Dicen los cubanos: ¿Un futuro sin sexo? ¡Solavaya!
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La web de noticias Rusia Today publicó hace meses una nota que, según mi vecino Barbarito, es «ciencia-ficción», pero la verdad es que se trata de la investigación de un grupo de científicos de la vida real, quienes concluyeron que entre 20 y 40 años los habitantes de los países desarrollados dejarán de practicar el sexo.
«¡Qué maravilla ser del tercer mundo!», fue la expresión de Juan Carlos cuando aparecí con aquella bomba en la mesa del dominó y, de ahí en más, botar la gorda pasó a un segundo plano. Todo el debate de los hombres del barrio se giró hacia el tema del supuesto —y para ellos imposible— futuro sin relaciones sexuales.
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Entre las mujeres causó más furor la segunda parte de los resultados que el profesor Henry Greely, de la Universidad Stanford, resume en su libro El fin del sexo y el futuro de la reproducción humana. Según RT: «en ese período de tiempo, la humanidad reconsiderará su actitud hacia el sexo y la fertilidad, y será cada vez más probable que los niños surjan de una fecundación in vitro, mientras que los padres que prefieran una concepción natural serán estigmatizados por la sociedad».
«¡Dime tú, se acabaron los negros, porque todo el mundo va a querer niños rubios y de ojos claros! ¡Bueno, ahí sí no habrá reclamaciones de que ese no es mío; no, papito, yo te lo mandé a hacer como tú lo pediste! ¡Di tú, volverá el fascismo! Pero bueno, también se podrá escoger el sexo, no le va a pasar como a Reina, que tiene tres machos buscando la hembra. ¡Eso en Cuba no camina!». Así de variopintas y animadas se pusieron las opiniones cuando les leí los siguientes párrafos de la nota:
«De este modo, los avances en genómica, células madre y diagnóstico genético preimplantacional (DGP) podrían provocar que, en las próximas décadas, las personas que tengan recursos suficientes prescindan de la reproducción sexual estándar y logren que sus hijos no solo estén exentos de sufrir enfermedades mortales, sino que tengan determinadas características físicas y mentales.
«Greely prevé que los expertos en fecundación crearán gametos femeninos in vitro mediante células madre inducidas y pluripotentes obtenidas mediante una simple biopsia de un hombre, que sustituirían al caro y laborioso proceso de recolección de huevos para la fertilización in vitro (FIV) que conocemos hoy en día».
Sarita, enfermera con varias décadas de ejercicio, dijo la última palabra: «claro que eso no va a pasar en Cuba, porque no es ético; aquí la reproducción asistida es para quienes la necesiten, pero no para jugar con las células y hacer barbies; si no, vayan y averigüen con cualquiera del Programa en el policlínico».
La ciencia habló…
Diligente, escuché a Sarita y me fui al hospital Ramón González Coro a conversar con el doctor Rogelio González Sánchez, quien coordina el Programa de Atención a la Pareja Infértil y amablemente hizo un paréntesis en su concurrida consulta para echar luz sobre todas nuestras dudas.
Personalmente, me preguntaba si no sería demasiado caro el procedimiento como para generalizarlo tanto, pero el profesor Rogelio explicó que «según algunos estudios y a la velocidad que va la ciencia, los costos de la reproducción asistida se van a abaratar, lógicamente».
Sobre las ventajas médicas, explicó: «hay algunas cosas que la reproducción asistida de alta complejidad puede definir, para que no le suceda a usted, que tiene un antecedente de un gen que provoca cáncer: yo puedo escogerle un embrión que no tenga ese padecimiento, entonces, por ahí es por donde la gente piensa que la reproducción asistida va a resolver el problema de la reproducción en el futuro».
Sin embargo, en nombre del colegio médico cubano, pone un llamado de atención alrededor del tema. Así lo señaló este galeno que lleva años también trabajando en el Programa de Reproducción Asistida:
«Recientemente, incluso se han hecho documentales que ejemplifican hasta dónde podemos llegar en la reproducción asistida; no solo en lo que quieren algunos, escoger el sexo de su descendencia, sino también para evitar la transmisión por vía genética de algunas enfermedades, que se pueden estudiar y evitar conociendo los genes y determinadas estructuras del embrión. Por ahí muchos piensan que la mayoría de la gente va a escoger la reproducción asistida y por querer hacer un bien en función de algunas parejas, hay algunos que proponen que lo diversifiquemos y que lleguemos a interferir en todas. Nosotros consideramos que los principios éticos no permiten que tú te introduzcas tanto en el tema reproductivo».
Precisamente el refuerzo de ciertas discriminaciones sería uno de los dilemas éticos que plantearía esta concepción ilimitada de la reproducción asistida. De hecho, en el mundo ya hay quienes comienzan a tomar medidas, nos cuenta el doctor:
«Hay algunos laboratorios en el mundo que ya han prohibido que usted mande a hacer un diagnóstico preimplantación nada más que para saber el sexo. No puede ser que usted vaya a una técnica de alta reproducción porque lo único que quiere es que su hijo sea varón o sea hembra; el estudio del sexo debe ser un elemento secundario para lograr que usted no vaya a tener un hijo con una malformación importante, alguna de las que podemos evitar a la hora de aplicar una técnica de reproducción asistida. En Cuba, hasta ahora, lo hacemos cuando hay un factor bien estudiado por el que no es posible la concepción por vía natural o por vía que no sea de manipulación de gametos».
El avance de la ciencia, si hablamos de reproducción asistida, ha hecho felices a muchas parejas que por diversas razones no pueden tener hijos por la vía natural y de esta manera conforman una familia. Sin embargo, la mayoría de los entrevistados por CubaSí coinciden en que el amor y el sexo es lo ideal para traer al mundo un bebé que se parezca a sus padres, abuelos, tíos, y al tiempo y la realidad que le tocó vivir.
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