Siembra de nubes: ¿cosecha de guerras?

Siembra de nubes: ¿cosecha de guerras?
Fecha de publicación: 
4 Abril 2024
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Imagen principal: 

Foto: Reuters

Que levante la mano aquel que no se haya tumbado sobre la hierba, la arena; o desde la ventana o la azotea se haya puesto a contemplar las nubes buscando figuras o respuestas.

Desde que el mundo es mundo las nubes han sido motivo para fantasear, para que los niños dibujen sus tiernos cielos, para ubicar por allá arriba toda una legión de ángeles, y también para armar frases como “estás en las nubes” o “ese precio está por las nubes”.

 


Foto: Internet

 

Pero ahora resulta que también los humanos la estamos cogiendo, para mal, con las nubes, y las hemos convertido en un motivo de guerra. ¿Qué nos quedará por fastidiar?

Resulta que la escases de agua en el planeta va de mal en peor: el 26 % de la población del orbe (2 mil millones de personas) no dispone de agua potable y el 46% ( 3 mil 600 millones)  no tiene  acceso a un saneamiento gestionado de forma segura, indica la UNESCO. Y a medida que el cambio climático avanza, la situación será peor.

 


Foto: Taisir Mahdi / Unesco

Como salida a este gravísimo problema, han echado mano a la creación de nubes artificiales o siembra de nubes, como también se le llama.

No es algo nuevo, pero por estos tiempos crece y se expande.

Tin, tin, la lluvia cayó

Suena hasta poético el término de siembra de nubes, pero nada que ver. Consiste en inyectar a las nubes pequeñas partículas de yoduro de plata, desde la tierra, pero sobre todo desde un dron o un avión   

Tal inyección tiene el propósito de que el vapor de agua que al enfriarse forma la nube –y se convierte en gotas de agua dentro de ella- forme gotas alrededor de dichas partículas de yoduro y cuando esas gotas se hacen muy pesadas, caen a la tierra en forma de lluvia.
 

SIEMBRA AÉREA DE NUBES  


Javier Rojas/ Diario El Día

Qué bien, hasta este punto resulta bien bonito: “tin, tin… la lluvia cayó, con su frescura el aire se perfumó”, como dice la canción infantil.

Pero el asunto está en que el país que disponga de esta posibilidad de domar aguaceros –y ya suman unos 50- igual la tiene de robárselos al que tiene junto a su frontera. Es así que “existe un riesgo real de guerra de nubes”, en la que las naciones compitan por controlar las nubes y utilizarlas para sus propios fines, como asegura Mathieu Simonet, abogado, escritor francés y autor del volumen La fin des nuages  (El fin de las nubes).

Por estos días numerosos medios digitales se han hecho eco del asunto, que no es de poca mota, sobre todo si se tiene en cuenta que se trata de una cuestión geopolítica, en esta era de extremas emergencias climáticas.

 


Foto: tomada de meteored.com.ar

"Si haces que llueva en un lugar, entonces reduces la lluvia río abajo. Es como robar a Peter para pagarle a Paul, haces ganadores y perdedores", explica el profesor de física aplicada de la Universidad de Harvard, David Keith, a cuya preocupación se suma la de otros científicos y expertos, considerando, además, que la vida útil de una nube –útil para producir lluvia, no para poetas y otros soñadores- es de un par de horas.

Entre los países que despliegan programas para generar esas lluvias inducidas se cuentan  China, Arabia Saudita, Rusia, EE.UU., y otros.

 


Foto: tomada de intelligencesurvival.org
 

Sucede que las nubes carecen de estatuto jurídico, a diferencia del mar, la tierra y el espacio, lo cual las puede hacer objeto de la arrebatiña. 

Es por eso que en la actualidad ya se hace campaña para que sean incluidas en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, y así evitar saqueos y abusos… también con las nubes.
 

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