Un presidente con sombrero alón blanco

Nuevos acontecimientos que tienen lugar en América Latina parecen reflejar el inicio de un trascendental amanecer.

Este proceso arrancó el 1ro de enero de 1959 antecedido por el estallido del 10 de octubre de 1868, comienzo de la Revolución en Cuba.

Uno de sus más recientes episodios viene sucediendo en Perú, donde un modesto profesor rural ganó la presidencia por más de 45 mil votos.

Aunque su contrincante Keiko Fujimori exhibía una abultada hoja delictiva, la confirmación del triunfo demoró varias semanas.

¿Por qué tantas piedras en su camino?

Debido a que la añeja oligarquía estaba preocupada con los proyectos anunciados por Pedro Castillo para enfrentar los arcaicos problemas que han estrujado a esa nación.

Castillo, entre otros aspectos, mostró su objetivo de transformar la trágica situación sanitaria y educativa.

Junto a ello puntualizó, que no gobernará desde el tradicional Palacio de Gobierno dado los oscuros recuerdos coloniales que entrañan.

En cuanto a la Pandemia aseguró darle máxima prioridad para erradicarla en lo fundamental.

A este escenario se suman la profunda  crisis socio-económica y política en Colombia, las numerosas manifestaciones en Chile que lograron algunos cambios en la Constitución Pinochetista.

Asimismo, en Ecuador su gobernante Lenín Moreno hundió financieramente a ese país, devenido perrito faldero de Washington  y represor de integrantes del Partido liderado por Rafael Correa.

Perú está llamado a saltar de lo peor a la esperanza. Por lo segundo, ya se perciben velas en todos los altares.