Ana Fidelia habla y alimenta mis recuerdos
especiales
Ana Fidelia Quirot conversa con los participantes en el posgrado internacional sobre la prensa deportiva en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Narra parte de su vida, opina, revela, ofrece dolores y alegrías, abre su alma y estremece a un alumnado procedente de América Latina en su mayoría, con la importante presencia de jóvenes cubanos de los que esperamos tanto. Vibro también. Y sus palabras me conducen a lo que escribí sobre ella en julio- agosto de 1995, en un intento de atrapar el inicio de su retorno, y la victoria real más allá de medallas y tiempos, sean su plata y su bronce olímpicos, sus galardones mundiales, panamericanos y Centrocaribes.
ANA FIDELIA EN CUATRO TIEMPOS
I
Cuanto te hieran, ¡canta! Cuando te desconozcan, ¡canta!
José Martí.
Dejo para los especialistas las frases técnicas, el toque científico, a carreras, saltos,
lanzamientos. Me quedo con esta mujer que avanza por su carrilera como danza el
amor en pecho joven, y esta mujer, !Dios!, está corriendo sobre mi corazón. Todo
desaparece: rivales, público, gritos, pronósticos, aplausos, cámaras. Solo queda ella
corriendo. Me siento su viento a favor cuando dobla la última curva de los 800 planos.
II
…Después de haber salido victorioso un atleta, los melodiosos himnos
triunfales son el preludio de su gloria.
Píndaro.
Me gusta cuando corre:
con el estadio asciende.
Dondequiera que actúa
deja la pista ardiente,
y sus piernas son gloria;
y sus piernas, ariete
contra cualquier tristeza,
contra la misma muerte.
III
¿Me permitís que ponga
junto al metal del héroe
y la palma del mártir,
me permitís que ponga
estos nombres sin pólvora ni sangre?
Nicolás Guillén
¿Qué me importan esos críticos tan críticos que se asfixian con el propio vivir,
y niegan espacios y contiendas desde el festín de sus tristes palabras? Ya nos vengaremos de aquellos que no creen en la fuerza del espíritu.
IV
…vamos todos juntos
a nombrar nuevamente la vida.
Jesús Cos Causse
Palidece la poesía sobre la cuartilla. La mejor prosa sería muy parca. ¿Cómo conseguir imágenes, esculturas maravillosas? Y el calor, los colores necesarios? Todo será gris en comparación con la crónica, el poema, el monumento, que esta mujer está creando con el alma y con las piernas al retornar.
HACIA EL QUINTO MOMENTO, EL ACTUAL
La escucho y, después, la observo desenvolverse cuando la entrevistan y le hacen videos, Esta eterna muchacha, ¡qué espíritu tan tierno!, me sigue conmoviendo, me llena de evocaciones y nostalgias, y la sigo viendo avanzar mientras la victoria la espera en la meta. Continúo corriendo a su lado.
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