¿Los hámsteres son buenas mascotas?
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Enterarme de que hay un Día Mundial del Hámster y es precisamente hoy, 12 de abril, me recordó una anécdota familiar de tiempos de COVID, cuando estábamos todos en casa y hacíamos malabares para mantener a los más pequeños entretenidos.
Creo que la Naná fue inquieta y curiosa desde el vientre de su mamá y, en la misma medida, cariñosa y juguetona, así que cuando llegaron dos hámsteres a la familia, los recibió con el mismo entusiasmo y les dedicó todas las atenciones junto a su mejor cómplice, el primo Javi: les ponían las semillas de calabaza, el agua y también los obligaban casi a jugar en la rueda y los túneles que el ingenioso tío Humbe inventó para ellos.
Sin embargo, un día el hámster blanco le arrancó todo el amor de una mordida en el dedo índice: “Tatí, ese jaguar malo me mordió”. La frase se convirtió en la diversión del día para la familia y el roedor cambió de nombre para llamarse “Jaguar malo”.
Efectivamente, el animalito tenía un comportamiento arisco, más bien huraño y cuando le llenaban la copa de tantos cariñitos podía resultar hasta agresivo, así que nos pusimos a investigar sobre este tipo de mascotas y averiguamos que duermen de día, así que justo cuando es hora de que los niños y las niñas se vayan a la cama, ellos están “amaneciendo”.
En un sitio de Internet especializado en mascotas, descubrimos que el nuestro no era malo, sino un hámster común: “Muchos hámsteres son nerviosos y mordedores, especialmente al despertar de una siesta. Los hámsteres necesitan un toque suave y pueden asustarse fácilmente con movimientos repentinos y ruidos fuertes.”
Sin embargo, también aprendimos que tener un hámster como mascota puede ser una excelente manera de enseñar responsabilidad a los niños de aproximadamente 8 años en adelante, pues aprenderán a alimentar a su mascota, limpiar su jaula y asegurarse de que esté cómoda.
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