres están más capacitadas para hacer varias cosas a la vez, estereotipo que igual ha suscrito alguna que otra academia, pero cuyas indagaciones, por debilidades metodológicas, muestra resultados bien difíciles de sustentar.

 


Foto: tomada de dw.com

En realidad, más que científica, es una tesis bien cómoda para quienes desean eludir responsabilidades domésticas.

No es ciencia constituida sino mito. Al menos así lo evidencia un estudio dado a conocer en la revista Psychological Research , donde aseguran que no existen estudios concluyentes que permitan diferenciar en ese ámbito de la multitarea a hombres y mujeres.

A esa línea de pensamiento se suma el profesor de psicobiología Manuel Martín-Loeches, doctor por la Universidad Complutense de Madrid,  quien indica -citado por varios medios de prensa en este tema-  que  «las regiones prefrontales implicadas no presentan diferencias entre el cerebro masculino y el femenino».

Un imposible

De hecho, la multitarea o multitasking resulta un imposible. Le llaman así, pero en verdad se trata de actividades secuenciales realizadas de forma muy rápida, dinámica.

Desde finales del pasado siglo abundan indagaciones asociadas a las neurociencias, en especial estudios funcionales de resonancia magnética, donde se ratifica que el cerebro humano no está capacitado para acometer la multitarea, es decir, para hacer dos o más actividades en un mismo período de tiempo. Lo que sí podemos, por igual hombres y mujeres, es cambiar de actividad muy rápidamente, al punto que da la impresión que se acometen de modo simultáneo.

Así aseguran estudiosos de la universidad de Michigan, los cuales subrayan que la multitarea depende más de la percepción que de lo que sucede en realidad. Es una cuestión ilusoria.

Con ellos coincide el neurólogo Pablo Eguía, de la Sociedad Española de Neurología, quien argumenta que para hacer en verdad dos actividades  a la vez, estas han de estar muy automatizadas, como caminar y hablar por el móvil, o comer o ver la televisión.

Ese especialista aclara que en realidad se hace un «task switching o cambio de tarea», pero tan rápido que nosotros mismos nos creemos que las simultaneamos.

Es decir, Ellas y Ellos por igual son incapaces, porque así se lo impiden sus cerebros, de acometer varias tareas a la vez.

Pero se mueve

No obstante, en estos tiempos de pandemia durante los que permanecemos los cubanos más tiempo en la casa que el habitual, y la balanza de deberes doméstica se recarga, como casi siempre, del lado femenino, valdría atender la siguiente consideración:

El cerebro no podrá hacer dos cosas a la vez, pero se entrena en atender una después de otra.

La práctica puede llegar a mitigar nuestras limitaciones naturales, asegura la psicóloga Kelly Garner, de la universidad de Queensland, Australia, y autora principal de un estudio sobre la flexibilidad del cerebro humano publicado en la revista eNeuro.

La doctora Garner y su equipo sentencian que aquellos que intentan enfrascarse en varias cosas casi de modo simultáneo suelen equivocarse con frecuencia, ocasionando daños a su vida personal así como perjuicios sociales y económicos. 

Complicarse tratando de hacer varias cosas a  la vez, o casi a la vez, deriva, a la larga, en pérdida de tiempo y en un mayor nivel de estrés que impacta en la calidad de vida.

 


Foto: tomada de quesalud.com

En el orden laboral, por ejemplo, esos intentos acarrean disminución en la productividad, la eficiencia, así como decisiones erróneas.

Pero, también aseguran que, hasta ahora, las redes neuronales involucradas en la multitarea se habían visto solo asociadas con el neocórtex, la capa exterior del cerebro, y sucede que también parecen estar involucradas con estructuras cerebrales más profundas como el llamado cuerpo estriado.

De ahí que el vínculo entre el neocórtex y el cuerpo estriado pueda resultar cada vez más eficiente gracias a la práctica.

En los hogares cubanos

Si la Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género, fechada en 2016, señalaba que las cubanas sumaban 14 horas más de trabajo no remunerado a la semana con respecto a los hombres –refiriéndose sobre todo a tareas domésticas y de cuidado a otros-, sería interesante saber cómo ha variado esa cifra desde que el nuevo coronavirus se coló en esta Isla, en marzo último.

 


Infografía tomada de ipscuba.net

De todos modos, aun cuando no estén los números a mano, resulta evidente que la sobrecarga ha aumentado notablemente. Ya no son solo los quehaceres hogareños -que también ahora se complican por la escasez de abastecimientos y productos de aseo-  sino que a ellos se suma el cuidado de menores y de adultos mayores, así como las medidas adicionales de higiene en casa relacionadas con a Clovid-19.

Y si a lo anterior se agrega la realización de teletrabajo, el panorama se pone más que complicado para las cubanas, sobre las que recaen, a pesar de los esfuerzos institucionales, estereotipos y desigualdades de género.

Teresa Amarelle, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas recordaba en el programa televisivo Mesa Redonda, de noviembre último, que el actualizado Plan de Acción Nacional de Seguimiento a la IV Conferencia Mundial de la ONU sobre la Mujer incluye entre sus propuestas alcanzar mayor integralidad y efectividad en la prevención y eliminación de manifestaciones de discriminación y violencia contra la mujer, con el objetivo de promover la igualdad de derechos, oportunidades y posibilidades, refrendados en la Constitución de la República.

En ese contexto informativo, la vice titular primera del Ministerio de Justicia, Rosabel Gamón, apuntaba que el actual cronograma legislativo cubano enaltece las políticas del Estado y el Gobierno en favor del empoderamiento de las féminas y la eliminación de desigualdades.

 


Foto: Jorge Luis Baños

Pero ocurre que la pandemia con sus dramáticos girones relega a un segundo plano, en todas las latitudes, cuestiones como esta de la sobrecarga sobre hombros de mujeres, cuya salud, mental y física, también se reciente por esta causa.

Sin embargo, las cubanas, al igual que los cubanos -o quizás más por lo apuntado en este texto- continúan dando muestras de resiliencia y creatividad también en estos tiempos, donde las tantas faenas domesticas –que se pretende traducir en multitarea-, si se reparten entre todos, toca a menos carga… y más amor.

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