México lindo y querido

La goleada de la víspera ante Croacia demostró que el Tri no se achica ante nadie, aunque su barrera en Mundiales es solamente de octavos de final. La maldición del quinto partido lo persigue desde hace tiempo, y el torneo brasileño pudiera mantenerla, porque deberán cruzarse con Holanda, pero de todas maneras es muy loable lo hecho hasta hoy.

Cinco Mundiales seguidos avanzando a la segunda ronda, algo de lo que solamente pueden blasonar tres equipos, entre ellos los dos más grandes de la historia mundialista: Brasil y Alemania; no se desgaste buscando a Italia, Argentina o Francia, el tercero es México.

Desde su regreso en Estados Unidos-1994, jamás ha quedado en las primeras de cambio, y eso que no ha tenido grupos fáciles, como ahora o cuatro años atrás.

Con Croacia vivieron también el sufrimiento. Dos opciones bastante claras en la primera mitad, el disparo de Héctor Herrera que dio en el larguero y la internada de Oribe Peralta, pero el marcador no se abría y, en cambio, se veía muy inexacto a su estandarte Rafa Márquez en la zaga.

Para ser fieles a lo vivido en su encuentro inicial contra Camerún, el arbitraje volvió a ensañarse en su contra, al no pitar primero la mano de Pranjic, que desencadenó en la continuación de la jugada en tarjeta amarilla para Márquez, y la del capitán Dario Srna dentro del área en el segundo tiempo.

Las amenazas aztecas no paraban, pero no fue hasta el minuto 72 que se abrió el partido, cuando Márquez se redimió con un cabezazo inatajable, y luego Andrés Guardado aseguró el triunfo con un golazo.

En la última línea México jugó con tres arqueros, porque complementaron muy bien a Memo Ochoa tanto Paul Aguilar como Héctor Moreno.

Resumiendo, Luka Modric tuvo que tragarse sus palabras de la previa en las cuales minimizaba a México y decía que los suyos eran superiores. Sobre el césped se vio otra cosa, y ahora el Tri tiene otra chance de acabar con la maldición del quinto partido.