Serie del Caribe: con el listón bien alto

Siempre se ha dicho que Cuba sale a ganar cualquier torneo de pelota, sea donde sea, del nivel que sea, pero seamos honestos, con el mal precedente de Villa Clara en el reingreso cubano a este tipo de lides, Pinar iba mucho menos presionado a la lid que en definitiva conquistó en San Juan.

Ahora es diferente, porque Ciego va a defender la corona, y eso siempre entraña una presión extra.

A su favor tiene su nómina, a mi juicio más profunda que la presentada por Pinar en la versión precedente, y también con jugadores que se encuentran en este mismo instante en buenos momentos ofensivos.

Los refuerzos han sido escogidos en las posiciones donde realmente hacen falta, para redondear una alineación, un staff de pitcheo o una buena defensa, lo cual debe dar tranquilidad al cuerpo de dirección.

En este último punto es donde aparece a mi juicio la principal incógnita, pues si bien Roger Machado ha enseñado sapiencia en los torneos domésticos, en su más reciente oportunidad con un equipo grande, los Panamericanos de Toronto-2015, no fue halagüeña su conducción.

Meses han pasado, y como es lógico, debe haber aprendido la lección, para no cometer los mismos errores nuevamente, ni siquiera cuando la tensión del juego intente jugarle una mala pasada.

No comparto unas declaraciones suyas recientes en las que decía que si hacía falta tocaba con Borrero, Yuliesky o Despaigne (ejemplos sobran en años recientes de lo desacertado de esas decisiones, porque en la pelota cubana hasta quienes están más habituados a hacer eso han fallado en eventos internacionales), pero espero que a la hora de la verdad tenga buen juicio.

Con un solo rival por definir, el representante de Puerto Rico, ya los técnicos pueden ir preparando las estrategias en dependencia de alineaciones o lanzadores rivales, y entrenar concienzudamente.

Las esperanzas siguen siendo hacia lo máximo, y para ser sinceros, si con este equipo no se gana la Serie, no creo que con otro se logre, al menos a día de hoy.