La voz digital de los cubanos
especiales
Eso de “nuevas tecnologías” quizás ya va resultando obsoleto para referirse a los soportes que permiten los mensajes de texto, las redes sociales, los foro-debates digitales y los comentarios en sitios web. En verdad, hace un bulto de años que estas alternativas se utilizan en buena parte del mundo.
Pero como en Cuba no es tan así, la etiqueta de nuevo todavía aquí no les queda chiquita. Y más se justifica hablar de novedad cuando el asunto es la voz de los cubanos de a pie en plataformas digitales.
Hasta hace un tiempo, eran comunicadores profesionales, periodistas, instituciones… los que se hacían oír por esos medios debido al restringido acceso a esas posibilidades tecnológicas. Pero desde que la wifi se fue abriendo espacio junto a otras alternativas de navegación, y desde que los teléfonos móviles, con su posibilidad de enviar SMS, fueron extendiéndose el panorama ha ido variando.
No digo que sea una algarabía, un gran bullicio, pero ya son más que susurros los que se escuchan por parte de la población, en clave digital. Uno de los ejemplos más recientes es el foro debate convocado para este miércoles 21 y jueves 22 por el Ministerio de Comunicaciones en su sitio web para que la gente opinara sobre la atención ciudadana y la comunicación institucional.
La voz de la población pudiera escucharse más alta cuando se diversifique el uso de la popularmente llamada “wifi de contén”, hoy utilizada sobre todo para hablar con familiares y amigos en el exterior.
También abrieron otras temáticas como participación ciudadana y gestión de planteamientos de los electores, protección a los consumidores y usuarios, gestión de la calidad de productos y servicios, simplificación e integración de trámites y servicios, gobierno, comercio electrónico y ciudadanía digital, TIC, Derecho, Sicología y Gestión de la Información; todo ello de cara al Taller de Atención Ciudadana, Protección al Consumidor y Calidad “CALIPROT 2016”, que realizarán este octubre.
Otra reciente muestra de cómo los pobladores empiezan a percibir de modo natural y cotidiano el dar su opinión en canales digitales se ha constatado durante esta segunda temporada del programa televisivo dominical Sonando en Cuba. Casi resultaban sorprendentes los gráficos de cuántos daban su voto a este o a aquel cantante mediante teléfonos móviles o fijos, y en el sitio web del programa.
Claro, no es lo mismo pronunciarse sobre un cantante que sobre temas espinosos, por lo regular de impacto en la calidad de vida de los habitantes de esta Isla. Pero la cosa empieza a gatear y con buen avance.
Se trata, a fin de cuentas, de un fenómeno inevitable y que debería ser siempre bienvenido, con independencia de si son loas o críticas. Esa es una fuente, en sus distintas variantes, bien importante para el buen gobierno en todas las instancias y esferas donde alienta el cubano.
Y a medida que continúen ampliándose esas posibilidades tecnológicas para la población a la par que el acceso se haga más accesible a los bolsillos, mayor será el caudal de criterios que permita saber de primera mano sobre expectativas, satisfacciones, inconformidades, denuncias, felicitaciones y las casi infinitas variantes de expresión.
El asunto será entonces, de hecho ya puede serlo, que existan siempre oídos receptivos, el personal capacitado y respetuoso de cada opinión ajena –que ha de ser también respetuosa para merecer atención- para darle cause a esa voz popular.
De mano de las ciencias sociales, y de la ciencia en general, como tantas veces se ha exhortado, habría que convertir esos sentires en planes de trabajo y en accionar concreto que impacte de manera visible en la vida cotidiana, apoyado a la vez en la necesaria retroalimentación, igual por estas vías.
Además de ayudar a dirigir y encaminar proyecciones, esa comunicación rápida, en línea, con los pobladores –léase electores, consumidores, clientes, empleados, etc.- al ser de doble vía, permitiría el necesario diálogo de la gente con sus directivos, sus líderes o con expertos o figuras de renombre.
El fluir permanente y ágil de las voces en los dos sentidos, también es sinónimo de respeto y consideración al ciudadano, esa palabra enorme y cuyo uso se ha extendido, sobre todo y lamentablemente, por las fuerzas del orden para pedir el carnet de identidad o llamar la atención.
Que emisores se vuelvan destinatarios, y viceversa, significa también la oportunidad para actualizar sistemáticamente sobre las finanzas del país, el empleo de presupuestos, contribuciones y otros rubros. Ahora que entra en vigor el impuesto sobre el salario para el sector empresarial, quizás no sea suficiente con la explicación acerca de las arcas estatales que se ofrece, al terminar cada año, en la Asamblea Nacional.
A la vez, el intercambio entre la institucionalidad y los pobladores permitiría desmentir rumores y frenar bolas, incluyendo las mal intencionadas. Pero si la agilidad que eso demanda está sesgada por temores, oportunismos o censuras, irán lejos los de adelante porque los de atrás no corren bien. En este tipo de intercambios, la velocidad de las respuestas no puede ser la del miembro más retrasado de la guerrilla.
Lo dicho arriba es una de las tantas vertientes del llamado gobierno en línea, que en esta geografía aun no despega como debería. El portal “El Ciudadano”, por ejemplo, que están rediseñando, pudiera ser una interesante plataforma para este fin.
Según la enciclopedia cubana Ecured, el mencionado portal es un “Sistema para la Gestión de los Servicios Públicos” y “permite gestionar contenidos de interés social para la población, brinda información y permite el acercamiento a una sociedad que aplica la informatización en todas sus esferas y procesos, para lograr ser más eficaz, eficiente y competitiva.
A medida que continúen ampliándose las posibilidades tecnológicas y bajen los precios de esos servicios, aumentarán las vías para conocer del cubano de a pie sus expectativas, satisfacciones, inconformidades, denuncias, felicitaciones y más.
De acuerdo con la enciclopedia, permite, entre otras potencialidades: enviar quejas y sugerencias a la entidad que desee, publicar por parte del administrador información relacionada con diferentes entidades agrupadas por organismos incluyendo servicios públicos, así como gestionar las quejas emitidas por los usuarios.
Al momento de redactar este texto, el portal “El Ciudadano” no estaba en línea.
Pero si las respuestas ofrecidas desde ese o cualquier soporte son del corte “se está trabajando en el asunto” o “está en estudio”, entonces se pierde la confianza, la esperanza, esos condimentos que siguen alentando a los cubanos que opinan. De no ser así, solo sería el silencio, ese silencio que a veces es también grito ensordecedor.
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