Tokio 2020: Arlen López, magia, calidad y toque para fraguar oros olímpicos (+Fotos y videos)

Tokio 2020: Arlen López, magia, calidad y toque para fraguar oros olímpicos (+Fotos y videos)
Fecha de publicación: 
4 Agosto 2021
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Arlen transitó por todo el torneo hasta el cetro con una efectividad indiscutible. Foto: Olympics.com

Hay en la vida personas que se encargan de propinarnos la clásica “galleta sin mano”. Hoy gustoso le pondría mi otra mejilla al boxeador Arlen López. Lógico, para que el golpe fuera de autoridad, de destierro de dudas, de calidad por sobre cualquier otro elemento, un swing de izquierda hacia la eternidad del Olimpo, como el que hace pocas horas asestó a Tokio.

Como esos sucesivos que durante tres asaltos supo propinarle sin hallar tamaña defensa a la anatomía del británico Benjamin Whittaker. Esos que le permitieron tener el favor de los jueces por inobjetables 4-1 (triple 29-28, 30-27 y 28-29) y de paso coronarse por segunda ocasión bajo los cinco aros. Ahora en los 81 kg y luego de subir al Olimpo en Río en los 75.

Se dice fácil, incluso lo parece para algunos después de 9 minutos sobre el ring, pero en lo absoluto lo es. Todo el trabajo de cuatro años, cinco en este caso señores, cuantas sesiones de sparrings, saco, pera, suiza, carreras. Cuánto castigo soportado en el rostro y en el cuerpo durante ese lapso, máxime ahora en los 81, una división donde indiscutiblemente la mella tras el impacto de los golpes es mayor.

Arlen llegó a Tokio a burlarse de todo eso. A sus 28 años, el nacido el 21 de febrero de 1993 en Guantánamo ingresa a la honorable lista de dobles reyes cubanos en el pugilismo, una que como dato curioso posee a los tres últimos inscritos en categorías diferentes, con la posibilidad de que el capitán de la armada de los Domadores, Julio César La Cruz (también pueda conseguirlo).

Mke refiero a Robeisy Ramírez (52 kg en Londres 2012 y 56 en Río de Janeiro 2016); Roniel Iglesias (64 kg en Londres y 69 ahora en Tokio); y nuestro protagonista de estas líneas (75kg en la ciudad Maravillosa y 81 en tierras del sol Naciente).

 

El torneo

A mi juicio han pesado sobre Arlen, algunas de las demostraciones más contundentes en la arena Kokugikan de Tokio. Tres veredictos unánimes de 5-0 previos, incluido uno en un pleito de mucho calibre en semifinales frente al también fraguado en la escuela cubana, pero vistiendo los colores de Azerbaiyán Lorenzo Beto Alfonso Domínguez. Una batalla táctica descomunal, ganada gracias a su mayor eficacia en el golpeo en la media y corta distancias, frente a un oponente que lo superaba en estatura y alcance.

Así, luego de sortear a esos rivales se citó en la definición con Whittaker.

Otro desvelo para Harold, pero eso es irrelevante, pudieran ser cientos si del disfrute pleno de atestiguar un rendimiento loable de nuestros atletas se tratase.

Al filo de las 2:35 de la madrugada me levanté como un resorte de la cama, y tras el enésimo lavado de cara de estas jornadas, comencé a disfrutar la pelea con los dedos cruzados.

Lo reitero, Arlen no solo derrotó a Whittaker sobre el cuadrilátero apostando a su arte para virarse a las dos manos y conectar con oportunismo, a la danza de sus piernas poderosas y la descarga de sus brazos como dagas en el físico del inglés, otro lord que cae al compás del son antillano.

Arlen desde el mismo inicio salió con esa ambición que solo los campeones portan, con ese extra en cada golpe, esquiva… Se apoderó del centro del cuadrilátero, y desarrolló a cabalidad su plan táctico, basado entre otras cosas en sacar siempre el mejor provecho de cada intercambio, poniendo su sello al término con su derecha prodigiosa.

Sus ganchos hicieron blanco en el torso de su adversario, sus jabs hallaron la brecha para colarse entre los antebrazos y desembarcar en el rostro. Su demostración le propinó KO técnico a todo aquel que colocó sobre sus hombros el morral de las dudas. Con cierta lógica luego de verlo transitar por un ciclo con matices de intermitencia.

Arlen, simplemente, está moldeado por el mismo Vulcano, a la imagen y semejanza del Olimpo deportivo.

 

Una pincelada estadística. La división semipesada en la historia del pugilismo cubano tiene a hombres que han dejado su impronta, eso es innegable. Pero solo La Cruz en Río, y Arlen ahora en Tokio, han bebido del Cáliz de los Dioses del Olimpo.

Antes, recibieron lauros Gilberto Carrillo (plata en Munich 1972); Sixto Soria (plata en Montreal 1976); Ricardo Rojas (bronce en Moscú 1980).

Justo ahí vino un largo y sombrío impasse de podio en la catrgoría para Cuba, desde el resurgir en Barcelona 1992 hasta la urbe carioca, donde La Cruz rompió el hechizo. Ahora, el vellocino de Arlen se convierte en el segundo del buque insigne en Tokio, tras el materializado por Roniel Iglesias en los 69.

Se reafirma como la disciplina más exitosa de nuestro movimiento deportivo bajo los cinco aros, pues de 82 medallas de oro, 69 de plata y 81 de bronce que ostenta Cuba en ese excelso contexto, 39 títulos le pertenecen, aderezados con 19 segundas posiciones y 17 terceras.

Rodillas hincadas y gesto de gloria hacia el cielo. Fotos: Roberto Morejón, enviado especial de JIT.
Doble campeón olímpico, palmarés muy complicado de lograr.

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