Rubio y Colorado, juntitos otra vez

Aunque realmente nunca estuvieron separados -el odio a Cuba los une- el senador Marcos Rubio acudió desesperadamente a renovar su fidelidad a Donald Trump en el llamado caucus republicano de Iowa -una antesala de las primarias para elegir al candidato presidencial-, dejando en la estacada al también fascistoide Ron DeSantis, abandonado también por otras figuras del Partido de los Elefantes.

Rubio, quien dijo que el Colorado era la mejor esperanza para hacer retroceder las políticas de Biden, se unió así, de forma sobresaliente, al coro que acompaña a Trump, imparable en la carrera hacia la Presidencia, a pesar de todos los cargos penales que enfrenta, destacados, aumentados y quizás algunos inventados, para tratar de eliminar al principal obstáculo hasta ahora en la reelección del presidente Joe Biden.

La edad y señales seniles pueden jugar una mala pasada al mandatario, obligando a los demócratas a buscar otro oponente que no puede ser el octogenario Bernie Sanders, por ser progresista, ni poder acudir a Robert Kennedy Jr, quien abandonó el partido para aspirar de forma independiente y declararse enemigo del actual sistema político corrupto.

¿Cómo Trump ha logrado que el electorado vuelva a confiar en él? A juicio del columnista del diario The Washington Post, Dan Balz, Trump retomó el mando del partido y la pelea por la nominación después de una caída en su posición tras las elecciones de mitad de período del 2022, cuando los republicanos tuvieron un desempeño inferior a las expectativas y a los candidatos favoritos de Trump les fue mal. 

“Irónicamente, contó con la ayuda de cuatro acusaciones en cuatro jurisdicciones, incluidos dos casos relacionados con sus esfuerzos por subvertir los resultados de las elecciones del 2020″, escribió el analista.

“Trump usó esos delitos graves (91 en total) como insignias de honor, y los votantes republicanos respondieron acudiendo en masa a él. Las acusaciones presagian una campaña electoral general en la que los tribunales competirán con los mítines de campaña para definir las personalidades de los dos posibles candidatos, así como una de las principales opciones para los votantes, que es si ven a Trump como una amenaza a la democracia”, añadió.

Los resultados preliminares de una encuesta de entrada de los participantes de las asambleas en Iowa dieron cuenta del grado en que Trump es dueño de su partido. Cuando se les preguntó si el presidente Joe Biden fue elegido legítimamente en el 2020, aproximadamente dos de cada tres dijeron que no, poniéndose del lado de la afirmación falsa, pero persistente, de Trump de que las elecciones estuvieron plagadas de fraude. “Robadas”, según sus palabras.

Y como muestra de la influencia que tiene en el partido y de que muchos creen que será nominado, más republicanos están cerrando filas detrás de su campaña, especialmente tras su victoria holgada en Iowa. El más reciente en unirse este sábado 20 fue el exsenador y su rival en el 2016, Ted Cruz, de lamentable origen cubano como Rubio.

The New York Times apuntó “Trump ha fusionado las diversas acusaciones, incluido el caso de fraude civil del fiscal general de Nueva York contra él y su empresa, en un solo lamento sobre una ‘caza de brujas” que, según afirma falsamente, está siendo orquestada por el presidente Biden. Presentarse a sí mismo como blanco de persecución política le ha reportado millones de dólares en donaciones políticas y ha unido a los votantes republicanos a su lado, mientras se postula nuevamente para presidente”.

Mientras todo esto ocurre en el circo político estadounidense, Narco, perdón, Marcos Rubio ha emprendido una carrera entusiasta en el apoyo a Trump, alabando el reconocimiento de este al ultraderechista presidente argentino, Javier Milei, y destacando sus logros en la implementación de políticas de sanciones severas contra Cuba y Venezuela.