Escuelas de danza, para aprender a soñar con los pies

Bailar es soñar con los pies, canta Joaquín Sabina, y esa es una verdad que parece cubana, pues en esta isla se vive y se baila con la misma pasión. Recientemente, lo comprobamos en «Bailando en Cuba», el show televisivo que acaparó la atención del público durante varios domingos de competencia.

Sin embargo, hay una realidad mucho más amplia, conformada por casas de cultura, proyectos comunitarios y el pollo del arroz con pollo: la enseñanza artística. En el caso de la danza, esta educación especializada tiene centros repartidos por todo el país.

Sobre este sistema de instituciones, CubaSí conversó con Lídice Garrido, directora de la Escuela Nacional de Danza: «La Escuela Nacional de Danza es un centro de referencia de la atención metodológica, que atiende 17 escuelas de nivel elemental a nivel del país, desde Guantánamo hasta la Isla de la Juventud, y también las cinco escuelas de nivel medio».

La calidad de la enseñanza es similar en todo el país, asegura Lídice, y explica: «Toda la atención se realiza a través de una estrategia metodológica diseñada por el equipo técnico metodológico y el equipo técnico asesor, la cual parte desde las visitas de inicio de curso para ver cómo se han garantizado todas las condiciones para este impulso y culmina con la reunión de preparación del nuevo curso escolar, que se hace en julio».

Los especialistas trabajan apoyados en tres centros regionales, de extremo a extremo de la isla: «Tenemos equipos metodológicos y escuelas de nivel elemental donde los niños y las niñas, desde la edad de 10 años, acceden a la enseñanza de la danza», asegura la profe Garrido, quien deja claro que la igualdad de oportunidades y exigencias no significa necesariamente una camisa de fuerza; por ejemplo, «aun cuando se recibe el folclor tal y como viene en el programa, se le imprime la identidad de cada provincia».

El nivel elemental, que se corresponde con las enseñanzas primaria y secundaria, cuenta con 17 escuelas, una en cada territorio, mientras que el nivel medio se desarrolla en cinco academias ubicadas en La Habana, Villa Clara, Camagüey, Santiago de Cuba y Guantánamo. En la capital funcionan, además, tres unidades docentes: el Ballet Lizt Alfonso, el Ballet Español de Cuba y Acosta Danza.

Desde los primeros años de estudio, la competencia resulta en este sistema un pretexto para el intercambio y el crecimiento profesional; así nos lo cuenta Lídice Garrido: «En febrero se realizan los concursos regionales, sobre la base de los concursos de las propias escuelas de nivel elemental, y en el mes de marzo tenemos el Encuentro Internacional entre Academias para la Enseñanza de la Danza, donde participan las escuelas de nivel medio y las unidades docentes que son atendidas por la enseñanza artística».

La directora de la Escuela Nacional de Danza ofreció también sus valoraciones sobre la calidad del proceso educativo en esta disciplina artística: «Hoy el país se encuentra con un claustro bastante estable. Aun con las carencias materiales, el país está haciendo un esfuerzo por darles condiciones a los tabloncillos, que es bien costoso; porque los estudiantes adquieran los equipos de trabajo, desde las zapatillas, las mallas, los leotares, recursos que son bien costosos y que, además, se les entregan a los estudiantes sin costo, y reciben, al unísono, las clases de la formación general y las de la especialidad».