¿Qué sabemos de la ocupación de La Habana por los ingleses?
especiales
El 6 de junio de 1762 comenzó la invasión de los ingleses a La Habana. Este suceso se produjo como parte de la llamada Guerra de los Siete Años, que involucró a las potencias europeas España, Francia e Inglaterra. ¿Cuáles factores propiciaron que la defensa ante el ataque resultara ineficaz? ¿Qué repercusiones tuvo para Cuba el dominio inglés, durante 11 meses, de una aparte de la isla?
Sobre estas interrogantes comentó a Cuba Sí el Doctor en Ciencias Históricas Arturo Sorhegui D’ Mares, Profesor Titular de la Universidad de La Habana que ha estudiado la Cuba del siglo XVIII.
¿Cuál fue el contexto internacional de la guerra entre Francia, Inglaterra y España, y que cierra con la ocupación de La Habana por los ingleses?
La guerra ─lo planteó el historiador y demógrafo Juan Pérez de la Riva─ fue un episodio más de la lucha por el poder político entre la burguesía y la aristocracia latifundista. Lo que se decidía era el control del mercado azucarero y de la trata negrera, pilares en los que descansaba la acumulación capitalista. El dominio de las colonias españolas, inglesas y francesas en América era un factor fundamental en la evolución y avance de sus respectivos estados. España entró tardíamente en esta guerra, el 5 de enero de 1762. El factor que influyó al monarca Carlos III para entrar en ella fue que, de ocurrir el triunfo de Inglaterra sobre Francia, invalidaría la permanencia de las colonias en América.
Inglaterra disponía de Jamaica, Barbados, la costa al Caribe de América Central (especialmente el actual Belice) y las llamadas Trece Colonias. Si a eso sumamos que tenía el dominio del mar, su triunfo en la Guerra de los Siete Años sería la pérdida de las colonias españolas.
Foto tomada de internet. El profesor Sorhegui D’ Mares ha publicado varios libros, ensayos y monografías sobre la historia de Cuba.
¿Cuál fue la efectividad inglesa durante la ocupación, en contraposición con la defensa del mando español en Cuba?
Mucho se ha ponderado las posibilidades del plan inglés de acceder al sitio de La Habana por su costa occidental al abordar la ruta del canal Viejo de Bahamas, menos practicada por el comercio oficial. De gran importancia en el sitio fue también el apoyo de hombres, fundamentalmente esclavos, y abastecimientos provenientes de las Trece Colonias.
El gobernador español, Juan de Prado Portocarrero, llevaba poco tiempo en el cargo, parte del cual pasó inactivo por estar enfermo. Una de las mayores críticas que se le hizo fue su abandono a los parapetos comenzados en la fortaleza de La Cabaña. En segundo lugar, no dio crédito a las informaciones de que los ingleses se preparaban para abordar un camino imprevisto.
¿Qué importancia le han atribuido los historiadores a la toma de La Habana? ¿Qué carga ideológica se distingue tras sus interpretaciones?
Mucho han escrito historiadores cubanos, españoles y anglosajones sobre este acontecimiento. Sin embargo, fue Francisco de Arango y Parreño, líder del grupo plantacionista habanero, quien trazó la primera línea interpretativa, en 1792, no ajeno a consideraciones ideológicas. En su Discurso sobre la agricultura en La Habana y medios de fomentarla señaló que la historia de La Habana había comenzado con la ocupación, desconociendo, por mero cálculo, la historia anterior. La línea argumental de Arango fue seguida, entre otros, por el historiador matancero Pedro José Guiteras, quien escribió una monografía sobre este hecho y comenzó su Historia de Cuba a partir de él.
Fue el estudioso Ramiro Guerra quien en el siglo XX denunció la influencia dejada por la línea de Arango. Argumentó que la ocupación duró un tiempo insuficiente para aportar nuevos campos de caña, y que la producción se debía a acciones anteriores. Lo que sí habían aportado los ingleses fue un mayor número de barcos para el comercio. Esto le dio a la producción azucarera un impulso hacia el predominio de la plantación en el Occidente.
Tras la recuperación de La Habana, España aplicó cambios en la estrategia defensiva. La solución promovida fue dar participación efectiva a los criollos en la defensa del territorio. Para ello se reformarían las milicias y se les daría grados militares; gracias a lo cual, alcanzarían el fuero militar, privilegio buscado en América por todos los subordinados a España. Esto les permitía no ser juzgados en un tribunal civil, sino en uno militar; y la posibilidad de que sus hijos pudieran acceder a las academias élites en la Península. Prueba de esto fue que oficiales cubanos participaron en la guerra de independencia de España contra la invasión napoleónica, al punto de que el ministro de la Guerra fue el habanero Gonzalo O’Farril.
- Añadir nuevo comentario
- 1291 lecturas
Comentarios
Carlos de New York City
Añadir nuevo comentario