SERIE DEL CARIBE: Encrucijada entre derrota y dependencia

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SERIE DEL CARIBE: Encrucijada entre derrota y dependencia
Fecha de publicación: 
5 Febrero 2015
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Me duele explicarme como una novena en lo anímico puede sufrir tamaña metamorfosis en menos de 24 horas.

 

Hoy los Vegueros de Pinar del Río salieron a la grama del Hiram Bithorn como si ya lo hubiesen entregado todo, como si su objetivo estuviera vencido tras la bocanada de oxígeno que les produjo su sonrisa in extremis 3-2 sobre los Cangrejeros de Santurce la víspera.

 

Ciertamente el veredicto ante los Caribes de Anzoátegui, invicto en tres exámenes y el equipo de más sólido rendimiento en lo que va de esta 57 Serie del Caribe, desliz 2-6 que además de ponerlos nuevamente a depender de terceros, —un éxito de los Gigantes del Cibao dominicano los colocaría como cuartos en semifinales—, sacó a relucir nuevamente las falencias que han acompañado a la nave de Alfonso Urquiola desde que pisaron el parque de San Juan, la capital boricua.

 

Falencias que hallan su fondo en la calidad de nuestros clásicos domésticos, en el declive de nuestro béisbol, en la distancia que nos separa del resto de los principales elencos incluso de nuestra región.

 

Hace días Urquiola no concilia el sueño con tranquilidad, no es el único, jugadores, estrategas, periodistas y millones de cubanos amantes de su pasatiempo nacional y novena sin importar latitud, han cambiado la sonrisa por la incertidumbre, la confianza por la resignación. Puede que incluso las bondades del certamen aviven la tenue mecha de luz, que irrumpan en semifinales y hasta que ganen el torneo. Incluso si “el milagro” ocurriera, no escaparían de los análisis, ni de una imagen endeble, como la de Isla Margarita, por demás calco de una sonrisa in extremis y tres convincentes fracasos.

 

No describiré fríamente el partido, sería como solfear en La sostenido por cuarta ocasión una partitura aderezada con ofensiva endeble, ansiedad inusitada, discriminación casi nula, reticencia ante primeros lanzamientos en zona y luego swines a pitcheos fuera del área ideal de contacto. En consonancia, ocho corredores de brazos cruzados dejados en las almohadillas, de ellos la mitad en posición anotadora.

 
César Valdéz indescifrable durante siete actos, estrucador de ocho rivales, sin otorgar regalías y con 70 de 92 pitcheos en calidad de strike. Un muro infranqueable, con notable localización de sus lanzamientos hacia la zona baja, y por ende verdugo de nuestra atribulada batería, amén de los oasis de cuatro esquinas salidos de los maderos de Alexander Malleta y Luis Alberto Valdés.

 

Del otro lado del montículo y con un bullpen eminentemente desprotegido, el zurdo matancero Yoanni Yerra no pasó del tercer episodio, cuando la tanda morocha midió calibre ante sus envíos por segunda oportunidad. Yera, con el afán de colocar sus envíos en la zona de strike quedó muy vulnerable.

 

Por si fuera poco la mecánica defensiva se convirtió en otro escollo durante el tercer inning aciago: un batazo dejó malparados a Yadier Hernández y Roel Santos, luego se diluyó la oportunidad para un doble play tras roletazo por tercera, fallas no permisibles con altura en la varilla de calidad.

 

 Con el mal ya hecho, el también siniestro Liván Moinello contuvo la avalancha de la vino tinto, antes de cederle el cierre del desafío a Jonder Martínez, ambos con una anotación a cuestas.

 
Los análisis son más profundos, desde la lomita el otro argumento disponible en rol de relevista era Erlis Casanova, señal de que los dolores de cabeza respecto a la segunda línea persistieron, y continuarán si en definitiva se materializa el acceso a semifinales.

 

Nuevamente el timonel de los vueltabajeros no echó mano de sus hombres emergentes para intentar atenuar la sequía ofensiva, incluso en el epílogo, cuando el propio Valdés se ponchó con Giorbis Duvergel y Malleta en bases.

 

Parece un recital de imperfecciones, un manual de lo que usted no debe hacer, colocado en el mismo armario de la espera, pues de producirse un triple empate entre cubanos, puertorriqueños (de ganarle a República Dominicana), y estos últimos (si patinaran en sus dos confrontaciones restantes) se iría a las carreras permitidas, balance en el cual nuestras huestes no ostentan una posición favorable.

 
Por ahora muchos, ya sean ateos o devotos, prenderán una vela esta tarde a las 6:30 p.m. para que los de Quisqueya dobleguen a los Tomateros de Culiacán mexicanos, y en definitiva los nuestros preserven vida y aspiraciones. A ver si en definitiva el descanso de viernes los ilumina y son capaces de regalarnos otro momento de festejo.

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