Este 2022 sin duda no será recordado entre los mejores años, y, por lo que indican las estadísticas, y, sobre todo, el padecimiento humano, para el nuevo año un 19,1% más de personas a nivel global requerirán de ayuda humanitaria, en comparación con el calendario que termina.

Dicho por ciento equivale a cerca de 339 millones los habitantes de este planeta cuyas vidas andarán muy lejos de un elemental bienestar. No es “un buchito” de gente, esa cantidad casi equivale a la población total del tercer país más poblado del mundo, EE.UU., con 340 millones de habitantes.

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De ese total se calcula que alrededor de 45 millones de personas estarán en riesgo de hambruna, y prevén que la inseguridad alimentaria golpee a 222 millones de habitantes en 53 países.

A lo anterior debe agregarse, además de los conflictos bélicos y sus consecuencias, una situación sanitaria nada halagüeña dado el pronóstico de aumento de casos de Covid-19, de mpox -antes conocida como viruela del mono-, ébola y cólera, según previsiones de la ONU.

Y para ensombrecer más el panorama, hay que sumarle las afectaciones derivadas del cambio climático, de los perjuicios causados al planeta, que, entre muchos otros dolores, se traducen en nuevos récords para este 2023 de emisiones mundiales de CO2 dados los insuficientes esfuerzos para el empleo y desarrollo de energías renovables, según advirtió la Agencia Internacional de Energía (AIE).

Además de seguir vivos, de haber logrado sortear la pandemia de Covid-19, no parecen abundar los motivos de celebración, sobre todo considerando que la crisis humanitaria que atraviesan no pocos países en todo el mundo se acelerará en 2023 y esa tendencia continuará cuesta arriba en los próximos años.

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Así lo asegura el secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, Martin Griffiths, quien precisó que "El año próximo representará el mayor programa humanitario" jamás lanzado a nivel mundial.

El monto de esa ayuda alcanza los 51.500 millones de dólares, un 25 por ciento más que en 2022.

De acuerdo con ONU, los países donde mayor cantidad de personas requerirán de ayuda humanitaria son Etiopía, Afganistán y la República Democrática del Congo. En América Latina, queda en círculo rojo Haití, donde el monto de esa ayuda crecerá un 30 por ciento, lo cual equivale a 715 millones de dólares destinados a 5.2 millones de haitianos, más de la mitad de esa población.

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Pero qué bueno fuera si en vez de ayudas humanitarias financieras, de esas que van de los poderosos a los que muy poco tienen, los humanos nos propusiéramos ayudarnos entre nosotros, animados por la más noble de las indignaciones. En definitiva, y ya lo dijo Galeano, “… somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.