Hache: Ni tan muda ni por gusto
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A propósito del Día Mundial del Idioma Español, hablemos de la letra hache, esa que muchas veces creemos que está por gusto porque no suena, y no le vemos la lógica a su empleo porque prácticamente debemos aprender de memoria cuándo se debe usar.
De acuerdo con expertos, la hache no es una letra inservible. Y durante siglos intentaron suprimirla o la minimizaron, pero ahí continúa presente como la única de nuestro alfabeto que no suena, no existe otra que posea condición similar, es como si no existiera; además pocas son las reglas y normas que justifiquen su utilización. Sin embargo, sí tiene un sentido etimológico, e histórico, no es simple capricho de la lingüística.
Expertos en el tema refieren que, a pesar de su aparente sencillez, es bastante complicada, y desde tiempos remotos contó con diversos valores, algunos ya obsoletos.
Para empezar, la hache tuvo sonido hace mucho tiempo. Los fenicios, quienes inventaron el alfabeto, la pronunciaban como una jota aspirada, justo como en algunas regiones latinoamericanas. Del fenicio la adoptaron los griegos, pero la pronunciaban de manera más suave. Y después cuando el latín se la apropió, se aligeró mucho más, hasta que, cuando el español la heredó casi no le quedaba sonido, y así fue hasta el siglo XV cuando se quedó muda porque aspirarla se consideraba vulgar.
No obstante, el español se enriqueció con muchas palabras de otros idiomas como el árabe, el alemán, y el inglés, por eso es que en algunas ocasiones actualmente sí suena como jota, pero son las menos, tal es el caso de hockey, hobby, hawaiana.
En la mayoría de los casos la hache sigue siendo muda, pero su utilidad tiene que ver con cuestiones antiguas también. Por ejemplo, las palabras hueco, huevo, hueso, comienzan con hache para indicar que la letra que le sigue es una U y no una V, porque antes ambas se escribían de igual forma. Mientras, en otras donde aparece intercalada, casi siempre responde a cuestiones gramaticales, para indicar hiato, y que, por tanto, se deben separar en sílabas.
Otro asunto interesante es que la hache también se emplea para diferenciar palabras homófonas, o sea, que suena igual, como hola y ola.
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