Papa Francisco y Cuba: diálogo, respeto, sensibilidad (+ FOTOS)
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Fotos: AP, Reuters y Getty.
El vínculo entre el papa Francisco y Cuba ha sido uno de los más significativos en la historia reciente de las relaciones entre la Iglesia Católica y la nación. Más allá de los gestos protocolares, su acercamiento ha estado marcado por una profunda sensibilidad pastoral, un claro interés en la reconciliación entre los pueblos y un respeto sincero hacia la historia y la dignidad del pueblo cubano. La visita apostólica que realizó del 19 al 22 de septiembre de 2015 no solo tuvo un gran impacto espiritual, sino también político y simbólico.
En esa ocasión, el pontífice ofició misas en La Habana, Holguín y Santiago de Cuba, siendo esta última la ciudad donde veneró a la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona nacional. Fue un gesto de especial significación para millones de creyentes cubanos, que vieron en el papa no solo al jefe de la Iglesia, sino a un pastor cercano y empático. Sus palabras en la Plaza de la Revolución de La Habana, en las que llamó a apostar por el servicio al prójimo, resonaron más allá de los templos.
Uno de los momentos más notables de aquella visita fue su encuentro con Fidel Castro. Aunque se trató de una reunión privada, el contenido simbólico fue inmenso: dos líderes, cada uno con su cosmovisión, dialogando sobre temas como el medio ambiente y el rol de la religión en el mundo contemporáneo. Fue, sin duda, una señal de respeto mutuo, que hablaba de una Cuba dispuesta al diálogo y a la pluralidad.
Pero el rol del papa Francisco respecto a Cuba no se limita a esa visita. Fue pieza clave en el acercamiento diplomático entre La Habana y Washington, cuyo restablecimiento de relaciones en 2014 fue facilitado, en gran parte, por la mediación discreta y efectiva de la Santa Sede. Su figura se convirtió entonces en puente entre dos naciones que por décadas vivieron enfrentadas, y su presencia en la isla reforzó ese simbolismo.
Un año después, en febrero de 2016, Cuba volvió a ser epicentro de un hecho trascendental para el cristianismo: el histórico encuentro entre el papa Francisco y el patriarca ortodoxo ruso Kiril, primero desde el cisma de 1054. Este hecho consolidó a la isla como un espacio de confluencia y entendimiento, más allá de credos o ideologías.
Francisco reiteró en varias ocasiones su afecto por el pueblo cubano, describiéndolo como laborioso, digno y lleno de esperanza. Ha dicho también que mantiene una relación humana con las autoridades del país, y que considera a Cuba “un símbolo”.
El pontífice apostó siempre por el camino del entendimiento. Su actitud no partía de la complacencia, sino de una visión pastoral que privilegia el diálogo sobre la confrontación. En un mundo marcado por los desencuentros, su mensaje en Cuba fue claro: tender puentes, sanar heridas, promover una “revolución de la ternura”, como él mismo la llamó.
Con información de agencias.
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