Bochorno en derby madrileño
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Thibaut Courtois retira un objeto lanzado desde la grada durante el derbi entre Atlético y Real Madrid. EFE
Yo pensaba que ya ese tipo de actitudes estaban erradicadas en el fútbol, pero nunca es suficiente todo lo que se haga en este sentido, porque a cada rato salen brotes de prehistoria desde las gradas.
Prácticamente nadie habla del 1-1 vivido futbolísticamente entre Atlético de Madrid y Real Madrid, sino del bochorno ocurrido en el estadio Cívitas Metropolitano, donde tuvo que interrumpirse el juego por unos 20 minutos debido a la actitud incontrolada de una parte de los presentes.
Específicamente en el fondo sur del estadio, donde se reúnen los fanáticos más recalcitrantes, se dieron incidentes que parecen de otra época, cuando se produjo el lanzamiento de objetos sobre la portería defendida por el arquero merengue Thibaut Courtois.
“Las imágenes que vivimos no tienen cabida en el fútbol y en el deporte”, dijo el mismísimo alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, seguidor confeso de los rojiblancos, y pedió que los implicados no entren más al recinto.
Aficionados violentos, algunos incluso con pasamontañas, algo inconcebible de permitir cuando estalla un suceso de este tipo, empañaron la imagen del club colchonero y avergonzaron al resto de los aficionados, y varios ciudadanos decentes abandonaron el estadio por el clima de inseguridad creado, algunos de ellos acompañados por menores de edad, que durante un tiempo tendrán pesadillas con lo vivido este domingo.
A diferencia de otras ocasiones, esta vez sobre el terreno no se dieron incidentes entre los jugadores, pese a la extrema rivalidad deportiva de ambos clubes, pero el espectáculo quedó dañado por esos impresentables.
El estadio Cívitas Metropolitano se expone al cierre parcial del fondo sur, si así lo determina el Comité de Disciplina de la Real Federación Española de Fútbol, y ese sería un duro golpe para el plantel.
De momento, solamente un agresor fue identificado, y se dice que incluso llevaba un arma encima, algo también increíble para un partido considerado de alto riesgo por la Policía.
Lo peor fue la actitud del técnico y los jugadores durante y después de los incidentes, porque no dejaron intervenir a la Policía Nacional, y esto lleva responsabilidad al club, al permitir y tolerar conductas inapropiadas y fomentar el odio, más que la rivalidad.
Las imágenes mostraron a varios encapuchados, y algunos de ellos incluso bajaron de la grada, estuvieron a pie de campo, con simbología neonazi, mientras jugadores y el propio entrenador intentaban calmarlos.
Es el colmo de la hipocresía, cuando Diego Simeone es el primero en “calentar” estos duelos, y esta vez lo hizo desde el jueves pasado, cuando dijo que el Atlético solo tenía un rival en la Liga, el Barcelona.
Los cánticos antimadridistas, que parecen broma hasta en ocasiones que no vienen a cuento, se meten en el subconsciente de algunos energúmenos y las cosas se van de control.
Es intolerable también que el equipo al concluir el partido haya ido a aplaudir precisamente a ese sector, como si el resto de los 70 mil concurrentes hubiesen sido los indisciplinados.
Reírle la gracia es lo peor que se puede hacer, y deja claro que hay contubernio entre ambos bandos, aunque ahora quieran rasgarse las vestiduras. Se recoge lo que se siembra.
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