Dilma tiene la llave: ¿Sin solución?

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Dilma tiene la llave: ¿Sin solución?
Fecha de publicación: 
5 Enero 2015
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Preñado de obstáculos se presenta este segundo mandato presidencial de Dilma Rousseff, quien ha subrayado que está consciente de los cambios que se necesitan para mejorar la calidad de vida del pueblo y rehacer una sociedad que enfrenta todos los vicios emanados del capitalismo salvaje.

Así, enfrenta a diversos factores adversos -muchas veces en disputa entre sí, los más difíciles de solucionar.
Rousseff tiene ante sí un panorama de gran animosidad en el rico estado de Sao Paulo, no solo porque allí cosechó un muy bajo resultado en los más recientes comicios, sino porque se le oponen tanto la alta cúpula gobernante estadual, como la poderosa red del narcotráfico, extremadamente organizada y con fuertes ramificaciones en el resto del país, especialmente en Río de Janeiro.

Contraproducente fue la creación de la denominada “policía pacificadora”, que tiene teóricamente el rasgo específico de ser un modelo híbrido entre la convencional y cuerpo de asistentes sociales, pero presentó´enseguida los viejos vicios de la Policía Militar de Río. No son extrañas las denuncias por abusos de autoridad y agresiones a vecinos de las favelas, algo que alimenta una espiral de rechazo local.

El desafío de las autoridades cariocas no solo radica en preservar incólume la quintaesencia de tales brigadas como política de Estado y continuar invirtiendo recursos humanos y materiales en esta plausible estrategia de seguridad pública; sino en crear posteriormente las condiciones de vida para que los habitantes de las favelas se sientan integrados en la ciudad y no excluidos en focos de miseria.

Pero esta labor se hace difícil, por los enormes abusos contra loa detenidos en prisión, que generan verdaderos sindicatos del crimen que lucran millonariamente en todos los niveles y esferas de la vida.

PRIMER COMANDO CAPITAL

No es la primera ocasión en que escribimos sobre el Primer Comando Capital, organización ilegal creada inicialmente el 31 de agosto de 1993 en el Centro de Custodia de Taubaté, Sao Paulo, para defender los derechos de la masa penitenciaria brasileña, y devino en entidad organizadora del narcotráfico y que, pese al lenguaje “progresista” de sus líderes, combatió por todos los medios al entonces  presidente Luiz Inácio “Lula” da Silva, como ahora a Dilma Rousseff.

Afirmaba que pretendía "combatir la opresión dentro del sistema penitenciario paulista" y "para vengar la muerte de los 111 presos", el 2 de octubre de 1992, en la masacre del Carandiru, cuando la policía militar mató a reclusos en el Pabellón 9 de la extinta Casa de Detención de Sao Paulo.

Cuenta con unos 20 000 combatientes armados, lo que lo hace más poderoso que el CV, 1, que tiene 10 000 (la mitad niños). En Sao Paulo se calcula que hay 140 000 presos, el 40% del total brasileño.

Por el debilitamiento del Comando Vermelho de Río de Janeiro, que ha perdido varios puntos de venta de droga allí, el Comando aprovechó para ganar campo comercialmente y llegar a la actual posición de la mayor facción criminal de Brasil.

La mayor organización criminal brasileña opera en 22 de los 27 estados y se extiende por otros cuatro países. Sus líderes manejan desde las cárceles la red delictiva y por año ganan 32 millones de dólares.

Preso en Tabauté, su principal dirigente, Marcos Williams Herbas Camacho, alias Marcola, recordó al periódico O’Globo que “nosotros sólo éramos noticia en los derrumbes de las villas en las montañas o en la música romántica sobre ‘la belleza de esas montañas al amanecer’, esas cosas… Ahora estamos ricos con la multinacional de la droga. Y ustedes se están muriendo de miedo. Nosotros somos el inicio tardío de vuestra conciencia social. ¿Vio? Yo soy culto. Leo al Dante en la prisión…. ¿Solución? No hay solución, hermano. La propia idea de "solución" ya es un error…. ¿Ya vio el tamaño de las 560 villas miseria de Río? ¿Ya anduvo en helicóptero por sobre la periferia de Sao Paulo?”

CONSIDERACIÓN

Partiendo  de hechos reales, la miseria es el principal caldo de cultivo para todas estas desigualdes en las que el crimen organizado campea y regenta, sin sufrir daño visible.

Solo habría solución con una voluntad política limpia, donde el dinero se invierta organizadamente, sin corrupción. Ello redundaría en crecimiento económico, revolución en la educación, urbanización general, bajo la batuta de un gobierno que saltase por sobre la parálisis burocrática secular y el Legislativo cómplice. Este es el principal y difícil reto para Dilma Rousseff, quien ha demostrado que tiene posibilidades de darle solución.

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