Pichardo corre, ataca la tabla y devora 18.08 metros
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El Estadio Panamericano se volvió un avispero. Llovían las solicitudes de fotos, los periodistas corrieron como si de un récord mundial se tratase y Pichardo, pese a confesar que habla poco, respondió con elocuencia las interrogantes. Revuelo más que justificado, pues el santiaguero clavó los pinchos en 18.08 metros que constituyeron marca personal y lo consolidaron como dueño del tercer registro de todos los tiempos en triple salto.
Cayó entonces la añeja plusmarca de 17.78 impuesta por Lázaro Betancourt en el Memorial Barrientos de 1986 y el santiaguero de 21 años, 1.86 metros y 75 kg de peso se convirtió, junto al recordista universal absoluto, el británico Jonathan Edwards (18.29), en el único capaz de superar la mítica barrera de 18 metros en más de una ocasión.
Mayo ha sido un mes bendecido para Pichardo, que abrió con 17.93, sentenció a sus coequiperos, esencialmente el guantanamero Ernesto Revé (17.02), y en este minuto atesora seis de los diez registros más excelsos en lo que va de 2015. Completan su palmarés 17.94, 17.79 y 17.32. Una total flema previa en su andar y la sed de devorar metros en el horizonte de sus iris presagiaba una tarde de jueves única. Yoelbi Quesada, Yoel García, Aliécer Urrutia, todos triplistas de calibre, acudieron al Estadio Panamericano a presenciar sus saltos. En la arena también Yoandri Betanzos, legionario de tantas batallas, disfrutaba ver el pedigrí como un mástil.
Fue una tarde fue pródiga en cotas personales. El martillista Roberto Janet alcanzó una órbita de 78.02 metros en su primer envío y desbancó los 77.78 de su coterráneo Alberto Sánchez, impuestos el 15 de mayo de 1998. La secuencia de (78.02-76.79-76.11-X y 75.10) evidenció su estabilidad. “He estado enfrascado en elevar las capacidades de potencia, velocidad del giro y la técnica. Esos son elementos esenciales en esta modalidad. Ahora mis aspiraciones crecen y espero imponerme en los Panamericanos y buscar una presea en el Mundial. Solo necesito visualizar a los rivales de la élite y continuar con el enfoque en el trabajo diario, pues hasta este minuto no tengo ninguna competencia de renombre planificada.
De cara a Toronto preocupan fundamentalmente los estadounidenses KibweJohnson, A.G Kruger y Conor McCullough, todos con registros superiores a 75 metros este año. Sencillamente continuaré elevando los parámetros en los entrenamientos y buscando estabilidad hasta ponerme al tope. De conseguirlo pensaré incluso en una presea universal”, ahondó el discípulo de Yoamel Ruiz, titular Iberoamericano del 2010.
Por si eso no bastara su homóloga Yirisleydi Ford también tuvo motivos de sobra para el festejo, al mismo tiempo que le regaló ejecuciones de confianza como relevo de Yipsi Moreno al mentor Eladio Hernández. Sus de 71.21-72.40-70.44-67.33-68.99 y 69.54 patentaron su estado de gracia.
“Estoy súper contenta. Se materializaron los años de esfuerzo con un resultado que refleja la evolución en los aspectos físico y técnico. Le debía estos envíos al pueblo, a Yipsi por sus consejos y a Eladio por su paciencia y fe en mí. Siempre priorizo la técnica, es la esencia de las discípulas del profe Eladio. Ahora intento perfeccionar la potencia en el tercer y cuarto giro, los que marcan el cierre de la secuencia en busca de un impulso final y vuelo del martillo óptimo.
Si he estabilizado mi peso sobre 74 kg, con aumento considerable de la masa muscular, elevé el arranque a 85 kg, la cuclilla a 200 y el clean a 120, necesariamente hay que ganar metros”, sentenció la espirituana Ford, de 23 abriles, subtitular centrocaribeña de Veracruz 2014, lid que marcó el adiós dorado de Yipsi.
Otros veredictos de menor calibre dejaron en calidad de ases a la pertiguista Yarisley Silva (4.50), la triplista Dailenys Alcántara (14.03), airosa en pugna con la juvenil Liadagmis Povea (14.00); el saltador de altura Sergio Mestre (2.19), la jabalinista Yulennis Aguilar (59.18) y el balista venezolano Yosner Ortiz (17.31).
PICHARDO A LA CARTA
“Se ha preparado muy bien, con una arrancada sólida basada en el fortalecimiento de todos los músculos que intervienen en el gesto competitivo y los auxiliares. La esencia está en que realice una carrera fluida, la técnica le salga bonita, gane en velocidad y materialice buenos saltos, y estabilice sus rendimientos.
“Pensamos en rondar los 17.60-17.80, de hecho subimos un poquito los volúmenes para entrarle con todo a la Liga del Diamante de Roma (próximo día 4). De ahí que nos hubiésemos conformado con quebrar el récord de la competencia en poder de Lázaro Betancourt. Ya ustedes ven la forma que está evidenciando.
El récord del orbe saldrá si ha de salir. Sufrimos una amarga experiencia con Iván Pedroso, un extraclase que se presionó y en definitiva no pudo romper el de longitud. No queremos que la historia se repita”, sentenció sobre su discípulo Daniel Osorio.
El propio Pichardo manifestó: Estuve sin competir un año y dos meses, pero durante ese tiempo trabajé con mi padre en el Combinado Deportivo Micro IV del Distrito José Martí en Santiago de Cuba.
¿El engranaje con Osorio?
Excelente comunicación, planificación exacta trabajo combinado de carrera con ejercicios isométrico y detalles de la técnica, especialmente el paso.
¿Doha?
A Doha llegué tranquilo luego del 17.94. Estaban muchos triplistas de prestigio inscritos como Taylor, Tamgho, el rumano Marian Oprea, Alexis Copello, a quien siempre consideraré un hermano… Desde el calentamiento noté que Taylor se mostraba fuerte, Tamgho no tanto y me dije: por acá anda la cosa.
Así justamente fue. Abrí con 17.32, él ripostó con 17.46 y entonces fui a buscar un salto grande, y salió el 18.06.
¿Expectativas?
Muchas. Dependen de un buen cuidado, de continuar con esta comprensión en los esfuerzos entre el profe Osorio y yo. Hacemos más cosas relacionadas con la carrera que con los saltos propiamente, como si fuese velocista.
Ganar y establecer nuevo récord panamericano, sacarme la espinita de Moscú en el Mundial de Beijing, imponerme en la Liga del Diamante. Todo eso sin atropello, paso a paso. A largo aliento perfilar un título olímpico en Río de Janeiro 2016, el sueño de todo deportista.
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