Budapest 2023: Atletismo cubano dentro de lo esperado
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Lázaro y Nápoles en podio mundial del triple salto. Con medallas de plata y bronce regresan a Cuba al medallero de las citas universales de Atletismo.
Foto: JIT
Antes de iniciarse el Campeonato Mundial de atletismo de Budapest 2023 decíamos que Cuba dependía de sus triplistas para conseguir alguna medalla, y así mismo fue.
Eran en esa prueba las opciones reales de volver a aparecer en el medallero general, y se hizo por partida triple (para hacerle honor también a la modalidad), gracias a Lázaro Martínez, ganador de la plata, y Cristian Nápoles y Leyanis Pérez, merecedores de bronce.
La prueba masculina estuvo marcada por la ausencia del cubano nacionalizado portugués Pedro Pablo Pichardo y la lesión del joven jamaicano Jaydon Hibbert, quien aparecía como gran candidato al podio luego de conseguir 17.87 metros y convertirse en recordista mundial sub-20 en esta misma campaña.
Eso abrió el diapasón para los restantes competidores y en definitiva impuso su favoritismo el otro competidor de elite, el burkinés Hugues Fabrice Zango (17.64 m), y detrás se ubicaron los nuestros.
El campeón mundial bajo techo en 2022 mantuvo su estabilidad y terminó segundo con 17.41 (solo 10 centímetros por debajo del registro que traía, el cuarto mejor del planeta,), y Nápoles firmó una gran competencia, y con 17.40 se marchó además con marca personal.
Era apenas el segundo día de competencias y ya Cuba había cumplido su propósito de reaparecer en la tabla de medallas, pero todavía faltaba el femenino, donde Leyanis Pérez y Liadagmis Povea llegaban con buenos presagios.
Povea se batió por incluirse en el estrado de premiaciones y llegó hasta 14,87, la tercera mejor marca de su vida y dos centímetros mejor de lo que había conseguido en la temporada, por lo que su sexto puesto no deja mal sabor de boca.
En tanto Pérez, cuarta en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, arrancó con un intento de 14.96 metros, solamente a dos centímetros de la marca que la tenía segunda del listado universal, pero en sus siguientes no pudo superarse y terminó tercera, detrás de la ucraniana Maryna Bekh-Romanchuk, quien inició la justa con 15 metros exactos. No obstante, ese 14.96 le hubiese alcanzado a la pinareña de 21 años de edad para coronarse en seis de los 15 Campeonatos Mundiales previos, y es el segundo bronce más largo de la historia, solo inferior al 15.08 de la rusa Anna Biryukova en Gotemburgo 1995.
También fue una competencia rara porque la superfavorita, la venezolana Yulimar Rojas, estuvo en una de sus peores noches y no fue hasta el último brinco que ganó el oro, con un 15.06 muy pobre para sus presentaciones habituales.
Del resto de los 21 integrantes de la delegación caribeña el otro gran resultado lo aportó Luis Enrique Zayas en el salto alto, al igualar su marca personal de 2.31 metros y finalizar cuarto. Desde hacía bastante tiempo el santiaguero no llegaba a esas alturas, así que es una señal esperanzadora de que todavía puede aportar en el Deporte Rey.
Los jovencitos Alejandro Parada (salto largo) y Silinda Morales (disco) cumplieron al avanzar a las finales de sus respectivas pruebas, y por debajo quedaron otros más conocidos como Rose Mary Almanza (800), Roxana Gómez (400) y Zurian Hechevarría (400 con vallas), que ni siquiera lograron acceder a las semifinales.
También decepcionaron los relevos femeninos, aunque el 4x100 repitió la marca de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador, pero aquí el nivel estaba mucho más alto y no les alcanzó para incluirse entre los ocho mejores del planeta.
El 4x400 sí quedó a deber en el flamante Centro Nacional de Atletismo, situado a orillas del río Danubio, sobre todo por un primer tramo muy mal corrido y dos imprecisiones en la entrega del batón, que por lo general no es decisivo en esta instancia, pero sí cuando se hace demasiado mal, como fue el caso.
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