¿Quién dice en Cuba en qué hay que creer?

¿Quién dice en Cuba en qué hay que creer?
Fecha de publicación: 
23 Mayo 2016
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La Convención de los Derechos Humanos incluye la libertad de religión y culto porque, efectivamente, creer es un derecho. Profesar y practicar la fe que cada quien escoja sin discriminaciones o persecución.

Muchos afirman que en Cuba no se respeta esa esencial libertad humana. CubaSí pidió la opinión de varios cubanos que militan en diferentes religiones, denominaciones o credos. Cada uno de ellos contó su propia experiencia como testimonio de la verdad que vive.

Clara Urrutia Noriega pertenece a una de las familias más representativas dentro de la Regla de Osha en Matanzas. Ella atiende el Cabildo de Santa Teresita, como antes lo hizo su abuela. Con la dulzura de Oshun y el carácter de Oyá, Clarita nos recibió en su casa para contarnos:

“Yo no me he sentido discriminada por mi religión en mi integración a la sociedad; yo fui delegada del Poder Popular, fui Secretaria de la Federación de acá debajo de La Marina, soy presidenta del Comité; siempre he estado como líder aquí en el barrio y nunca ha sido un problema la religión. Quizás un tiempo atrás había cierta presión con el tema religioso, pero ya podemos pertenecer hasta al Partido, así que eso ha ido cambiando mucho. En el trabajo soy jefa de zona de Matanzas Este en Servicios Comunales, fui cantante en Tropicana, y mi práctica religiosa nunca ha tenido nada que ver con mi trabajo, no me ha impedido nada, y te lo digo así porque no soy de las personas que aguantan que las discriminen; donde se caiga el burro, ahí mismo le doy los palos, pero realmente no he tenido ningún problema, y a mí me hicieron santo con diez meses de nacida”.

A juicio de Clarita, los mismos creyentes deben sentarse a revisar ciertos temas, como los horarios de los tambores para no molestar a los vecinos y otras conductas que, a su juicio, no tienen nada que ver con la autonomía religiosa:

“Yo, como religiosa, entiendo que a la escuela los niños no deben ir ni con collares, ni con ide, ni con pañuelo; a la escuela, con su uniforme correcto, y cuando llegue a la casa, se pone sus atributos. Para ser religioso no hay que estar con todas las cosas puestas en todos los momentos, y menos a la escuela, que se va a aprender. El hecho de que los niños no puedan ir con todo eso a la escuela no es ningún irrespeto al derecho de los religiosos, porque yo vi muchos niños que mi abuela hizo y personas que eran muy integrados a esta sociedad y salían para su escuela, o su trabajo, o su escuela, normal, y cuando regresaban, se ponían todos sus atributos; yo a mis ahijados los oriento de esa forma”.

La joven católica Diana Rosa Piad, graduada de Ingeniería Civil, trabaja en una empresa de proyectos, y desde la adolescencia imparte clases de catecismo en su parroquia, aunque en estos momentos ha recesado ambas funciones para disfrutar de la licencia de maternidad, como todas las madres cubanas.

Yo estudié la carrera que yo quise, y en la escuela sabían que yo iba a la iglesia, y la verdad nunca me sentí discriminada, ni por los profesores, ni por los compañeros del aula, y ahora en el trabajo tampoco, todo el mundo me ve normal, no me ven como un bicho raro, como a veces la gente piensa. También trato de ser lo más cercana posible, de no crear distancias ni nada de eso, independientemente del credo que ellos quieran profesar o vivir. Yo estaba de adiestrada y antes de cumplir el tiempo de servicio social, me pasaron para una plaza fija, o sea, que pienso que no hubo problemas en ese sentido… Cuando mi primer embarazo, me visitaban; yo trabajé más tiempo del que debía por la licencia para terminar varios proyectos y ms compañeros venían; ahora mi esposo trabaja allí y me sirve de enlace. Mi niño entró al círculo infantil sin ningún problema y ahí yo sé que le enseñan las normas sociales, cívicas, de conducta, de ética, aunque a mí me gustaría que fuera a una institución, a una escuela católica, y eso no existe en Cuba…

