Día Internacional de los Pueblos Indígenas: avances, amenazas y deudas
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Poco es conocido que las poblaciones originarias conforman más de 5 000 grupos, distribuidos en unos 90 países. En total están constituidos por 370 millones de personas en todo el planeta, cifra nada despreciable. Por eso y otras razones, cada 9 de agosto se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
La conmemoración fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU). Sus antecedentes datan de una reunión de trabajo desarrollada por la ONU en 1982 para abordar el asunto. Este año el tema de la celebración es: Juventud indígena, agente de cambio hacia la autodeterminación. De tal modo, lo que se persigue es la reflexión sobre el papel de los jóvenes indígenas en la construcción de un mundo más justo y sostenible.
Los pueblos indígenas atesoran forman culturales únicas. La mayoría de las veces se diferencian de lo que podemos llamar sociedad globalizada. Esto los hace trascendentales desde el punto de vista antropológico. Sin embargo, a lo largo de los siglos, sus derechos han sido violados. Aun en la actualidad se inscriben entre las poblaciones más vulnerables del mundo.
De acuerdo con información divulgada por la ONU, ello se debe frecuentemente al lastre histórico que arrastran y otras veces la causa es “el choque con una sociedad en constante cambio”.
Las amenzas que enfrentan sistemáticamente estos grupos humanos incluyen el despojo progresivo de sus territorios. Otro de los aspectos de la cultura indígena que a día de hoy se evidencian francamente amenazados es sus lenguas originarias.
Muchas de ellas no se enseñan en las escuelas y afrontan el inminente peligro de desaparecer. Como alternativa, el sistema de Naciones Unidas ha instituido el Decenio de las Lenguas Indígenas 2022-2032.
Entre los hitos del multilateralismo en pos de las poblaciones originarias también se hallan el Convenio sobre Pueblos Indígenas y Tribales (1989) y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (2007). Esta última plantea el derecho de dichos pueblos a la libre determinación.
No obstante los pasos dados por la comunidad internacional a favor de la preservación de los pueblos indígenas, aún quedan deudas. Por ejemplo, los Estados tienen el reto de construir la demografía de esas poblaciones; contar con un estudio certero resultaría relevante para la formación de políticas focalizadas.
En América Latina uno de los desafíos es la inclusión de los derechos de los pueblos indígenas entre las prioridades políticas de los países. De acuerdo con un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en esta subregión “existen más de 800 pueblos indígenas, con una población cercana a los 45 millones”. Son diversos en lo social y territorial. Algunos pueblos practican el aislamiento voluntario, mientras otros tienen presencia en grandes asentamientos urbanos.
Las poblaciones indígenas en múltiples ocasiones cargan sobre sí las consecuencias de complejos procesos cuyos orígenes datan de hace más de 500 años. Deben eliminarse las vulnerabilidades que suelen afrontar. Afianzar la proteccion de sus derechos y formas de vida es impostergable.
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