Silva, Cisneros, confesiones y fiascos en Moscú
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Alegrías, lágrimas en su rostro, la vida en poco menos de un minuto, acariciar una presea frente a tantas presiones, ver escapársele el título en los últimos 50 metros. Eso y mucho más atestiguó la cuarta jornada del Mundial de atletismo en Moscú. Así todo el estadio Luzhniki, que retumbó con una ovación cuando la pertiguista Elena Isinbaeva sobrevoló la varilla a la altura de 4.89 metros.
Quiso incluso la dueña de 28 cotas universales (15 al aire libre y 13 en pista cubierta), despedirse en un “abrazo” con las nubes, pues solicitó 5.07, altura que se le antojó infranqueable. La final, amén del adiós de la zarina de las alturas, dilucidó quienes regentean la disciplina.
La presencia de la estadounidense Jennifer Suhr (plata-4.82), nuestra Yarisley Silva (con igual altura conseguida en el tercer intento), además de la cuarta y quinta posiciones ocupadas por la germana Silke Spiegelrburg (4.75), y la brasileña Fabiana Mürer (4.65), así lo constataron.
A Yarisley no se le vio tan fluida en sus ejecuciones. No funcionó igual el compendio carrera de impulso-presentación de la garrocha-vuelo y concentración. La presencia de Isinbaeva en casa, la multitud de su lado, la imperiosa necesidad de un retiro en Do mayor, y la presión acarreada por el hecho de ser la pinareña de 26 años la líder indiscutible de la temporada con esos 4.90 de Hengelo, Holanda, se antojaron demasiado. Eso se tradujo en 12 saltos, el mayor número entre las ocupantes del podio, entiéndase dos fallos en 4.65, otro ante 4.75, dos en 4.82 y lamentablemente tres a la altura de 4.89.
Se le antojó al destino repetir el mismo podio de los Juegos Olímpicos de Londres, solo que en esta oportunidad variaron las ubicaciones. Al término de su competencia Silva manifestó sentirse muy contenta con el resultado: “No defraudé sigo en la elite, esta medalla me produce una gran satisfacción. También estoy contenta por Isinbaeva, es la más grande garrochista de la historia, me gustaría retirarme en su misma condición”, sentenció.
Otro que no deja de mantener una actitud incombustible es el vallista Omar Cisneros. No es para menos si sus 47.93 son lo mejor de los 400 con vallas en el 2013 y alerta sólida a sus rivales. Todavía con la alegría capaz de nublar sus palabras accedió a dar declaraciones a Cubasí:
“Salí a morirme en la pista, el fantasma de las semifinales, buenos tiempos, heats durísimos y poca suerte tenía que borrarlo y lo conseguí. Desde la arrancada sentí que controlaba el ritmo de carrera, sin perturbarme, atacando los obstáculos con limpieza, fluido a pesar de la presión generada por tener al dominicano Félix Sánchez (48.10) a mi izquierda y al estadounidense Kerron Clement (48.21) a la derecha.
“Incluso al salir de la décima rematé y me sentí con fuerzas, sin ese agotamiento extremo. Mi bíceps femoral derecho se portó bien, la rodilla me molesta un poco, pero confío en el descanso y los fisioterapeutas, es el mismo problema de siempre.
“Me siento en excelente forma y mañana nuevamente saldré a dejar el resto. Se que será una final muy pareja, y tanto mis rivales como yo tendremos que luchar”.
En el plano de batalla campal de desenlace fatídico quedó para el granadino Kirani James la definición de la vuelta al óvalo. El vellocino se le alejó, (en definitiva culminó séptimo con 44.99) justo cuando quedaban 50 metros para cruzar la línea de sentencia y comenzaron a pasarle otros corredores. Pero lo cierto es que el norteño LaShawn Merrit dio zancadas indomables esta vez, de ahí que sus 43.74 dorados incluso se inscribieron como tope anual. Su coequipero Tony McQuay (44.40) le hizo la segunda, en tanto el quisqueyano Leuguelín Santos (44.52) repitió su hombrada de la capital británica, esta vez vestido de bronce en lugar de plata.
Sí refrendó su condición el etíope Mohammed Amann en los 800 metros con 1:43.31, carrera en la que tanto el segundo puesto Nick Symmonds (1:43.55) como el curtido polaco Marcin Lewandoski (1:44.08) y el británico Andrew Osagie (1:44.36) registraron topes anuales.
El heptatlón vio a la novel Yorgelis Rodríguez coquetear con su marca de 6 180 unidades, pero en definitiva ancló decimosegunda (6 148) en prueba dominada por la ucraniana Ganna Melnichenko (6 856).
Si me dijeran pide un deseo… yo pediría superar Daegu 2011, algo que según las expectativas precompetencias no se antojaba tan escabroso, pero el rendimiento de nuestra comitiva atlética frisa lo mediocre. Tal es así que tras cuatro jornadas competitivas aparecemos en el lugar 20 del medallero con dos metales bronceados y en el 15 de la tabla de puntuación gracias a 13 rayas.
Estados Unidos (4-5-1, 127), Rusia (3-1-2, 70) y Alemania (2-2-1, 64) se ubican a la vanguardia, por ese orden. No quiero pecar de catastrofista pero el cerco se cierra, las opciones disminuyen, ahora en poder unas pocas del triplista Pedro Pablo Pichardo, el jabalinista Guillermo Martínez, el propio Cisneros y la martillista Yipsi Moreno. El resto, muy a pesar mío, creo que poco podrá hacer.
Una vez más tiempo de espera, ahora en el umbral del pantano.
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