Víctor Mesa, el tercer equipo

Víctor Mesa, el tercer equipo
Fecha de publicación: 
18 Abril 2014
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Pinar del Río ganó esta Serie Nacional del Béisbol. Una victoria muy merecida. El equipo que dirige Alfonso Urquiola se lució en semifinales y en la final.

Después del último jueves algunos amigos me dieron el pésame: “lo siento por ti, perdió tu equipo, perdió tu director”. Y soltaban una carcajada de satisfacción. Todo porque hace unos días publiqué en mi blog un post hablando de la animadversión bastante generalizada hacia Víctor Mesa, que de una manera ciertamente irracional se trasladaba al equipo que dirige.

“Si Matanzas gana, bien que se lo merece”, concluía en ese post. De más está decir que muchos cercanos —mi madre entre ellos, furibunda enemiga de Víctor Mesa— me cayeron arriba: “¿Cómo defiendes a ese maleducado?”

Voy a dejar algunos puntos claros:

a) No defendía al “maleducado”, en todo caso defendía al equipo de Matanzas (que de cualquier forma no es que necesite mucho mi defensa).

b) Mi equipo no es Matanzas ni Pinar del Río ni Industriales. Mi equipo es Ciego de Ávila, que este año ni siquiera pudo pasar a la segunda etapa de la serie.

c) No apruebo muchas de las actitudes de Víctor Mesa, sus salidas de tono, sus exabruptos, ni siquiera muchos de sus métodos de trabajo.

d) Tampoco desconozco el trabajo que el célebre director y ex pelotero ha hecho con el equipo de Matanzas: De los últimos lugares a los primeros, en tan poco tiempo; obviamente, Víctor Mesa no es un improvisado.

e) (Y esto sé que no le va a gustar a algunos de mis amigos) A mí no me cae mal Víctor Mesa. Creo que es un hombre muy singular, con luces y sombras, como casi todo el mundo. Lo que pasa es que tiene demasiada vocación por “figurar”, así que todo resalta más.

Establecidos estos puntos, voy a entrar en cuestión: la gente la tomó con Matanzas por culpa de Víctor Mesa. Pero el equipo de Matanzas es mucho más que su manager. Ningún equipo jugó mejor en toda la serie, ninguno fue más estable. Está claro que la dirección de Víctor Mesa tuvo que ver mucho en eso, pero los que salieron a jugar fueron los integrantes del equipo. El esfuerzo mayor, a todas luces, fue el de esos peloteros.

Algunos con mayor o menor conocimiento de causa dicen que los métodos de dirección del controvertido director son desacertados, que son “puro circo” para las gradas, que no son serios y un largo etcétera. No voy a entrar en ese debate. Reconozco que no soy un entendido en la materia.

Puede que en definitiva la mejor manera de dirigir un equipo de pelota poco o nada tenga que ver el “estilo” de Víctor Mesa. Pero si el medidor principal de un liderazgo es la capacidad de alcanzar buenos resultados, Víctor Mesa no debe ser tan mal director.

Voy a poner la teja antes de que salga el hueco (ya conocemos el énfasis verbal de algunos de los comentaristas de este sitio), no significa que me parezcan correctas todas las manifestaciones de Mesa. Es más, deploro muchas de sus acciones. Creo incluso que la Comisión Nacional debió haber sido más rigurosa a la hora de valorar la actuación del director.

No es admisible que incluso frente a las cámaras de la televisión un manager diga hasta malas palabras y ofenda a diestra y siniestra.

Algunos comentaristas en Facebook afirman que Mesa maltrata a sus peloteros y los somete a presiones psicológicas. No me consta. Pero en todo caso, ese sería un asunto que tendrían que investigar las autoridades deportivas cubanas.

Lo que nadie puede negar es que Víctor Mesa es en sí mismo un espectáculo. A algunos les parece una barbaridad, por ejemplo, que cambie tantos lanzadores en un mismo juego. Pero lo cierto es que, más allá de la efectividad, esa táctica llamó la atención, puso a la gente a debatir, dio mucho de qué hablar.

