Tampere 2018: Adriana cuarta y Jordan sin rivales
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Aunque no pudo volver al podio, la cubana Adriana Rodríguez cerró feliz el heptatlón de este Campeonato Mundial de atletismo sub-20 en una tarde de lluvia en la que su compañero Jordan Díaz adelantó lo que “viene” en el salto triple para la final de mañana.
Adriana, plata de Bydgoszcz 2016, cerró cuarta ahora con 5910 puntos y se declaró contenta, pese a que el sueño era mucho más, era el oro, pero lo sabía difícil.
«Se me fue todo en el primer día, no pude sacar todo lo que necesitaba a mis mejores eventos, y hoy tampoco estuve bien en el salto de longitud», dijo tras correr los 800 metros con tiempo de 2:224.52 minutos en un Estadio Ratina totalmente bañado por la lluvia.
El agua llegó instantes antes de que saliera el último heat de las heptalonistas, precisamente el que agrupa a las que van en los primeros lugares de la competencia, y arreció durante las acciones, pero para ellas era como si no existiera.
«El agua no me molesta, no me hace daño, ya venía difícil para lograr medallas desde antes», reconoció la pinareña que ayer cumplió 19 años y tiene mucho futuro en la agotadora prueba.
En el orden de las premiadas hubo sorpresas, pues la favorita austriaca Sarah Lagger, que defendía su oro de hace dos años, se vio desplazada por la británica Niamh Emerson, dueña de la cima desde el comienzo y finalmente ganadora con 6253 puntos que fueron récord para la temporada.
Lagger quedó a 28 unidades (6225) pese a imponer plusmarca para su país entre juveniles.
La polaca Adriana Sulek también anotó récord nacional con 5939 puntos, tras aprovechar el débil final de la australiana Celeste Mucci, quien había llegado como tercera a la carrera de los 800 y fue definitivamente cuarta con unos 5865.
En total fueron 24 las que completaron la exigente prueba de dos días de competencias y siete eventos: 100 con vallas, salto de altura, impulsión de la bala, 200 metros, salto de longitud, lanzamiento de jabalina y 800 metros.
La otra actuación de Cuba esta tarde fue en el salto triple con un Jordan que se confirmó “sobrado” para la prueba y accedió a la final con una única ejecución de 17,09 metros.
«Era muy fácil la marca de clasificación (15,80), pero de todas maneras yo siempre me concentro para hacer lo mejor y así fue hoy», comentó el capitalino, convertido en una de las estrellas de la categoría y muy seguido desde que llegó a esta ciudad.
Incluso hoy apenas terminar la competición fue el elegido para los controles aleatorios antidopaje, algo que se repetirá este sábado cuando en definitiva debe ganar el título.
«Quiero darle el primer oro a Cuba y voy a hacer lo mismo, dejar la mente en blanco y solo concentrarme en los saltos, quiero hacerlo con récord, pero lo primero es ganar», aseguró junto a su entrenador Ricardo Ponce.
Jordan, que ya fue campeón mundial de cadetes en el 2017 con la mejor marca de todos los tiempos para esas edades (17,30 metros), tiene este año 17,41 metros que destrozaron la cota de la Isla entre juveniles y ahora quiere más, quiere más de los 17,50 que son lo máximo del orbe desde 1985.
Esa será su único reto mañana, pues sin exceso de confianza puede asegurarse que ninguno de sus rivales podrá derrotarlo. El más cercano a él esta tarde fue el francés Martin Lamou con 16,26 metros, un jovencito que solo tiene de por vida 17,76.
Ninguno de los restantes concursantes aquí ha sobrepasado nunca los 17 metros, incluso la mayoría andan bien lejos de ese registro, así que solo parece cuestión de horas que Cuba inscriba su primer oro en esta cita.
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