La religión abakua es otra de las variantes que llegaron desde África para incorporarse a la amalgama cultural de los cubanos. Hosday Calderón Hernández se juró en este fundamento en 1989, cuando apenas tenía nueve años. Actualmente es Obon Ekue en Uriabon, el juego más antiguo de la ciudad de Matanzas, y Mbacara Niton go en Efo. Estas son dos de las llamadas plazas que establecen las jerarquías dentro de esta creencia. Acompañado de algunos de sus “ekobios”, nos contó:

“Nosotros hasta los años 90 sí estábamos un poco más restringidos, porque la misma sociedad nos mal miraba por desconocimiento y no nos tenían como a otras religiones, que recibían más prioridad para ejercer sus ritos, pero en el año 1996 se fundó el Buró Abakua en Cuba; tenemos la atención de las personas del gobierno que atienden los asuntos religiosos, tanto en la provincia como a nivel nacional. Incluso ha pasado esa época en que nos veían con miedo, decían que éramos una sociedad secreta, pero ahora todas las personas de las comunidades participan en nuestras actividades hasta donde pueden llegar; participan de las fiestas los niños, las mujeres, o sea, que el mal de fondo que había se ha ido eliminando.

“Todos los años, cada seis meses, nos reunimos con el gobierno, planteamos nuestros criterios, intercambiamos, se nos ha dado la posibilidad de adquirir en instalaciones estatales los productos que necesitamos para nuestras celebraciones y como tal, por la parte religiosa, nosotros lo mismo podemos hacer un rito en el río, en el parque, en cualquier lugar. En nuestros mitos y ritos ni el gobierno ni nadie nos censura ni nos cuestiona; claro, nosotros mantenemos un respeto por las leyes y normas sociales en general”.

La vida de Tony ha estado ligada a la fe cristiana desde la cuna, su padre fue pastor de la Iglesia de Cristo y su madre lo acompañaba en esa misión. En su propia casa organizaron desde 1992 un espacio de reuniones con la autorización del Estado; la iglesia que comenzó con tres miembros creció considerablemente y según Tony, José Antonio Fernández Muñoz, músico profesional y actual ministro de esa congregación: “En estos momentos en la ciudad, como tal, tenemos alrededor de unos 800 miembros, y desde un inicio nosotros tuvimos todo el apoyo del Estado; de hecho, el crecimiento de la Iglesia es la mayor prueba de que nunca hemos estado limitados para nada”.

“Todos los años realizamos tres eventos nacionales en el Palacio de Convenciones Plaza América en Varadero, usamos todas las instalaciones allí, y es el propio Estado quien nos da las posibilidades de transportación y hospedaje. Reunimos hasta 500 personas y la Oficina de Asuntos Religiosos y el Ministerio de Justicia nos apoyan en todo. Participan hermanos de todo el país, y también un número importante de invitados y conferencistas extranjeros, mayoritariamente de Estados Unidos. Esas personas vienen con un visado religioso, el cual les da la posibilidad de quedarse en las instalaciones de la Iglesia o en casas donde nosotros tenemos reuniones”.

Para Tony es importante la posibilidad de interactuar y servir a la comunidad: “Recientemente tuvimos la autorización también para un proyecto agroecológico, tenemos una finca donde el objetivo es llevar a los hermanos de la Iglesia y sembrar y cosechar, y poder tener un proyecto social”.

Pedro Fernández Pérez es quizás el caso más sui géneris de los que conversaron con esta reportera. En su casa, adjunta al consultorio médico donde trabaja su esposa, nos narró: “Bastante prejuiciado por algunas experiencias negativas, después de accionar por muchas iglesias y por muchas logias y por los cultos afrocubanos, se nos ocurre fundar el 6 de enero de 2009 la Iglesia Universalista con lo mejor de todo lo que yo había recogido en todas las religiones, es el organismo que represento ahora mismo, porque soy su fundador.

“Ya cumplimos siete años y jamás hemos sido molestados. Yo pienso que nos han mirado de cerca, que han estado entre nosotros sentados, oyendo nuestras clases, pero en honor a la verdad, no hemos sido molestados. Nosotros, por ejemplo, hacemos todos los domingos de resurrección una ceremonia en el mar al amanecer con el sol".

Clarita, Diana, Hiosday y Tony practican en Cuba las religiones que heredaron de sus ancestros o escogieron por libre y espontánea voluntad; Pedro creó la suya como resultado de una búsqueda personal. Ninguno se esconde ni vive al margen de la sociedad. ¿Alguna otra pregunta sobre el derecho de culto y religión en Cuba?

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