DE LA HISTORIA DEPORTIVA: ¿Quién fue la primera medallista cubana en una lid internacional?

Se mantiene cierta discusión entre los historiadores deportivos de nuestro país, en relación con la inicial cubana galardonada en una justa internacional frente a rivales de real calidad. Muchos la buscan en el atletismo; un grupo señala a Alejandrina Herrera, otro a Bertha Díaz. Y se equivocan.
 
En los Segundos Juegos Centroamericanos, realizados en La Habana en 1930, aparecen en la lista de los vencedores, según ciertas estadísticas, las tenistas de la Mayor de las Antillas encabezadas por María García, la uno en el combate individual, pero ella no es nuestra primera medallista. En esa especialidad solo participaron contendientes del patio, y las raquetistas no se pueden evaluar como verdaderas ases del evento.
 
Apareció en San Salvador 1935, y no en el campo ni en la pista: la conquista la obtuvo la nadadora María Carlota Llanio, al triunfar en los cien metros estilo libre con 1:16.8.
 
Adiciono: en ese clásico, el cuarteto del 4 x 100 de esa modalidad resultó el primer colectivo deportivo de la mayor isla del Caribe que subió a lo más alto del podio: Margaret Chapman, Margot Blanco, Elcira Loret y Olga Luque, la hija de Adolfo, el excelente lanzador llamado cariñosamente Papa Montero, Tiempo: 5:37.0.
      
Y en el deporte rey, ¿qué? Allá vamos. La lanzadora de la jabalina Florinda Villanueva, primera de la Mayor de las Antillas que penetró el recinto de los éxitos en el atletismo por su tercer peldaño, gracias a los 28.16 metros logrados en Ciudad de Panamá 1938. En Barranquilla 1946, otra jabalinista de su nación, Ángela Iglesias, anclaría en segundo sitio:36.75. Las relevistas, plata: Marta Velazco, Carmen Ortega, Zenaida Castro y Olga Agüero. No se les tomó el tiempo.
 
Entre sus compatriotas dos discóbolas las imitarían: Gloria Álvarez con 29.72 en Barranquilla 1946 y Alejandrina Herrera, dama plateada con 31.70 en Ciudad de Guatemala 1950. Esta misma competidora se convirtió en la primera campeona de su patria en las citas Centrocaribes al lanzar 37.18 en Ciudad de México cuatro años después y resultar, además, la inicial recordista cubana en un concurso multidisciplinario. En Kingston 1962, segunda solo superada por su coterránea Caridad Agüero 43.76 por 38.70.
      
Su paisana Bertha Díaz fue la primera titular panamericana en los 60 lisos con 7.5 en los II Juegos, albergados por la capital azteca en 1955. Allí terminó segunda en 80 con obstáculos (11.8). En Chicago 1959 campeonó con 11.2. Obtuvo la dorada de las vallas en la pista mexicana de los Centroamericanos y del Caribe de 1954, al lograr 11.2, mejor que la marca anterior, bronce en la prueba reina y el relevo corto: 12.4 y 48.7 respectivamente. Triunfó en longitud al saltar 5.50 en Kingston 1962, y en los obstáculos: 11.1. Añadió a la cosecha el segundo sitio del relevo: 47.3.

Le cupo el honor de ser la primera representación femenina de su país en los Juegos Olímpicos. Actuó en las vallas de Melbourne 1956 y Roma 1960. En Australia llegó a semifinales donde hizo 11.2 y no llegó a batirse por el oro. En Italia, 11.7 en la fase eliminatoria y no la sobrepasó.
 
Bertha fue la mejor deportista cubana antes de la victoria del pueblo, lástima que no comprendiera el proceso liberador de su nación y estuviera muy por debajo de sus condiciones atléticas como ciudadana.