Yo, que he escalado el pico Turquino, punto montañoso más alto de Cuba, en cuatro ocasiones por Santiago de Cuba, apenas imagino la dimensión de ascender al Teide (3.718m) la elevación más pronunciada de España, desde la Playa del Socorro al nivel del mar y cubriendo un recorrido de 33 kilómetros y casi 4.000 metros acumulados en unas nueve horas.

Imagino la respiración jadeante, las fuerzas al límite, “el tanque” de combustible biológico apelando a las reservas, el alba y el ocaso dictando salida y meta, y en el horizonte… los sueños, la motivación, esa combinación que hace que Reinier Peñarroche y su armada del Cuban Trail Team diseminada por una decena de países sigan creyendo en que a cada paso el mundo se puede transformar para bien.

Por eso desafían las montañas, intentan acercarse al cielo, no para mirar por encima del hombro a sus semejantes, sino para buscar puntos de convergencia en favor de la preservación del medio ambiente, y de una causa tan ennoblecedora como la condición humana misma: contribuir con fondos y acciones a la investigación y lucha contra el cáncer.

El cuban Trail Team es, a la altura de nuestros días, una familia multicultural, con génesis inusitada de cubanía y unida por unos lazos que honran su paradigma martiano de que “subir montañas hermana hombres”, imbricado con un adagio de nuestra fraseología popular: “que pare el que tenga freno”.

Y sí, ciertamente parecen ser un grupo de hombres y mujeres incombustibles, con una capacidad aglutinadora impresionante, que hoy superan holgadamente el centenar de miembros y que desafían las alturas, o las rinden a sus pies en busca de sueños, carreras, solidaridad, bienestar, cambio…

Así, lo que comenzó siendo para Reinier y un grupo reducido de amigos una experiencia inicial de diversión, sellada con un buen ron cubano y un habano, es, desde el 19 de abril del 2019 un modo de vida, una manera de perseverar, desafiar imposibles, crear una cultura de la hermandad y la disciplina, y, en el caso particular de Reinier, cambiar el curso de su existencia desde el nacimiento de su hijo, centrado en convertirse en ese espejo en el que siempre su pequeño se podrá reflejar, ejemplo y referente.

Latir Cuba a cada paso es como respirar

Reinier es un Crack, me gustaría definir como tal a este ingeniero biomédico, graduado de la Universidad Central Marta Abreu de Villa Clara, amante empedernido de la pelota y de los gallos espirituanos, novena de su tierra natal; quien ha sido capaz de extender esa cultura del Trail Running o carrera de montaña a además de a España y Cuba, a Estados Unidos, Canadá, Italia, Alemania, Brasil, Venezuela, Inglaterra, Chile y Perú.

Por eso, la cita de este domingo, en la cual se constituyó de manera oficial la escudería antillana del Cuban Trail Team, esculpida con miembros de todo el país y fortalecida en tiempos de pandemia de la Covid 19, devino en un primer triunfo, máxime luego de haber disputado este sábado el Trail Cacahual, desafiando las gélidas temperaturas y con una expresión real de todo lo construido durante más de dos años, océano Atlántico de por medio.

Además, se presentó el calendario del Cuban Trail Team en los escenarios domésticos para este 2022, el cual incluye del 20-22 de mayo, tres etapas para el Trail Planta Cantú en el Escambray espirituano; la segunda edición del Plogging en Cuba el 5 de junio; el octubre Rosa; la carrera por la Diabetes en noviembre; y el Movember en ese propio mes. Todas como parte de objetivos cruciales como son crecer en membresía, y materializar acciones concretas en favor de la preservación ambiental y la lucha contra el cáncer.

Al comentar sobre la esencia del Cuban Trail Team, Peñarroche, un soñador disciplinado y perseverante comentó a Cubasí: “Se trata de sumar personas con hábito de hacer deportes como una gran comunidad o familia, y fomentar valores comunes como la disciplina y la perseverancia.

Nuestra actividad principal es el Trail Running (carreras de montaña) y también las carreras de asfalto en todas sus modalidades. Hacemos otros deportes como natación, ciclismo, pádel, tenis, judo, triatlón, duatlón y mountain bike (MTB), aunque estas en menor medida.

Así, la columna vertebral del club o junta directiva de esta gran familia la componen Reinier Peñarroche como presiendente; Yuniel Castro, vicepresidente; Gerard Gumbau, secretario; Jordi Valladares, tesorero y Roberto Carlos, como vocal.

A propósito del germinar del Trail Running en nuestro país Peñarroche comentó que “se trata de impregnar esa idea de, como cubanos dejar huellas y un pedazo de nuestras raíces a dónde quiera que vamos, en cualquier latitud que corremos, cualquier elevación que desafiamos.

En Cuba inicialmente tratamos de despertar ese interés por ir a las montañas y eso ya es un hecho. Como también los lazos de amistad que hemos estrechado en casi todas las provincias del país. Ahora con los objetivos más claros y terrenalizados, pues en aras de contribuir mediante la recaudación de fondos en sus carreras o eventos, se han aliado con la ONG Camaquito International, gracias al buen amigo Mark Kuster.

En Cuba aspiran a romper o crear algún récord que bien pudiera antojarse subir corriendo el Pico Turquino, atravesar el Escambray… Eso sumado a la participación en eventos solidarios para mantener la esencia y el sentido de cada kilómetro recorrido, tal y como sucede especialmente en España con la Fundación Fero ( https://fero.org/ ) con la cual colaboran en carreras para que las ganancias recaudadas se empleen en la investigación y lucha contra el cáncer.

El humanismo a flor de piel, como también la sensación de llevar a cuba y nuestra bandera en cada reto. “Es la sensación más grande del mundo, nos sentimos muy orgullosos de quienes somos y de dónde venimos. Somos defensores de nuestras raíces y de nuestra cultura, y eso es precisamente lo que nos caracteriza y diferencia del resto de los equipos.

El Cuban Trail Team hermana, y como bien dice Peñarroche, los “caballos de Atila” son los miembros del club, hombres comunes, con historias labradas bajo la fuerza de sus piernas. Así hallamos los pasos de Raúl García Cuervo, quien corrió de manera ininterrumpida durante 300 días; o Higinio Hernández, quien el día de su cumpleaños 64 y luego de más de 20 ediciones de Marabana disputadas en sus piernas, recorrió 64 kilómetros.

O Luis Edel, que acumuló 4.000 en un año y en un fin de semana devoró 320 kilómetros en bicicleta, 60 corriendo y un triatlón además; y el señor Meneses, capaz de recorrer más de un centenar de kilómetros en un día en dos ocasiones.

Como diría el propio Peñarroche: ¡Brutal!!! Como también lo son la humildad, los deseos de transformar el mundo en un hábitat de bien, de seguir soñando, corriendo, amando… hermanados y definitivamente sin frenos.