Lasso: salvavidas con muchos huecos
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Una mujer ve una pancarta de la campaña de Guillermo Lasso en Quito, la capital de Ecuador, el 11 de enero de 2021Credit...Jose Jacome/EPA vía Shutterstock
Guillermo Lasso, banquero, derechista y millonario, llegó a la presidencia de Ecuador por el voto unido de la reacción, además del apoyo de ambiciosos dirigentes indígenas enemigos del correísmo; pero en estos sus primeros 100 días de gobernanza no ha podido comenzar a revertir la mala situación que dejó su predecesor y alumno Lenín Moreno, un traidor a su partido y dirigentes que le respaldaron su llegada al poder.
Tal como prometió, Lasso, propugnador del compromiso de Moreno con el Fondo Monetario Internacional, ha sido fiel al ente manejado por el imperialismo, lo cual ha endeudado aún más a la pequeña nación suramericana.
Así, como premio a su fidelidad, recibirá otros mil millones de dólares de los más de 10 000 millones pactados con el FMI, todo lo cual no ha podido evitar que el desempleo haya llegado ya al 7%, y el aumento de la informalidad a más de la mitad de la población trabajadora.
Ello agrava la situación causada por el descuido de Moreno en la atención a la crisis sanitaria provocada por el nuevo coronavirus, la corrupción en todos los sectores de la economía y otros males que Lasso reconoció y prometió eliminar, pero ahora se encuentra desarmado ante un Fondo exigente.
FAMILIAS VULNERABLES
Tan es así, que las familias ecuatorianas son cada vez más vulnerables, un proceso que surgió con Moreno y que ahora se agrava, admiten entidades nada contrarias al oficialismo y la Organización de Naciones Unidas para la Protección de la Infancia.
Según una encuesta de la UNICEF, en Ecuador ocho de cada 10 hogares con niños redujeron sus ingresos y están experimentando dificultades para acceder a alimentos nutritivos.
“La pandemia nos ha hecho retroceder. La pobreza, la desigualdad y el desempleo han aumentado a un ritmo sin precedentes en América Latina y el Caribe. Nos convertimos en la región más golpeada, agravadas por la pandemia y sus consecuencias”, afirmó la directora Regional de UNICEF, Jean Gough, quien señaló que “es urgente que los niños, niñas y sus familias deben ser el centro de las estrategias de recuperación”.
Las familias ecuatorianas, en especial aquellas con niños y que ya se encontraban en situación de pobreza antes de la pandemia, además de la política de Moreno, se han visto dramáticamente golpeadas en su economía, salud, educación y acceso a derechos básicos. Aunque ha pasado más de un año y medio desde que se inició la pandemia, en Ecuador la situación sigue empeorando para estas familias, y los primeros 100 días de Lasso no han representado alivio alguno al respecto.
Las interrupciones en los servicios esenciales de salud afectan particularmente a los niños menores de 5 años. El 14% de hogares no cumplió con el esquema de vacunación infantil. Las familias afirman que la principal causa es la falta de vacunas. Solo cuatro de cada 10 hogares con niños menores de 5 años accede a servicios de desarrollo infantil o educación inicial.
Asimismo, nueve de cada 10 hogares con niños y adolescentes, del estrato más bajo, solo pueden acceder a educación a través de un celular. En cambio, en siete de cada 10 hogares del nivel socioeconómico alto estudian a través de una computadora. Los estudiantes de escuelas privadas dedican el doble de horas a recibir clases. Para continuar la educación a distancia, cinco de cada 10 hogares, especialmente en zonas rurales, necesitan tener Internet o mejorar la calidad de la conexión.
Las familias más vulnerables presentan mayor afectación emocional. En seis de cada 10 hogares con inseguridad alimentaria severa, los niños se han sentido tristes o sin ánimo.
La organización enfatiza en que estas familias requieren apoyo, a través de medidas económicas y sociales, que promuevan el crecimiento equitativo. Afirma que, suponiendo un incremento anual del 2% en los ingresos de los hogares, les tomaría 11 años, a las familias con niñas y adolescentes, salir de la pobreza. Es decir, tres veces más tiempo que a aquellos hogares sin niños.
PERAS AL OLMO
La UNICEF asegura que la respuesta del Estado, a través de servicios públicos de calidad y gratuitos, que cuenten con financiamiento permanente y el personal necesario, es clave para corregir las asimetrías profundizadas por la crisis, e indica que la actual gobernanza requiere de una reforma tributaria progresiva y redistributiva, que garantice una recuperación económica en condiciones de equidad, así como impulsar los ingresos de los hogares apuntalando el empleo formal.
Pero la organización no puede evitar que el actual mandatario siga empeñado en cumplir todos los requisitos que pretende el FMI para conseguir la ayuda económica que endeudara aún más a la nación.
Lasso no ofrece nada nuevo que no haya intentado hacer con su alumno Moreno, como que el Banco Central sea más autónomo, los bienes públicos privatizados; y la legislación laboral reformada de manera que otorgue a los empleadores un mayor poder sobre los trabajadores. Algunos de estos cambios, por ejemplo, la disociación del Banco Central de otras decisiones gubernamentales, dificultarán aún más la recuperación económica.
Todo esto tiene lugar bajo un gobierno que, como el anterior, busca revertir las reformas políticas del correísmo, las cuales, si nos basamos en indicadores económicos y sociales, fueron bastante exitosas. La pobreza se redujo en un 38% y la extrema en un 47%; la inversión pública -incluidos hospitales, escuelas, carreteras y acceso a energía eléctrica- se duplicó como porcentaje de la economía. Pero ese gobierno era de izquierda con mayor independencia de Estados Unidos, como cuando, por ejemplo, cerró la base militar estadounidense en su territorio.
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