«Sin los Estudios de Animación, no existiría Cuadro a cuadro»
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Durante 15 años ha estado en la preferencia de muchos que esperan con ansias las nuevas propuestas que programa para el verano.
Su director, guionista y conductor, Jorge Oliver, nos propone en cada emisión de lunes una escenografía muy interactiva aunada a una visualidad poco recurrente en los programas cinematográficos de la televisión cubana.
Según comenta a Cubacine el programa fue una solicitud explícita que le hizo Migdalia Calvo, una de las especialistas de la Redacción de Programas Cinematográficos del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), donde proponía realizar un pequeño ciclo de películas surgidas a partir de las historietas. Por ese tiempo ya habían aparecido en la pantalla grande adaptaciones de historias clásicas como Tarzán, Superman, Batman, entre otras.
¿Cómo fueron los inicios?
Cuando concebimos el programa siempre lo enmarcamos en el periodo del verano por la cantidad de filmes de este tipo que se hacen en el mundo entero y porque era la posibilidad de hacer algo especial, que no fuera recurrente todas las semanas.
A pesar de ser un experimento, las primeras temporadas resultaron tener una buena aceptación en el público. Esto fue muy importante para el futuro de Cuadro a cuadro, pues de estar programado un día entre semana y en el horario de la tarde, pasamos a ubicarnos en las noches de los lunes, lo que amplió nuestras posibilidades y nos visibilizó más.
Después vinieron otras y al cabo de la tercera temporada tocamos la puerta de los Estudios de Animación y comenzamos a trabajar como socios, no de manera oficial. Recuerdo que en ese entonces filmábamos en las madrugadas. Comenzamos a recorrer los Estudios para dar a conocer la dinámica dentro de estos y hacer más interactivo el programa.
Pasaron otras temporadas y logramos a partir de un acuerdo que el ICRT asumiera el costo de la producción del programa y los Estudios se encargaran de la producción general.
En ese periodo de tiempo comenzamos a trabajar en el sótano del edificio y ahí fue donde se inventó el formato que actualmente disfruta el público. Así estuvimos hasta la temporada actual en que nos mudamos para el sexto piso y ahora tenemos un pequeño estudio que habilitamos entre el apoyo de la institución y los recursos personales de amistades e interesados en el proyecto.
Aún tenemos dificultades, pues no contamos con las luces profesionales que requerimos y grabamos con cámaras prestadas por la televisión. Pero aún así estamos contentos de ser un grupo unido que, además, cuenta con el apoyo de muchos colaboradores que se nos acercan y nos hacen más fácil nuestro trabajo.
¿Cómo se elige la programación?
La elegimos entre todos y lo primero que hacemos es recopilar la información. Investigamos cuál de las compañías productoras, en el mundo entero, estrena alguna película. A partir de esto localizamos las que parecen más importantes por el personaje o por la novedad. En este último caso estuvo uno de los más recientes filmes que proyectamos, pues fue realizado en Rusia, lo que es poco común.
También nos apoyamos en especialistas que se nos acercan y personas que nos ofrecen sus opiniones en las calles. Siempre tratamos de escucharlos a todos pues se vuelven una fuente inagotable de información. Lo veo como un flujo constante de movimiento en el que todos contribuimos.
Tenemos experiencia en dónde buscar por tendencias que están primando actualmente en el mundo.
En este sentido puedo decirte que hoy día la cinematografía europea está en decadencia en relación con las del resto del mundo. En la India han empezado a producirse adaptaciones de historietas, pero la calidad que tienen es muy baja.
El dinamismo que tiene el formato del programa, unido a las propuestas cinematográficas, ha influido en la popularidad del mismo…
Aún recordamos los primeros programas que grabamos, eran monótonos pues en cámara se presentaba un conductor que solo daba información y eso agotaba. Éramos novatos tratando de demostrar la importancia de la historieta y de que esta fuera llevada al cine. Fue un momento tortuoso, pues queríamos decirlo todo y en muy poco tiempo.
El público que teníamos en ese entonces era especializado y no habíamos llegado a la meta, por lo que nos propusimos no dejar de satisfacer a ese público preparado pero a la vez llegar a esas personas que desconocían de tecnicismos, sin embargo, querían saber y no aburrirse con el contenido. Ahí fue cuando comenzaron a surgir las secciones fijas y otros elementos que nos caracterizan hoy por hoy.
Considero que nuestra popularidad radica en que logramos satisfacer a un amplio público. Tratamos de hacer agradable cada momento y de coordinar nuestro programa en concordancia con el gusto de nuestros televidentes. Para eso ha sido importante que desde siempre hayamos creado sin restricciones, nos aportamos elementos mutuamente y sin censuras.
En el transcurso de este tiempo, ¿han existido obstáculos?
Como en todos y en todas partes. Pero de eso casi no hablamos, porque lo más importantes es que las personas nos felicitan, nos piden hablar y nos dan opiniones, lo que nos ayuda constantemente.
Cuadro a cuadro es como un termómetro con el que nos medimos en cada emisión. Uno de las problemáticas habituales que nos hace estar en incertidumbre constante es desconocer si podremos o no tener a tiempo las copias de las películas con la calidad requerida.
Ese es el caso de la última propuesta que traemos para el cierre de este verano. Aún no tenemos la copia en HD, lo que nos impide terminar de filmar la segunda parte del programa. Pues siempre tratamos de llevar a pantalla la mejor propuesta audiovisual con la calidad requerida. En estos momentos no tenemos la película, solo preparado en texto un programa en caso de tener que sustituirlo.
Director, guionista y conductor, ¿ha sido un reto?
Ni me he dado cuenta. Para mí todo ha fluido de manera muy natural y me siento muy cómodo desempeñando todas estas funciones a la vez. Todo lo que tenemos hoy día es el resultado del trabajo en equipo de muchas personas que me han acompañado a lo largo de estos 15 años.
Y te puedo decir que más de las dos terceras partes de las temporadas que tenemos hechas no me las pagaban, así que en realidad desde el comienzo estoy en esto porque me gusta.
Lo que sí constituye todo un reto es nuestra próxima temporada porque sabemos que debemos hacer algo nuevo y diferente de lo que estamos acostumbrados. Junto a esto está la preocupación de nuestra salida al aire, pues cada día las películas duran más, lo que nos reduce el tiempo del que disponemos para realizar las otras secciones del programa. Estas son dificultades que debemos resolver.
Por lo pronto tenemos pensado en el próximo encuentro mostrarles a las personas cómo funciona un traje de captura de movimiento. Ni yo mismo lo había usado antes, así que esperamos que sea muy novedoso.
¿Qué ha significado el apoyo de los Estudios de Animación durante todo este tiempo?
Sin los Estudios de Animación no habría Cuadro a cuadro, sería un programa más pedestre y tradicional. El ambiente que rodea el programa es muy positivo. Existe un interés colectivo en que se siga produciendo, pues es verídico el sentido de pertenencia que existe en el edificio en relación con el programa.
A los Estudios debemos agradecerles no solo que nos hayan dado siempre un lugar donde podemos crear, sino también un espacio dentro del ICAIC. Sentimos una solidaridad constante donde a todos y todas les preocupa aportar, lo que nos facilita actualizar semanalmente cada sección.
Finalmente, ¿qué mensaje quisiera transmitirle al público?
Primero agradecerle porque son la causa de que este programa continúe existiendo cada verano.
Transmitirle que seguiré esforzándome para que siga funcionando con la aceptación que tiene hasta el momento, y reiterar que es un trabajo colectivo en el que debemos agradecerle mucho al Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos.
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