Lobo Trump, y sus caperucitas

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Lobo Trump, y sus caperucitas
Fecha de publicación: 
28 Marzo 2025
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Fotomontaje: Elon Musk, Donald Trump, Marco Rubio.

Mientras utiliza respectivamente a sus “caperucitas” Musk y Rubio para desemplear a miles de trabajadores y quebrar a gobernantes latinoamericanos, Donald Trump lo mismo deja su disfraz de lobo para evitar una guerra nuclear a consecuencia del diferendo bélico ruso-ucraniano, que se lo encasqueta bien para  burlarse de todos, acólitos y adversarios, mediante continuadas amenazas e incumplimientos a quienes lo favorecieron en las más recientes elecciones presidenciales.

No sé exactamente la aceptación que pueda tener un mandatario de una nación que quiere mantenerse poderosa a costa de otras, cuando trata de evitar que se construya un mundo multipolar esgrimiendo un proyecto proteccionista para lograr su sueño para él, y pesadilla para los pueblos, de hacer más grande a Estados Unidos, al que llama América.

Al atacar y crear aranceles que perjudican hasta sus socios más cercanos, en aras egoístas de salvar a su país a costa de los demás, solo beneficia a multimillonarios que se volverán aún más ricos, al tiempo que trata a toda costa de evitar la pérdida de la hegemonía que aún le queda.

El investigador mexicano Fernando Buen Abad, autor de Crónica de unos aranceles anunciados, señala: “Me preocupa la utilización ideológica de la petulancia imperial, el desparpajo, la desfachatez en la conducta de Donald Trump …para normalizar, por la vileza con que esto se instala, el maltrato y la humillación”.

Nada más cierto, y lo peor es que esto no solo es con los aranceles. Refiriéndose a México dijo Trump ante el Congreso norteamericano: 

“Caballeros, el territorio inmediatamente al sur de nuestra frontera está dominado enteramente por cárteles criminales que asesinan, violan, torturan y ejercen un control total. Tienen el control total de la nación, lo que supone una grave amenaza para nuestra seguridad nacional. Los cárteles están haciendo la guerra a Estados Unidos y es hora de que Estados Unidos haga la guerra a los cárteles”, lo cual fue recibido con estruendosos aplausos.

Los aranceles no son la única vía de presión. A la amenazante diatriba, se suman expresiones unipolares, como la política hacia los migrantes con la cual estos son criminalizados, deshumanizados e ilegalmente sacados del territorio estadounidense para ilegalmente mandarlos a virtuales campos de concentración tanto en Guantánamo como en El Salvador.

La deportación de 230 venezolanos (137 acusados sin evidencia –salvo los tatuajes que tienen algunos– de pertenecer al grupo delincuencial llamado Tren de Aragua) hacia la cárcel de máxima seguridad para terroristas Cecot, en El Salvador –que tiene fuertes acusaciones de violación de derechos humanos, tortura y confinamiento extremo– en el marco de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, prevista para tiempos del guerra (cuando no hay guerra con Venezuela), generó una confrontación del gobierno trumpista con el Poder Judicial. 

El juez federal James Boasberg ordenó la suspensión de tal medida para determinar su legalidad, pero el llamado zar de la migración, Thomas Homan, declaró no importarle lo que dijeran los jueces.

El envío de migrantes a la base militar de Guantánamo, buscando encarcelar hasta 30 mil personas plantea graves problemas legales. Jorge Contesse, de la Rutgers Law School, señaló que la decisión gubernamental es al menos difusa: al no ser territorio técnicamente hablando de Estados Unidos (es territorio de Cuba) sirve para no dar protección legal a quienes tendrían acceso a la misma estando en territorio de norteamericano.

Se suma la crueldad de que es un espacio donde se han cometido violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional.

Pero ¿qué gana Bukele ofreciendo un Guantánamo centroamericano a Trump?, como dice BBC Mundo. Dinero, se habla de seis millones de dólares por mantenerlos durante un año, renovable, en el Cecot.

La otra cara de la moneda es la explotación de la mano de obra confinada lo que ayudará a que nuestro sistema penitenciario sea autosostenible, explicó el mandatario. El trato de presos por dinero lo cerraron Bukele y el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, cuando este último visitó El Salvador el mes pasado.

Lo paradójico es que no hace mucho Bukele había exigido a Estados Unidos que devolviera ese territorio a Cuba, ubicado, dijo, en un espacio ideal para una importante zona económica.

Es un acuerdo sin precedente, el más extraordinario del mundo, lo describió entonces el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, añadiendo que El Salvador se había ofrecido a recibir a criminales peligrosos que estuvieran bajo custodia o cumpliendo condena, incluso si son ciudadanos estadounidenses o residentes legales.

Así, Rubio, que combatió a Bukele por importantes y convenientes negocios con China, lo proclamó como un gran amigo de Estados Unidos, al igual que los mandatarios panameño y costarricense, aunque se abstuvo al respecto con el guatemalteco Arévalo. 

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