Rusia 2018: La Garra charrúa nunca defrauda

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Rusia 2018: La Garra charrúa nunca defrauda
Fecha de publicación: 
25 Junio 2018
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Siempre hay que contar con ellos, no importó si Rusia llegó al partido entre ambos precedida del mejor registro goleador de la justa, abrazada a ocho dianas con Bélgica e Inglaterra. Tampoco el hecho de estar enfrentando una marea roji-blanca de hinchas anfitriones.

Lo cierto es que Uruguay sacó a relucir una vez más esa garra que los coloca como contendiente en cada competición seria y goleó a los locales 3-0, para erigirse como primero del grupo A.

Aferrados a sus dos Copas Mundiales y el título olímpico cuando no existía límite de edad en la composición de esas selecciones, saltaron al césped de la Arena Samara los dirigidos por el profesor Oscar Washington Tabarez, prestos a buscar la victoria, un resultado favorable sin importar el posible rival de octavos, (España o Uruguay), con cuatro cambios en la alineación que engranaron a la perfección y racha de sonrisas extendida a seis partidos.

Y es que la Celeste, siempre ha jugado al fútbol con la misma actitud ganadora, amén del rival al que se enfrenten. Con esa mentalidad, buena salida desde el centro del campo y por los laterales, sólidos en defensa… compactos en sentido general vencieron los uruguayos una primera mitad de ensueño, a tono con su pedigrí y distinta de cualquier sombra gris en sus dos actuaciones precedentes.

Rendimientos que coronaron con dos goles. El primero salido de los botines de Luis Suárez, en tiro libre desde el umbral central del área y en el que la Telstar-18 burló la barrera para colarse en las redes afeitando el palo derecho, raso, inalcanzable para Igor Akinfeev. Llegó la ventaja al minuto 10. Antes, en la acción que llegó por una pérdida y contragolpe por el sector derecho, la falta de Yuri Gazinsky le mereció cartulina amarilla.

Se jugaba a un ritmo intenso con los charrúas sacando el mejor provecho. Eficacia y convencimiento de su poderío, eso cargaron los uruguayos en sus piernas. Fruto de ese ataque incisivo llegó el segundo tanto.

Del otro lado, los rusos extrañaban en el medio campo al astro Aleksandr Golovin, y su ausencia significó también perder la batalla en esa zona. Además no pudieron alimentar con eficiencia a Artem Dyzuba y Denis Cheryshev firmó una pobre actuación.

Perdió en el mano a mano con Nandez, y por si eso no bastara tuvo la desdicha de desviar hacia su meta un obús de pierna zurda de Laxalt que amplió la ventaja Celeste. Del tiro, Cheryshev fue sustituido por Mario Fernandes en el 38, justo tras la expulsión por doble amarilla de Igor Smolnikov (m.36).

Con desventaja numérica, Rusia tuvo algún destello, pero no pudo saciar el cántico de sus adeptos. No pudo o no tuvo ocasiones el ídolo Fedor Smolov y Fernando Muslera conquistó otra puerta cero en la justa.

El sello, inaugurándose en la lista de goleadores de la lid, lo puso Edinson Cavani al 90, luego de un paradón de Akinfeev que le dejó el rebote a tiro.

Una pincelada estadística refleja el dominio charrúa con un 4-1-2-1-2 bien pragmático y certero. Tabarez definitivamente continúa siendo un maestro en el arte del fútbol. Los celestes ametrallaron en 17 ocasiones el arco de su adversario, siete de ellas entre los tres palos. Además de dominar la posesión ligeramente 56 por 44%.

Suárez tiró de su elenco, recobrando ese instinto asesino que lo pondera entre los mejores delanteros de la actualidad.

El honor Saudí, lavado en el adiós

En un duelo sin tamaña trascendencia, Arabia saudita y Egipto se enfrascaban en una batalla por el honor, ganada en definitiva por los saudíes cuando el reloj coqueteaba con el ocaso.

Los primeros compases hacían presagiar el desenlace final, pero la estrella egipcia Mohammed Salah abrió la pizarra con una vaselina a tono con su clase tras domesticar un trazo largo. Cronos devoraba el minuto 22 de la primera mitad y los saudíes mostraban su mejor versión.

Equilibrados en defensa y ataque, moviendo bien sus líneas por toda la Arena Volgogrado, deleitaban a sus adeptos, buena parte de los 36 823 asistentes que colmaron el graderío.

Los árabes tuvieron la posibilidad de igualar, pero el meta egipcio le atajó un penal a Fahad Almuwallad.

Continuarían las acciones y de nuevo la tecnología VAR cobró protagonismo. Una falta de Ali Gabr en el área fue decretada pena máxima y Salman Alfaraj con mayor fortuna puso el abrazo. Se mantendría inalterable el score hasta casi el momento de caer el telón.

Salem Al Dawsari remató con pierna derecha desde el corredor diestro del área. Bajo, incómodo, afeitando el palo izquierdo. La asistencia, cortesía de Abdullah Otayf.

Así coronaron los saudíes un triunfo, para culminar terceros de la llave A, independientemente de quedar igualmente eliminados. Desenlace merecido, pues dominaron con creces el choque (62-38%), además de superar abrumadoramente los intentos a puerta (22-7) por (8-1) los egipcios.

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