Tigres y Vegueros, batalla de poder a poder
especiales
Seguimos viendo errores que no debían ocurrir a este nivel, desde directores hasta árbitros, pasando por supuesto por los peloteros, pero la pasión se enciende como nunca, y el buen aficionado disfruta aunque el equipo de sus amores no esté en competencia.
Ciego a mi modo de ver es el favorito, por la profundidad de su plantel, el acople en todas sus filas, el equilibrio en todos los departamentos, y la experiencia de su manager, pero clasificarse con tanta antelación para una final suele ser un arma de doble filo.
Pinar también tienen muy buen equipo, pero varias de sus mejores piezas están lesionadas, y le hubiera venido de perillas tener tantos días de descanso como la tropa avileña. A su favor está el famoso “momentum”, que nunca debe pasarse de largo, porque su fuerza es como la de un tsunami, precisamente lo que en alguna ocasión identificó a la tropa verde.
Mirando lo sucedido en esta Serie, los occidentales mayorearon en el compromiso particular 7-2, y también superan a sus rivales de turno en el global de los últimos años 27-21, pero una final se escribe distinto.
Si algo deja resquicios en los Vegueros es el puente de mando, que cometió algunos errores contra Matanzas, sobre todo en la dirección del pitcheo, y esto pudiera ser fatal contra los Tigres.
En la fase regular los de Vueltabajo les regalaron cuatro lechadas a los de la tierra de la piña, y en otros dos partidos los dejaron en una sola anotación, pero el desgaste sufrido por abridores y relevistas contra los Cocodrilos pudiera pasarles la cuenta.
Si algo le pido a esta final, es que los partidos se parezcan a los últimos de las dos semifinales y no a los primeros, que se mantenga el suspense hasta el out conclusivo, y si puede ser, que se decida todo en el último inning del último juego. ¿Es pedir mucho?
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