DE LA MÚSICA CUBANA: Gardenias que no se marchitan

DE LA MÚSICA CUBANA: Gardenias que no se marchitan
Fecha de publicación: 
26 Junio 2024
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Como las grandes historias de amor que nunca mueren, el bolero Dos gardenias, de Isolina Carrillo continúa en el repertorio de intérpretes de ayer y hoy. Fue estrenado en 1945 por el cantante de ópera Guillermo Arronte en la RHC Cadena Azul, aunque sería el boricua Daniel Santos quien le dio vuelo internacional. No solo caló en el gusto del público sino que las nuevas generaciones han aromado sus romances con esta sentida melodía.

A su repertorio lo sumaron intérpretes del patio y extranjeros. Lo grabaron los cubanos Antonio Machín, Rita Montaner, Fernando Álvarez, Elena Burke, Roberto Sánchez, Omara Portuondo, entre otros. De esta obra Ibrahim Ferrer hizo una excelente interpretación en el premiado disco Buenavista Social Club. En otras latitudes estuvo en las voces de María Luisa Landín, Pedro Vargas, Fernando Fernández, Eva Garza, Leo Marini, Diango. Muy gustada es la interpretación de Diego El Cigala.

¿Qué motivó su creación? ¿Nació de una vivencia personal o acaso de un cruel desengaño? La propia Isolina, a lo largo de su vida, dio distintas versiones en las entrevistas que le realizaron.


Isolina Carrillo

Alguna vez la autora dijo que la canción le surgió cuando una alumna le regaló unas gardenias de irreprochable blancura. Se ha comentado también que se debe a un disgusto con un alumno colombiano, quien celebraba una fiesta a la que no invitó a su maestra por ser negra.

Antes ella había presentado otras de sus páginas inolvidables: Como yo jamás, Miedo de ti, Cuando menos lo pienses, Increíble, Sed de ti, Que mal te portas, Rumor de vida, Chachachá sentimental, Castillo de sueños.

El padre de Isolina, quien era veterano de la guerra de independencia y motorista de tranvía, tocaba la guitarra, bandurria y percusión; los hijos también hacían música. Con ellos y la propia Isolina, Crispín Carrillo dirigió una charanga que actuaba en los cines.

Nacida en La Habana, el 9 de diciembre de 1907, ella estudió con el guitarrista y compositor Graciano Gómez y en la Academia Municipal (hoy Conservatorio Amadeo Roldán) donde se graduó. Además, recibió clases de canto de Piedad de Armas  y del maestro Juan Manuel Elósegui.

Aunque poseía una sólida formación de concertista derivó hacia los géneros populares. Trovadoras del Cayo llamó a su septeto femenino, el segundo que hubo en Cuba, y donde en vez de piano tocaba la trompeta, aprendida de Lázaro Herrera, músico de la agrupación de Ignacio Piñeiro.

En 1934, Isolina no solo actuó como pianista sino que su voz se escuchó en el Trío Guyún, formado por el guitarrista de ese nombre y Marcelino Guerra, Rapindey. La joven había comenzado a acompañar a notables intérpretes como Rita Montaner y continuó en la emisora CMQ, en el programa radial de aficionados La Corte Suprema del Arte.

A la compositora se debe la creación de la Orquesta típica gigante de la Cadena Azul y el primer conjunto campesino de la radio cubana.

Integró el Conjunto Siboney y con el cuarteto así denominado, el primer grupo vocal del país. Con su esposo Guillermo Arronte, formó otro que hizo una gira por todo el país. En México filmaron las películas, Rumba caliente y La segunda mujer. Por Dos gardenias a Isolina le fue concedido en México el preciado premio Ariel. André Kostelanetz le solicitó una obra para su orquesta y lo complació con el bolero Miedo de ti.

Sus amplios conocimientos contribuyeron a formar numerosos cantantes aplaudidos en el mundo artístico. El corazón de Isolina se detuvo para siempre el 21 de febrero de 1996.

A continuación invitamos a nuestros lectores a escuchar la interpretación de Luna Manzanares acompañada al piano por Harold López-Nussa

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