Palestina calificó hoy de crimen de guerra el asesinato en Gaza, por parte de soldados israelíes, de ocho paramédicos de la Media Luna Roja, cinco socorristas de la Defensa Civil y un trabajador de ONU.

El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados llamó en un comunicado a la comunidad internacional a hacer rendir cuentas a las autoridades israelíes por la masacre ocurrida en la sureña ciudad de Rafah.

Afirmó que los paramédicos fueron “torturados, ejecutados y sus cuerpos arrojados a un pozo profundo sin ningún escrúpulo moral o legal”.

Tales acciones se inscriben en el marco de la guerra de genocidio, desplazamiento y anexión contra nuestro pueblo y demuestran las atrocidades cometidas por las Fuerzas de Defensa de ese país (FDI), subrayó.

Al respecto, señaló que las DFI cometen a diario violaciones contra civiles palestinos, los equipos humanitarios, de la ONU, médicos y periodistas.

El objetivo es matar todas las formas y componentes de la vida y convertir la Franja en una tierra no apta para los seres humanos, estimó.

En similar sentido se pronunció el gubernamental movimiento Fatah, que condenó “este crimen sangriento” y denunció “los métodos más horribles de terrorismo, asesinato, tortura y crímenes de limpieza étnica”.

La Sociedad anunció ayer que recuperaron 14 cadáveres en la zona de Tel al-Sultan, uno de los barrios más castigados por el conflicto en la ciudad de Rafah, fronteriza con Egipto, y esta mañana informó sobre otro más.

Las víctimas mortales estaban desaparecidas desde hace nueve días tras una ofensiva israelí contra el sur de Gaza.

Desde el reinicio de los ataques de las FDI contra la Franja, el 18 de marzo último, más de 900 palestinos murieron, de acuerdo con datos de las autoridades de salud del enclave.