Boluarte, macao que no suelta

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Boluarte, macao que no suelta
Fecha de publicación: 
16 Julio 2024
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Todos los sectores del universo peruano coinciden en la impopularidad de Dina Boluarte, a quien muchos consideran una traidora al encarcelado y hoy expresidente Pedro Castillo y al partido de izquierda al que pertenecía.

A pesar de tener solo un dígito de aceptación, igual que el controvertido Congreso, la mandataria asignada tiene al parecer asegurada su permanencia hasta el 2026, fecha final de su quehacer interino, y hay algunos que dicen que la impopular piensa mantener el cargo mediante elecciones.

Quiere aprovechar cierta fortaleza representativa que le da a Perú la adjudicación de la sede de los Juegos Panamericanos del 2027, así como de la próxima cumbre de líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) noviembre venidero, y la apertura de un proyecto portuario con China comenzado hace algunos años, hecho por el cual aprovechó para visitar la nación asiática.

La intención de Boluarte de continuar en el sillón presidencial no ha quedado clara para todos pero lo que si se sabe es que no lo abandona en esta etapa gracias al apoyo del fujimorismo y, por supuesto, de la Embajada de Estados Unidos.

La indigna Dina incumplió la promesa de convocar a elecciones en los primeros días de su gobierno, al asegurar que cumplirá el mandato hasta el 2026.

Para El País, un diario español nada sospechoso de progresista, Dina Boluarte seguirá gobernando en “condiciones muy precarias” y con el apoyo de un Congreso que ya perdió credibilidad:

“Boluarte se mantiene en el sillón presidencial gracias a la supuesta oposición, el fujimorismo, más aún desde que apoyó la liberación del autócrata Alberto Fujimori tras el enredo judicial a cuenta del indulto humanitario que recibió años atrás. El propio Fujimori ha dado por sentado que la apoyará hasta el final”.

VENDAVAL SIN RUMBO

Hasta ahora Boluarte ha salido indemne de un vendaval de acusaciones acerca de su responsabilidad en el asesinato de más de 60 manifestantes antigubernamentales, en su mayoría indígenas, de aceptar prebendas mediante favores, sin contar las etapas que tuvo en colusión con la ex fiscal Patricia Montesinos, y la íntima amistad que mantiene con Keiko Fujimori.

Pero su amiga sorprendió con el anuncio de que su padre aspirará a la presidencia en el 2024, cuando se dijo que la amnistía se produjo principalmente por el cáncer que se dijo que padecía, luego avalado por un espurio Congreso que eliminaba los crímenes de lesa humanidad de antes del 2002.

Alberto, con 85 años, tiene penas por corrupción, que lo eliminaría de la aspirantura, si se cumple lo postulado legalmente. Se ha reconocido su responsabilidad en solo 25 de los miles de asesinatos que ordenó durante la represión contra grupos guerrilleros, y dejar estéril a más de 3 000 mujeres indígenas, porque, dijo, para que iban a parir, si sus niños estaban condenados al hambre y las enfermedades.

En cuanto a Keiko, líder del partido Fuerza Popular, compareció este lunes 15 por quinta vez a una audiencia de juicio por lavado de activos, que empezó a inicios de julio. La fiscalía pide 30 años de cárcel para la excandidata presidencial y la disolución de su influyente grupo político.

El Ministerio Público la acusa de lavar 17,3 millones de dólares al captar dinero de empresas, incluida Odebrecht, para sus campañas presidenciales del 2011 y 2016 y ocultarlos con falsos registros de aportes en cócteles y rifas. Keiko, de 49 años, perdió ambas elecciones frente a candidatos como ella, de derecha, y otra en el 2021 ante un modesto y progresista maestro rural, y ello le dolió aún más.
 

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