EEUU: Odio armado, sin compasión
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Grupos neonazis en una manifestación realizada en abril de 2018 en Draketown, Georgia.
La compasión por una raza infeliz inspira a la novela Ramona, de la norteamericana Helen Hunt Jackson, pero jamás sale del límite artístico, que manda en las novelas diluir de modo que no detenga el interés: idilio, tragedia y canto.
Sí, conmovedora hasta las lágrimas, fiel testimonio de la infelicidad de la raza india perseguida por los conquistadores blancos, vencedores y legalmente autorizados para la labor de lograr su desaparición, luego de arrebatarles las tierras de la que era dueña.
Pero no vamos a hablar solo de una novela reflejo de una realidad tanto o aún más cruel que concierne también a otras razas consideradas inferiores por quienes desde hace más dos siglos y medio gobiernan en Estados Unidos.
Es cierto cuando se dice que hay todo un tema para lograr esta situación de intolerancia, que tiene en décadas cercanas por su actualidad la formación de grupos terroristas de extrema derecha.
Esto es fruto del racismo que suscribe la intolerancia sustentada falsamente en la predestinación de la raza blanca, el fundamentalismo religioso y los rezagos ideológicos de la esclavitud, y que hoy tiene en Donald Trump a uno de sus más fieles representantes.
Así, supremacistas blancos, armados hasta los dientes y no molestados por policías y guardias nacionales se pasean por las calles de cualquier lugar de la nación, amenazando con destruir todo a su paso, si su ídolo no es reelecto en las elecciones presidenciales de noviembre venidero.
CHICOS MALOS
Pero estos chicos malos no son como los que ofrecía esporádicamente Walt Disney en sus comics del Pato Donald, sino los que otro Donald los ha ido amamantando desde el 2018.
Entonces, organizaciones neonazis como The Base han jurado iniciar una guerra racial en Estados Unidos. Recluta, a través de internet, a personas afines a su ideología y distribuye en las redes manuales para ataques terroristas y la fabricación de bombas domésticas.
Uno de los grupos más activos y de mayor crecimiento en meses recientes es Bugaloo Boys, cuyos miembros visten camisas hawaianas, portan armas largas en público y a veces cubren sus rostros con máscaras antigás, pero es muy raro que las fuerzas del “orden” hayan intervenido contra este abanico ultrarreaccionario, que comprende supremacistas blancos, neonazis y activistas por la tenencia de armas.
Otro grupo activo es el Civil War 2, que defiende el derecho a la posesión de las armas de fuego, se manifiestan en favor de Trump y contra las medidas de aislamiento social decretadas en algunos estados para enfrentar la COVID-19.
Un informe del Cetro de Leyes de la Pobreza del Sur identificó a más de cien grupos nacionalistas blancos y 99 neonazis activos en el país.
BBC Mundo asegura la existencia de 623 grupos paramilitares enrolados en el denominado movimiento patriótico, algunos de los cuales tienen más de 10 000 miembros, se visten con uniformes de combate, portan armas de uso militar y realizan incursiones y ejercicios con municiones reales.
Y esto sólo es el enunciado de algunos elementos al respecto, porque hay mucho más, con una mayoría que manifiesta su apoyo a Trump, quien debe sentirse satisfecho por organizar el odio armado en Estados Unidos.
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Carlos de New York City
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