Incendio en Matanzas: Información, transparencia y responsabilidad

En momentos particularmente complejos para toda la nación, la estrategia comunicativa de las organizaciones políticas, el gobierno y los directivos de las disímiles instancias está funcionando con absoluta transparencia y responsabilidad.

Los medios públicos de comunicación dedican amplios espacios a una cobertura informativa que no ha minimizado el impacto de la tragedia. Hay un constante flujo informativo, marcado por la permanente actualización y puesta en contexto.

La ciudadanía cuenta con varias fuentes confiables, convendría tenerlas perfectamente identificadas.

Más allá de los medios convencionales, en las redes sociales hay voces autorizadas. Son los especialistas, los directivos, el personal calificado que gestionan el enfrentamiento al desastre.

Las cuentas de la Presidencia de la República, del Partido Comunista, del Presidente, del Primer Ministro, de los ministerios, del gobernador y la Primera Secretaria del CPPCC de Matanzas, fuerzas públicas, instituciones sanitarias y empresas implicados en el inmenso empeño de controlar el incendio, manejan la información confiable, de fuentes acreditadas. Esa información también se ha socializado en la prensa.

El sentido común recomienda no difundir en las redes noticias sin confirmar, rumores sin base, calumnias, francas distorsiones de la realidad, lecturas aberrantes de los acontecimientos. Pero hay muchos internautas que lo hacen. A veces sin clara conciencia del daño que originan, con una frivolidad ciertamente nociva. A veces con toda conciencia, con las peores intenciones.

Algunos voceros pretenden instrumentalizar la tragedia, culpar a las autoridades, acusarlas de una deficiente gestión.

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No hay pruebas, no hay análisis serios. Son los libelos de siempre, las descalificaciones superficiales... las estrategias burdas de una guerra sucia. Una vez más pisan el dolor de un pueblo, y el esfuerzo y el sacrificio de muchos de sus mejores hijos, los que ahora mismo luchan por extinguir el terrible incendio, asumiendo no pocos riesgos.

Se ha querido instaurar desde algunas plataformas cierta narrativa del «sálvese quien pueda», como si las autoridades hubieran dejado desprotegidos a sectores de la población, en peligro ante la cercanía del incendio.

Son falsos esos pronunciamientos: hay un sistema de defensa civil perfectamente articulado, absolutamente funcional. No se dejará nunca a nadie a su suerte: ha sido la práctica permanente de la Revolución ante desastres naturales o grandes accidentes. Ejemplos sobran.

Foto: Ricardo López Hevia, Granma

Foto: Irene Pérez, Cubadebate

Proliferan «especialistas», que ofrecen en sus redes visiones catastróficas y análisis sesgados, sin contar con la mínima capacidad o credencial. Otros que se regodean en una idea de fatalidad y desaliento místico que no tiene asideros científicos. Y algunos difunden descabelladas teorías conspirativas.

Ante esas «plagas», la respuesta es la unidad de la ciudadanía. Este pueblo cuenta con inmensas reservas morales. Y con una gran vocación de resistencia.

Cuba saldrá adelante: es la certeza compartida en momentos de grandes desafíos. 

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