Incluso, muchos de sus más fervorosos detractores tienen que reconocer que el manager tiene una personalidad apabullante.

En los últimos días de la serie daba la impresión de que eran tres los equipos involucrados: Pinar del Río, Matanzas y Víctor Mesa. Esta mañana, en la guagua en que viajaba, de lo que más se hablaba era de pelota. Lo que más decía la gente no era “Pinar del Río ganó”, ni siquiera “Matanzas perdió”. Casi todo el mundo hablaba del hombre: “Victor Mesa volvió a perder este año”.

PD: Por cierto, muchas felicidades a Pinar del Río. Fueron —son— grandes entre los grandes.

Comentarios

A Yuris Nórido:<br />Compatriota, en esta vida, la única que tenemos, nuestros actos se inmortalizan por los actos que perpetramos. Y por desgracia mientras más alta es la esfera en la que Ud se desarrolla, más grande será el impacto o la consecuencia. A mi humilde entender no se puede justificar lo injustificable. No puede ser que ud le falte el respeto, nada más y nada menos que a la afición completa de un país que respira béisbol por sus poros y...NO PASE NADA...Que además siga reiterando su falta de respeto en cualquier parte, frente a cámaras de televisión sin tan siquiera DISCULPARSE y NO PASE NADA. Le recuerdo, la pelota cubana exige respeto, respetémosla entonces.Nadie por brillante que sea tiene derecho a campear por su irrespeto.
VM 32 tiene madera para director, pero una cosa es ser parte del gran espectáculo de la pelota cubana y otra es ser el gran Show de cada juego. El Líder ............... tiene una función pero jámas es ser bufón. VM 32 no puede ver una cámara de tV en el Estadio, se transforma y eso no es bueno para el equipo que debe seguirlo. SE NESECItA CONCENRACIÓN
Se olvidan que Victor Mesa cuenta con un equipo de Dirección de lujo traído hasta de otras provincias. Ese experimentado y respetuoso Equipo Técnico es el verdadero protagonista, Victor Mesa solo ha pisoteado en cada juego el esfuerzo y trabajo de su Equipo Técnico al presionar, faltar el respeto a su propio equipo, a los arbitros, a la afición a todos y todas.<br />Mejor ejemplo el último juego de la final en la forma que sustituyo a Santoya por fallar en al primer lanzamiemnto del pitcher, Santoya que tanto hizo por el equipo y tantos juegos decidió, después el emergente se ponchó, justicia divina para Santoya.<br />El rechazo mayoritario del público a Victor Mesa no es capricho ni subjetivo, es el mismo rechazo del pueblo de Cuba a las conductas marginales, antisociales, a la indisciplina, a la vulgaridad, guapería, indolencia, considerarse por encima de las instituciones, normas y reglamentos elementales de convivencia.<br /> Yo pensaba librarme de su presencia pero para demostrar más su falta de vergüenza y respeto hacia los demás nuevamente será el Director de Matanzas frente a un Gobierno y Partido de la provincia que no quiere tampoco reflexionar sobre estos aspectos que tantos cubanos han expresado y que la prensa nacional ha publicado, solo quiere que gane el equipo no importa sea el precio o los mecanismos, o los valores que estén en juego, mensaje muy negativo si somos consecuentes con las políticas planteadas por la Dirección máxima de la nación.
No voy a seguir echándole leña al fuego pero estoy de acuerdo con algunos en sus comentarios con respecto a VM 32 su falta de ética anti deportiva es injustificable al perder el juego nada más saludo a tres o quizás cuatro peloteros del equipo PINAR y también nadie fue de la dirección del INDER a entregarles el trofeo a el equipo campeón nacional ellos se merecían ese estímulo y no lo recibieron por parte de la directiva de matanzas es bochornoso que algo así ocurra en nuestro beisbol.
El equipo de Matanzas es un gran equipo, para ellos toda mi admiración, Victor los ha logrado sacar del sotano, pero creo que más que respeto los peloteros le tienen miedo, que pasaria si en vez de ser el, el que hace todas esas cosas que Cuba entera conoce, y fuera otro pelotero u otro director el que lo hiciera, que pasaria con esa persona

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